La reducción de emisiones condiciona ya las inversiones de fondos y bancos

  • El Banco Mundial, el mayor fondo soberano del mundo y 225 sociedades de inversión anuncian medidas de presión contra los negocios más contaminantes
Gráfico empresas más contaminantes.
Gráfico empresas más contaminantes.
Gráfico empresas más contaminantes.
Gráfico empresas más contaminantes.

La cosa va en serio. Los riesgos del calentamiento global han calado en la opinión pública y la necesidad de reducir las emisiones empieza a afectar a la inversión y a la financiación de las empresas más contaminantes. El mayor fondo soberano del mundo, el noruego (FPGG),  gestionado por el banco central del país -que ha entrado en el capital de Bankia con la compra del 3%- no invertirá más en negocios relacionados con el petróleo. Otro tanto ha anunciado el Banco Mundial. Además, 225 fondos de inversión, agrupados en la iniciativa Climate Action 100+, han acordado presionar a las 100 compañías que más contaminan para que reduzcan sus emisiones.

No es algo coyuntural. La preocupación por el cambio climático crece y presiona cada vez más a las grandes corporaciones que dependen de la extracción y/o la quema de hidrocarburos para obtener beneficios. La iniciativa Climate Action 100+ quiere acelerar el proceso de cambio en las empresas más contaminantes.

El plan de Climate Action 100+, adelantado la pasada semana y al que se han adherido importantes fondos de inversión consiste en utilizar sus posiciones en grandes empresas emisoras de gases de efecto invernadero para que adopten políticas y estrategias que reduzcan las emisiones. La iniciativa, en la que participa,entre otros, el mayor fondo de pensiones de EE UU -California Public Employees’ Retirement System (CalPERS)- puede tener efecto. Cuenta para ello con un arma poderosa: en conjunto, los más de 200 fondos implicados manejan alrededor de 26 billones de dólares en activos.

Retirada del petróleo

El cambio es tan notable que lleva a la paradoja. Un ejemplo: el fondo soberano noruego, conocido oficialmente como Government Pension Fund Global, que maneja 847.000 millones de euros (más de un billón de dólares) gracias al negocio del petróleo, ha adelantado la intención de abandonar sus intereses en el sector de hidrocarburos. La decisión, que deberá ser ratificada en el Parlamento del país, afectará hasta a su participación en la petrolera estatal Statoil.

Mientras el fondo prepara la nueva estrategia alejada del negocio del que nació, aprovecha nuevas oportunidades de inversión. Como la compra de acciones de Bankia (3%) a través del Norgest Bank, el administrador de la institución. El 3,26% de Bankia declarado por el fondo está valorado en unos 375 millones de euros.

El Banco Mundial también está en la onda. A partir de 2019 ya no financiará proyectos relacionados con el petróleo y el gas. Según la agencia francesa AFP, la financiación de este tipo de actividades abarca el 2% de su cartera.

Los anuncios de los fondos y del Banco Mundial se han producido en el encuentro One Planet Summit, auspiciado por el presidente francés Emmanuel Macron. Todo en vísperas de que los ministros de Energía de la UE debatan las propuestas de la Comisión Europea orientadas a alcanzar los objetivos climáticos europeos a 2030 manteniendo la seguridad de suministro y la competitividad de los precios de la energía. Es lo que se conoce como "Paquete de Invierno" o "Energía limpia para los europeos".

Nadal, en un momento delicado

En representación de España acudirá a la cumbre el ministro de Energía Álvaro Nadal. Lo hará en un momento delicado, enfrentado a las eléctricas que solicitan el cierre de centrales de carbón, enfrentado a las organizaciones ecologistas por la defensa de la energía nuclear y enfrentado a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y a la Comisión Europea por el afán de intervenir en la fijación de las tarifas de la luz.

La Comisión Europea presentó el "Paquete de Invierno" en noviembre de 2016. Lo hizo para cumplir los compromisos adquiridos por la UE en el Acuerdo de París de reducir un 40% las emisiones de CO2 en 2030 y la hoja de ruta acordada en 2011 para reducirlas entre un 80% y 95% en 2050.

La propuesta de Bruselas partía de considerar la eficiencia energética en primer lugar con un objetivo vinculante del 30%. Pero los ministros de Energía, incluido el de España, acordaron en primavera modificar la propuesta. Para aguarla.

Compromiso, pero no vinculante

Como consecuencia, el objetivo del 30% de eficiencia energética para 2030, sobre la base de 1990, dejó de ser vinculante y obligatorio para los Estados. Y los puntos de recarga para el vehículo eléctrico en edificios se rebajaron de tres millones a solo 500.000.

La posición española, resumida, choca con las reclamaciones de las organizaciones y empresas promotoras de energías renovables. En la UE y en la negociación del "Paquete de Invierno", España se ha mostrado a favor de recortar las competencias tanto de la Comisión Europea como de los reguladores independientes (CNMC) en política energética. Por supuesto, a favor de los gobiernos nacionales. Todo aliñado con trabas al autoconsumo y con objetivos de renovables condicionados a que se amplíen las interconexiones eléctricas con el mercado europeo.

España -Nadal-tampoco ve con buenos ojos que se establezcan objetivos nacionales vinculantes para reducir las emisiones de CO2. De todo ello se hablará la próxima semana en el encuentro ministerial. Con una conclusión (quinto informe) del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre la mesa: Las emisiones y actividades humanas han causado prácticamente el 100% del calentamiento observado desde 1950.

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