El museo de la Orden de San Juan de Jerusalén tiene conexiones hispanas

  • Londres.- El museo londinense de la Orden de San Juan de Jerusalén tiene una serie de conexiones hispanas, como un pergamino de los reyes Felipe II y su esposa María Tudor, una estatua yacente de un caballero español de la orden y un libro que documenta las propiedades de la orden en la península Ibérica.

El museo de la Orden de San Juan de Jerusalén tiene conexiones hispanas
El museo de la Orden de San Juan de Jerusalén tiene conexiones hispanas

Londres.- El museo londinense de la Orden de San Juan de Jerusalén tiene una serie de conexiones hispanas, como un pergamino de los reyes Felipe II y su esposa María Tudor, una estatua yacente de un caballero español de la orden y un libro que documenta las propiedades de la orden en la península Ibérica.

El museo constituye un antiguo enclave en un barrio de Londres que frecuentaron en distintas épocas el pintor William Hogarth y el novelista Charles Dickens, quien situó allí las correrías de la banda de ladronzuelos de Fagin en su obra "Oliver Twist" y frecuentó un pub instalado en ese mismo local.

Pero la que fue en su origen sede del priorato inglés de la Orden está sobre todo vinculada a Enrique VIII, a su hija, Isabel I, y al dramaturgo William Shakespeare, entre otras figuras históricas y literarias.

En la cripta de origen normando (siglo XII) de la iglesia, única parte que sobrevive del priorato original, que sufrió horribles destrucciones, como buena parte del barrio, en los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, se conserva la estatua yacente de un caballero identificado como Don Juan Ruiz de Vergara.

Se trata de una obra del gran escultor renacentista Esteban Jordán (1530-1598), procedente de la catedral de Valladolid y que fue adquirida en el siglo XIX por el jefe de la armería de la Torre de Londres, quien la donó a su vez a esa institución.

El museo guarda también celosamente el pergamino de restitución a la orden de San Juan por Felipe II y su primera esposa, la católica María Tudor, de las propiedades de que les había desposeído en 1540 el padre de esta última, Enrique VIII tras su ruptura con Roma.

En la parte superior izquierda del pergamino, de 1557, aparecen sentados el rey español y su esposa inglesa y a continuación se citan cuidadosamente todas las propiedades devueltas a la orden en 1557.

Durante el siglo XVI, el edificio fue utilizado por el maestro de ceremonias y festejos de la Corte, que oficiaba además de censor teatral: Shakespeare recibió allí la licencia para la representación de treinta de sus obras.

La biblioteca del museo conserva, entre tomos relacionados con la historia de la Orden, un manuscrito español del siglo XVI que documenta todas las propiedades de los hospitalarios e incluso los templarios en España y cuyo contenido se ha recogido en un tomo al cuidado del profesor de Historia Antigua y Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid Carlos de Ayala Martínez.

Cada cuatro años se celebra en este recinto una conferencia internacional sobre las órdenes militares religiosas en la que los estudiosos españoles tienen también un papel muy destacado, según explicó a EFE la responsable de la colección, Pamela Willis.

Una visita al museo, reabierto tras una profunda transformación, permite conocer la historia general de la Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, también conocidos como los Hospitalarios, fundada poco antes de la primera cruzada (1099) y dedicada al cuidado de los enfermos y a la defensa de la cristiandad.

Joaquín Rábago

Mostrar comentarios