Tarjetas postales y billetes,la memoria de la correspondencia no confidencial

  • Surgidas como una forma de comunicación postal de mensajes breves y limitadas hoy a un género de consumo turístico, las tarjetas postales llegaron a ser obras artísticas, algunas de las cuales exhibe la Fundación Lázaro Galdiano junto a otras muestras de correspondencia sin privacidad, como los billetes.

Madrid, 20 dic.- Surgidas como una forma de comunicación postal de mensajes breves y limitadas hoy a un género de consumo turístico, las tarjetas postales llegaron a ser obras artísticas, algunas de las cuales exhibe la Fundación Lázaro Galdiano junto a otras muestras de correspondencia sin privacidad, como los billetes.

Billetes, tarjetas postales y epístolas literarias de la colección Lázaro componen esta exposición madrileña, en la que se muestra la correspondencia que careció de la confidencialidad que se le supone a esta forma de comunicación, tradicionalmente personal y privada, destinada a ser leída por la persona a la que va dirigida.

Desde correspondencia a través de billetes de Lope de Vega y Francisco de Goya, adquiridas por el coleccionista Lázaro Galdiano, hasta las tarjetas postales que éste recibió o escribió a sus familiares o las que editó con imágenes de su colección, la exposición hace un recorrido por la memoria de este tipo de escritos.

"Papel pequeño, doblado en formas diversas con que recíprocramente se comunica la gente en cosas de poca conseqüencia y evita la equivocación de los recados, tan común en los familiares", era como se definían los billetes el "Diccionario de Autoridades", un sistema de comunicación rápido.

La colección Lázaro, ha explicado hoy el comisario de la exposición, Juan Antonio Yeves, posee 93 de estos billetes de Lope de Vega, que fueron conservados por el duque de Sesa, amigo del dramaturgo del Siglo de Oro y destinatario de muchos de ellos.

La muestra también incluye un billete de Francisco de Goya y otro recado escrito que la escritora Emilia Pardo Bazán envió al propio Lázaro Galdiano.

Pero es la segunda parte de la exposición, la dedicada a las tarjetas postales, la más amplia, en la que se puede conocer el origen de esta forma de comunicación, la cual se consideró revolucionaria en su tiempo.

La primera tarjeta postal de la que se tiene constancia oficial en España es de 1873 y llevaba incluido el sello, pero carecía de ilustraciones, las cuales comenzaron a aparecer a finales del siglo XIX incorporando los avances técnicos de la época, ha indicado Yeves.

Y, aunque Lázaro Galdiano no se dedicó al coleccionismo de postales, sí se conservan las que recibió y escribió a sus familiares durante sus viajes y las de algunos de los hijos que su mujer, Paula Florido, tenía de un matrimonio anterior.

La tarjeta postal fue una forma de comunicación cultural, y los álbumes en los que se reunían constituyeron así, ha señalado el comisario de la exposición, la memoria personal de sus dueños.

Forma parte de la exposición el álbum de Manuela Vázquez, hija de la mujer de Lázaro Galdiano, en la que se reúnen tanto tarjetas postales ilustradas con las fotografías de sus remitentes, fototipias coloreadas a mano o reproducciones de edificios y monumentos, como las recibidas por su madre, la mayoría de ellas con el mensaje manuscrito sobre la imagen.

También se recoge una selección de las postales que fueron editadas por el propio Lázaro Galdiano, en las que se reproducían ilustraciones de obras de arte de su colección.

Las epístolas literarias también tienen sitio en esta exposición, en la que se incluyen muestras de esas cartas abiertas como manifestación literaria, utilizadas como forma de comunicación pública a lo largo de los siglos.

El comisario ha enmarcado esta exposición en el proyecto de investigación sobre "La literatura y las artes de los epistolarios del siglo XIX", en el que trabaja la Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano, de la que es director.

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