Gustave Doré, ilustrador universal del siglo XIX que impregna aún el XXI

  • El Museo de Orsay presentó hoy la muestra "Gustave Doré (1832-1883). L'imaginaire au pouvoir", destinada a resituar al polifacético artista francés en la historia del arte del siglo XIX y en la cultura visual del XX y XXI.

María Luisa Gaspar

París, 17 feb.- El Museo de Orsay presentó hoy la muestra "Gustave Doré (1832-1883). L'imaginaire au pouvoir", destinada a resituar al polifacético artista francés en la historia del arte del siglo XIX y en la cultura visual del XX y XXI.

Celebérrimo ilustrador de Dante, Cervantes, Shakespeare, La Fontaine o Balzac, cuyas imágenes impregnan la memoria colectiva occidental, Gustave Doré "trabajó todos los registros, todos los géneros" y ocupa hoy un lugar "enorme" en el cine y en el cómic, subrayó a Efe el comisario científico de la muestra, Philippe Kaenel.

"Es negro con Dante, grotesco con Don Quijote, completamente excéntrico con 'El barón de Münchhausen'" y mágico con Perrault y sus cuentos, resaltó el comisario.

En la segunda mitad del XIX, recordó, Doré se propuso ilustrar "todos los clásicos de la literatura, cómica, heroica y trágica" y dio a sus ilustraciones la tonalidad correspondiente según los temas, "tenía esa capacidad de adaptarse y reimaginar los textos".

Su "Don Quijote", dijo, se benefició de que era "uno de los artistas más hispanófilos de su generación", que había viajado varias veces a España y de que para ilustrarlo "condujo una encuesta imaginaria casi etnográfica" por los lugares que pudo haber visitado su personaje.

El resultado es que su caballero de la triste figura "es hoy la ilustración de referencia" para dibujantes y cineastas, consideró Kaenel, "muy curioso" ante versiones cinematográficas en curso.

En cualquier caso, en el terreno del cine ocupa "un lugar que no tiene equivalente", recalcó.

"Los realizadores lo han entendido desde los primeros años del cine hasta nuestros días" y no hay ninguno que, por ejemplo, se interese en el Londres victoriano del siglo XIX y no se apoye en las ilustraciones de Doré, consideró Kaenel.

La proyección de varios fragmentos de filmes junto a las ilustraciones que sin duda los inspiraron lo demuestra en esta exposición fruto de una colaboración entre la Biblioteca Nacional de Francia, el Museo de Orsay y el Museo de Bellas Artes de Canadá, donde se exhibirá del 12 de junio al 14 de septiembre.

Desde el cine mudo al del siglo XXI, la mano de Doré resulta palpable en películas como "Voyage dans la une" de Georges Méliès; los "Don Quijote", de Orson Welles y Terry Gilliam, o en el Londres inquietante y nocturno, "casi semiinfernal" de las cintas de David Lean, Roman Polanski y Tim Burton, a todas luces inspirado en su "Londres, un pèlerinage" (1872), destacó.

Con la Biblia el efecto es similar y hoy "es imposible" imaginar tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento "sin pasar por Doré", asegura este profesor de historia del Arte en la Universidad de Lausana, que preparó la muestra con el conservador jefe de Orsay, Edouard Papet, y el director adjunto del Museo de Bellas Artes de Canadá, Edouard Papet.

La idea de la exposición que se quiso "muy selectiva", por lo que reúne algo menos de 200 obras, es también la de presentar un Doré "poco visto y poco conocido", el de los muy grandes formatos, el espectacular, destacó.

El objetivo pasa por mostrar mejor "las diferentes facetas" del virtuosismo" artístico de este exniño prodigio que fue amante de Sarah Bernhardt, gran amigo de Nadar y de Théophile Gautier, su polivalencia como paisajista, acuarelista, pintor de historias, de alegorías, pintor religioso y también escultor.

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