"El arte no es para los miedosos", ha manifestado el director durante la presentación de este filme, que ha sido nominada a cinco premios de la Academia de Cine y Televisión Israelí y se ha convertido en una de las cinco películas más taquilleras de Israel en la última década.
La película arranca con un accidente que tiene lugar durante una celebración religiosa en una sinagoga, cuyo balcón de las mujeres se derrumba y provoca el estado en coma de la esposa del rabino. Entonces, un joven rabino, conservador y misógino, tomará las riendas y tratará de imponer su punto de vista, causando el enfrentamiento de las mujeres hacia el poder patriarcal.
Emil Ben Shimon ha explicado que esta película "refleja la situación en ciertos barrios de Jerusalem que en su momento eran tolerantes" y de los que se fueron apoderando "los más extremistas", aunque ha precisado que esto ha ocurrido únicamente en algunos zonas y que, por tanto, "no refleja el total de la sociedad israelí".
La principal "fuente de inspiración" en este filme fue la propia infancia del cineasta, quien, según ha relatado, vivió cerca de una sinagoga en el centro, que no solo era un lugar "de culto o místico" sino también una "confluencia de personas". Del mismo modo, la guionista del filme, Shlomit Nehama, observó sorprendida lo mucho que había cambiado el barrio de su niñez cuando regresó 20 años después.
"Es muy importante que esas mujeres expresen las injusticias que se están cometiendo en esos barrios" ha dicho el cineasta, quien ha recurrido a la comedia como herramienta para "llegar al público de una forma más eficiente".
Respecto al éxito que ha conseguido en Israel, ha señalado que su repercusión destacó en dos ámbitos. Por un lado, entre las mujeres que reivindican y protestan respecto a esta situación y, por otro, "el regreso de la tradición sefardí original", que es "más tolerante".
En este sentido, ha explicado que la llegada de judíos de Marruecos y de España "sufrió la imposición" de otras tradiciones procedentes de países como Lituania y se vieron obligados a "esconder su patrimonio y a adoptar puntos de vista más extremistas", aunque en los últimos años se percibe un "regreso" a una "tradición original más tolerable que sitúa al hombre en el centro".
RELIGIÓN Y PROGRESO
La película presenta a un rabino que se aprovecha de una "grieta" en una comunidad para usar sus técnicas y "atemorizar" a sus miembros. En este sentido, ha señalado que durante los encuentros que tuvo con públicos religiosos hubo quejas sobre la representación de "ladrón" que se hace del rabino, algo "prohibido" y que, en su opinión, fue una respuesta valiente.
Emil Ben Shimon, quien se inspira en cineastas como Federico Fellini o Pedro Almodóvar, se considera un director "optimista" y aunque es consciente de que "los factores extremistas continúan", tiene la esperanza de que "la fe tolerante seguirá luchando contra la intolerante". "Mi manera de transmitir es mostrar que un mundo mejor es posible", apostilla.
En este sentido, respecto a la necesidad de que la religión se adapte a los tiempos actuales, el cineasta israelí ha señalado que "los avances técnicos provocan que la religión trate de dar un paso hacia atrás" y cree que esta "tensión" seguirá existiendo.
En cuanto al aval del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) a prohibir en el trabajo el uso visible de cualquier signo político, filosófico o religioso, ha indicado que este asunto no ha provocado debate en su país natal y considera que es "interesante" cómo "intentan reconducir conductas a través de la vestimenta".
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