La cinemateca francesa rinde un homenaje a Raúl Ruiz, "un chileno sin fronteras"

La cinemateca francesa rinde a partir de este miércoles un homenaje a Raúl Ruiz, el prolífico cineasta chileno que desarrolló una obra en la que se mezcla la vanguardia, la experimentación, pero también la memoria histórica, el humor y el absurdo.

"Era un poeta del cine, de los cuales hay muy pocos. Era un cineasta único y es importante que la cinemateca mostrara su obra", dijo a la AFP durante la inauguración el director griego Costa-Gavras.

La retrospectiva, que estará abierta hasta el 30 de mayo, reúne gran parte de la obra del artista muerto en 2011, con producciones que contaron con la participación de gigantes del cine como Catherine Deneuve, Isabelle Huppert o John Malkovich.

"El cine de Raúl Ruiz, bañado de surrealismo, es un laboratorio de experiencias en el cual despliega un gusto irónico y sutil por la paradoja, los juegos intelectuales y los enigmas de todo tipo", afirmó la cinemateca.

La retrospectiva, la más importante jamás dedicada a Ruiz, tardó tres años en concretarse por la dificultad de reunir la gigantesca obra del chileno, que filmó cerca de 100 películas, algunas de ellas grandes producciones y otras creaciones muy alternativas, de muy bajo presupuesto, en mal estado de conservación o incluso perdidas.

"Es un proyecto que teníamos desde hace tres años. Es una filmografía muy vasta, diversa y dispersa", dijo a la AFP Joël Daire, director de patrimonio de la cinemateca.

El ministro de Cultura de Chile, Ernesto Ottone, que viajó a París para la inauguración, calificó a Ruiz como "un chileno sin fronteras".

"Era un chileno errante que se adapta a todas los escenarios, tenía la particularidad de poder extraer de todas las culturas esta esencia universal y variada", dijo Ottone durante la ceremonia.

La muestra incluye más de 75 películas, 16 de las cuales van a ser restauradas para su difusión.

Entre ellas hay obras emblemáticas como "Diálogo de exiliados", donde el director plasmó con humor las dificultades y el absurdo diario al que se enfrentaban los refugiados chilenos como él, llegados a París después del golpe de Estado de 1973, que instauró la dictadura de Augusto Pinochet.

Tomando como punto de partida la obra de Bertolt Brecht, la asociación libre y la infinita capacidad de divagación de Ruiz, la película se desarrolla casi en tiempo real. La filmación comenzó solo un mes después de iniciado el destierro del propio director.

"Es una especie de película de intervención que desconcierta por su extravagancia", señala la cinemateca.

En 1998, Raúl Ruiz, que según Patricio Hales, embajador de Chile en Francia, "no tenía timidez cultural", se atrevió a adaptar al cine la obra del clásico de la literatura francesa Marcel Proust en "El tiempo recobrado", una interpretación libre, en la que la novela dialoga con los propios fantasmas del director.

"Es uno de los pocos cineastas en haber logrado adaptar a Proust, un monumento de la literatura, y la crítica consideró que lo logró", según Daire.

Sus películas son un palimpsesto diverso que incluye el thriller psicológico "Comedia de la inocencia", protagonizado por Huppert, u obras como "Tres Vidas y Una Sola Muerte", en la que el actor italiano Marcello Mastroiani, ya cercano a la muerte, interpreta a cuatro personajes.

"Tengo un temperamento dado a la digresión", había reconocido el chileno en sus reflexiones "Poética del cine".

"Él siempre pensó que hacer cine era una forma de pensar la realidad y una forma de adivinarla", explicó a la AFP su viuda, Valeria Sarmiento.

La retrospectiva en París incluye el estreno como película de "La Recta provincia", una serie de varios capítulos que el director grabó para la televisión chilena. "Es un Chile de su infancia, pero que ahora está poblado por viejos con una memoria interminable", explica la cinemateca en un comunicado.

Ruiz, nacido en 1941 Puerto Montt, 1.000 kilómetros al sur de Santiago, cuenta en esta película las leyendas de la mayor isla de América del Sur, Chiloé, un territorio donde los mitos indígenas se mezclaron con lo de los colonizadores gallegos, dando origen a leyendas mestizas que mezclan la magia celta con la cosmologías prehispánicas.

Según el director de patrimonio de la cinemateca, Ruiz era un puente entre la cultura europea y la latinoamericana.

"Ruiz nutre las películas francesas con su cultura chilena y sus películas chilenas con su cultura francesa y eso forma parte de su profunda originalidad", destaca Daire.

Por su parte el ministro de Cultura chileno celebró que Ruiz haya dedicado sus últimos años a reflexionar sobre su país natal. "Estas imágenes representan hoy una especie de espejo donde se refleja nuestro pueblo, un espejo que le permite mirarse y también buscar su identidad cultural", afirmó Ottone.

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