Curiosidades de 'La La Land', película iguala el récord de nominaciones a los Oscar

  • Siete Globos de Oro de siete nominaciones. 'La La Land' es la película más premiada de la historia de los galardones y ahora aspira a 14 premios Oscar, donde ha igualado el récord de nominaciones de 'Titanic' y 'Eva al desnudo'.

    ¿Sabías que el protagonista soñaba con aprender a tocar el piano? ¿Y que la protagonista ya bailaba? ¿Y que la primera escena de la película ya supuso un reto? Recopilamos todas las curiosidades

'La La Land' arrasa en los Globos de Oro
'La La Land' arrasa en los Globos de Oro

Los Globos de Oro se han rendido ante ella. 'La La Land' llegó, vió y venció en la ceremonia. Ya forma parte de su historia al ser la película más premiada de la historia de los Globos de Oro. Fueron siete, justo a los que estaba nominada. Y en los Oscar ya ha logrado igualar el récord de nominaciones de Eva al desnudo y Titanic con 14.

La historia trata de chico conoce a chica. 'La ciudad de las estrellas - LA LA LAND' nos lleva por un exuberante recorrido musical a través del romance que cambiará la vida de un pianista de jazz y de una actriz en ciernes. La película es un canto al glamour y a la emoción del cine clásico, una carta de amor a Los Ángeles, ciudad de los sueños eternos, y también un romance moderno que reúne a Ryan Gosling y a Emma Stone a las órdenes del realizador Damien Chazelle (la oscarizada Whiplash).

La historia empieza como todo en Los Ángeles: en la autopista. Aquí es donde Sebastian conoce a Mia. Sebastian intenta convencer a la gente en pleno siglo XXI de que les guste el jazz tradicional y Mia solo quiere acabar por una vez una prueba de casting sin que la interrumpan con un "gracias por venir". 

"Quería hacer una película acerca de dos soñadores, dos personas impulsadas por unos sueños tremendos, sueños que les unirán y que también los separarán", dice Damien Chazelle.

Todo empezó como un sueño loco. Damien Chazelle quería hacer una película que canalizara la magia y la energía de los mejores dramas románticos musicales franceses y estadounidenses de la era dorada... y trasladarlas a la época más complicada e insensible en la que vivimos.

Damien Chazelle se planteó la posibilidad de contar una historia a través del canto y la danza para ofrecer al público un bonito y creíble cuento de hadas en un mundo donde las películas son cada vez más oscuras y digitalizadas. "Me interesaba explorar el uso del color, de los decorados, del vestuario, todos los elementos expresivos de la vieja escuela cinematográfica para contar una historia actual", dice.La película nació en una cafetería

La estética de la película surge del amor que el director siente desde muy joven por el cine, pero el largometraje nació en una cafetería durante una reunión con dos productores, Fred Berger y Jordan Horowitz. Ninguno se imaginaba cómo se podía hacer, pero les intrigó la idea.

Berger cuenta que "fue una presentación totalmente diferente y muy atrevida. Creímos que tal como está la industria ahora, era muy posible que jamás se rodara, y decidimos que valía la pena dedicarle unos años y conseguirlo". "Tiramos la prudencia por la ventana", asegura Horowitz.

Chazelle reconoce que una de sus grandes inspiraciones son las películas de Jacques Demy, que se atrevió a romper los moldes de los años sesenta con deliciosos musicales de tonos pasteles como Los paraguas de Cherburgo, Las señoritas de Rochefort y Una habitación en la ciudad.¿Por qué la primera escena es en un atasco en Los Ángeles?

Había que fichar a la ciudad de Los Ángeles. Ha interpretado muchos papeles en la historia del cine y ha sido cosas muy diferentes, desde peligrosa y lúgubre, a paraíso surfero con bikinis, pasando por un nido de ambiciones. Pero el realizador decidió que exploraría Los Ángeles como una musa, como un lienzo en movimiento de encuentros inesperados, eterno tráfico y lugar donde todos corren detrás de sus sueños.

La primera escena de la película tiene lugar en un atasco en la autopista por una razón muy concreta. "En Los Ángeles, la mayoría de coches van ocupados por una o dos personas", dice el director. "Por eso uno se siente solo en la ciudad, entre otras cosas. Pero también muestra que es un refugio para los soñadores. Cuando uno está en el coche, ¿qué hace? Pone música o sueña. Cada soñador tiene un sueño, cada persona vive su propia canción. Estás en tu burbuja, en tu musical. Es el sitio perfecto para que dos soñadores como Sebastian y Mia se conozcan. Las radios de los coches crean un fondo musical, y todos los que están en la autopista se unen poco a poco al momento".

Damien Chazelle también considera Los Ángeles como una ciudad de anhelos, mostrando los pequeños clubes de jazz, las melancólicas salas de espera antes de las pruebas, los apartamentos de paso, las cafeterías de los grandes estudios donde se cruzan los famosos y los que aspiran a serlo, pero también plasma la otra cara de la metrópoli con sus fiestas, planetarios e incluso aparcamientos que pueden convertirse en un paisaje onírico sostenido por la música.La historia empezó en la universidad

Damien Chazelle había empezado a trabajar en la historia con el compositor Justin Hurwitz, al que conoció estudiando en Harvard. Ha compuesto cada una de las notas que se oyen en la película.

"Antes de que empezara a escribir los diálogos, cuando aún estábamos en la etapa de construir la historia, Justin ya había empezado a buscar temas musicales para la película. Durante el montaje, yo estaba en una sala, y él trabajaba al otro lado del pasillo".

Berger aclara que Justin y Damien se conocen desde que tenían 18 años y trabajan como si fueran hermanos. Para Justin la calidad merece cualquier sacrificio. "Mandó cientos de demos de piano a Damien, que se quedó con unas veinte. Jordan y yo lo redujimos aún más, y las canciones se desarrollaron a partir de estos pequeños hilos, un poco como se desarrolla un guión".Una pareja de cine

"Queríamos seguir el antiguo modelo hollywoodiense de una pareja icónica que ya se ha visto en la gran pantalla. Antes estaban Fred y Ginger, Humphrey Bogart y Lauren Bacall, Myrna Loy y Dick Powell, parejas conocidas que interpretaban a personajes diferentes, pero cuya personalidad salía de la pantalla", aseguran.

Damien Chazelle saca pecho de sus fichajes y asegura que la pareja Gosling-Stone es química pura: "Emma y Ryan tienen un lenguaje particular, y no me refiero a solo en persona, sino en la pantalla también. Hacen algo muy difícil en esta película, convierten en real un género totalmente irreal. Solo actores del calibre de Ryan y de Emma consiguen que una historia así encaje en vidas reales. Muy pocos intérpretes dan la impresión de ser estrellas mientras se mantienen en la historia narrada".Ryan soñaba con tocar el piano

Pocos sabían que Ryan Gosling también es un fan de los musicales. "Me intrigó mucho que Damien quisiera hacer una película al estilo de Fred y Ginger, o de Gene Kelly. Son los musicales que me gustan. Me pareció fantástico que quisiera incluir la estética y el espíritu de la época, porque siempre había soñado con trabajar en una película así".

También se sintió atraído por un personaje que ama y cree profundamente en un estilo musical que parece estar a punto de desaparecer, apartado por una siempre cambiante cultura pop carente de compasión.. Según el director, "no hay un solo primer plano en toda la película realizado por un doble de manos. Siempre son las manos de Ryan".

El conocido músico John Legend, que también forma parte del reparto, habla de los progresos de Ryan Gosling: "Empecé a sentir celos. Ryan tocaba muy bien y hacía pocos meses que ensayaba. Me parecía asombroso".

En parte, el actor se lanzó de cabeza porque representaba hacer realidad otro de sus sueños: "Siempre había deseado tener tiempo para aprender a tocar el piano, y ahora me brindaban la oportunidad de pasar tres meses delante de uno. No iba a dejarla pasar. Fue de los períodos de preproducción más satisfactorios que he vivido hasta ahora".Emma ya sabía bailar, pero no tan bien

Pero parece que no era el único genio. Sobre su compañera de reparto Ryan asegura que Emma baila a las mil maravillas. Me apoyé mucho en ella. Lo digo en el sentido literal de la palabra". Emma aclara que "nos preparamos a fondo con Mandy Moore y ensayamos cada día durante dos meses", recuerda. "Lo pasé realmente bien. Había ido a clases de baile antes, pero en esta ocasión aprendí claqué, jazz y baile de salón, un lenguaje totalmente nuevo para mí".

Añade que tampoco se trataba de alcanzar la perfección: "Nuestros personajes son artistas que intentan darse a conocer, nunca se nos pidió que fuéramos cantantes y bailarines brillantes. Más aún, Damien quería que la relación de los dos personajes fuera palpable, sensual incluso, a pesar de formar parte de unos números musicales absolutamente increíbles. Por eso se aplaudía algún que otro fallo".El primer reto de la coreografía, desde el minuto uno

El primer número, "Traffic", en el que un atasco en una de las autopistas de Los Ángeles se transforma en un baile, planteaba grandes problemas. "Requirió muchísimo trabajo", explica la coreógrafa. "Las paredes de la oficina estaban cubiertas con notitas especificando la marca de cada coche y quién estaba en el techo de qué coche y qué coche debía ser reforzado. La logística fue monumental".

Además, nada podía salir mal durante el rodaje, ya que disponían de un tiempo muy limitado en el intercambiador de la autopista. Para asegurarse de que todo iría bien en cuanto las cámaras empezaran a rodar, hubo múltiples ensayos previos. "No podía haber ningún fallo", recuerda Ryan Gosling. "Empezamos a ensayar con tres meses de antelación para que Damien pudiera captar en una sola toma exactamente lo que quería".

Mandy Moore no duda en reconocer los méritos de los bailarines: "Los bailarines de la escena 'Traffic' son los héroes olvidados de la película. Trabajaron en condiciones nada idóneas. No es fácil bailar encima de coches en medio de una autopista a 37 grados a la sombra. Pero consiguieron crear un momento realmente mágico".

Otra secuencia que planteó serios problemas a Mandy Moore fue "Someone In The Crowd", donde la cámara sigue a Mia desde que se prepara con sus compañeras de piso para ir a una fiesta en una casa impresionante casi completamente acristalada, hasta que se tira a la piscina. "Rodar ese número fue una locura total", recuerda la coreógrafa. "Ni siquiera puedo empezar a explicar lo que hicimos para conseguirlo, pero cuando vi el copión al día siguiente, el resultado era asombroso: los colores, la cámara, el vestuario y el baile encajaban a la perfección".

Para Mandy Moore, el momento cumbre de la película es el número en el Planetario, para el que creó lo que llama un baile "sin gravedad" con Ryan Gosling y Emma Stone bailando un vals colgados en el aire. "Nuestra idea era que el espectador sintiera que Sebastian y Mia bailan un maravilloso vals porque no pueden hacer otra cosa", explica. "El trabajo de la cámara es impecable y los sentimientos se notan".

Uno de los números favoritos de Emma Stone es "Duet", que pasa de la búsqueda de un coche aparcado, a un número en una colina que domina la ciudad. "Aquí es donde nuestros personajes conectan de verdad por primera vez", dice la actriz. Mandy Moore añade: "Es un momento de gran importancia, y hablamos muchísimo los cuatro, Damien, Ryan, Emma y yo, para decidir cómo hacerlo. El plano secuencia dura unos seis minutos. Era muy importante comunicar la alegría del momento en que, por primera vez, bailan al unísono".

El gran final de la película, 'Epilogue', también era el número más largo. Se cruza Los Ángeles hasta un París imaginario para luego volver. "'Epilogue' es una preciosa fantasía y el departamento artístico se esmeró con los decorados, era una maravilla", recuerda Mandy Moore. "Había treinta bailarines con Ryan y Emma en medio para su último gran momento juntos. Conmueve, no hay otra palabra".

El supervisor musical Steve Gizicki fue el encargado de controlar la logística de los complejos números musicales, los ensayos generales y el plan de rodaje. "Tal vez sea la película más complicada que he hecho, pero también la más gratificante", reconoce.

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