El Aston Martin DB5 que destroza James Bond en 'Skyfall' se imprimió con una impresora 3D

    • La compañía alemana Voxeljet imprimió las 54 piezas que conformaban las tres copias a tamaño real del coche usadas en una de las escenas claves de la película.

    • Cada una de las 1.000 unidades de Aston Martin DB5 que se conservan cuesta unos 100.000 dólares, demasiado caro para hacerlo volar por los aires.

En el cine, nada es lo que parece, y mucho menos si hacerlo realidad cuesta una millonada. Quizá por eso los productores de la última aventura de James Bond, 'Skyfall', decidieron que destrozar un Aston Martin DB5 para rodar una explosión de apenas unos segundos era un pecado demasiado caro, sobre todo teniendo en cuenta que apenas se produjeron 1.000 unidades y que cada una cuesta unos 100.000 dólares.

Los responsables de efectos especiales dieron con la solución: recurrir a los trucos de la vieja escuela y construir una réplica del deportivo para filmarlo ardiendo sin preocuparse por el coste. Así se crearon tres copias a tamaño real del Aston Martin DB5 'al servicio de su Majestad', solo que en esta ocasión, en lugar de salir de las experimentadas manos de un artesano, se imprimieron con una impresora 3D.

Un total de 54 piezas, entre ellas guardabarros, puertas, techos y capós, salieron de las impresoras tridimensionales de la compañía alemana Voxeljet Technology y viajaron directamente a los estudios Pinewood de Londres para su ensamblaje.

'Nos solicitaron la construcción de tres copias de plástico del Aston Martin DB5, y las podríamos haber impreso de una sola pieza en escala 1:3, pero querían un nivel de detalle tan importante que decidimos hacerlo a tamaño real dividiendo la maqueta en 18 partes que se unían de igual manera que se ensamblaban los coches en el pasado', recuerda Ingo Ederer, presidente de Voxeljet, en la web de la compañía.

Un mito de cuatro ruedas

El Aston Martin DB5 no es un deportivo cualquiera, es el coche de James Bond desde su tercera aventura, 'Goldfinger' (1964). Después de probar con el Chevrolet Bel Air en '007 contra el Dr. No' (1962) y el Bentley Mark IV en 'Desde Rusia con amor' (1963), los productores de la saga optaron por subir a Bond en un Aston Martin, coche en el que su creador, Ian Fleming, le había imaginado.

Sin embargo, en lugar del clásico Aston Martin DB Mark III, el modelo elegido fue el DB5, cuyo lanzamiento coincidió con el rodaje de 'Goldfinger'. Desde entonces el deportivo gris metalizado ha aparecido en cinco de los episodios de la saga del agente secreto con licencia para matar.

En total, el fabricante británico Aston Martin ha provisto de coche a James Bond en 10 de sus películas, en las que además del DB5 han aparecido los modelos Vanquish, DBS y Vantage. Sin embargo, 007 y el MI6 también le han sido infieles a su marca fetiche con vehículos de fabricantes británicos como Lotus, Rolls-Royce o Range Rover.

La alemana BMW ha sido la única empresa de automoción de fuera del Reino Unido que ha conseguido seducir a Bond con sus coches de alta gama. En 'GoldenEye' (1995) y 'El mañana nunca muere' (1997), el agente 007 alternó el volante del DB% con el de los BMW Z3 y 750iL, mientras que en 'El mundo no es suficiente' (1999) abandonó Aston Martin para usar únicamente el BMW Z8.

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Roberto Arnaz
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