Juan Carlos Navarro, de economista a animador de personajes en Disney-Pixar

Las películas de Pixar Animation Studios se expanden por el globo, hacen soñar a niños y adultos de todo el mundo, pero su fábrica está en California, en la costa oeste de Estados Unidos. Allí trabajan duro y con ilusión numerosos profesionales de la animación para hacer realidad sus proyectos animados, para crear historias mágicas. Como nos contó Peter Sohn, director de 'El viaje de Arlo', en su clase magistral, Pixar es "una familia maravillosa", en la que no importa de donde seas o en qué departamento trabajes, porque todos son importantes. De esa acogedora familia, forma parte el animador de personajes Juan Carlos Navarro Carrión, quien en la charla que tuvimos con él desprendió entusiasmo en cada una de sus palabras, una efusividad y alegría de quien disfruta con su trabajo, a pesar de lo duro que este resulta.

Juan Carlos Navarro nació en Alicante. Siempre le encantaron los clásicos Disney y solía dibujar a míticos personajes de la compañía como Mickey Mouse o el Pato Donald. Se licenció en Económicas en su tierra antes de irse a Inglaterra a estudiar un máster en International Business Analysis en la Universidad de Leicester. A pesar de adorar la Economía ("es una ciencia maravillosa", expresó), en 1997, el alicantino se mudó a Estados Unidos y se graduó en Bellas Artes en Applied Media Arts, con una especialización en animación en la Edinboro University de Pennsylvania.

Navarro nos narró cómo se produjo ese cambio de estar metido en el mundo de la economía a acabar en Disney-Pixar: [Después de estudiar] fui a trabajar a un banco a California. Allí es donde me di cuenta de que podía obtener una buena educación en cine y animación. Ahorré dinero y volví a la universidad. En la universidad a la que fui, había un profesor que fue animador en Disney. Había animado películas que yo admiraba, como 'La sirenita', 'El rey león', 'Pocahontas', y me pasó el relevo. Él aprendió de aquellos animadores que habían trabajado en 'Blancanieves', 'El libro de la selva', 'Dumbo'…".

Su mentor, que se llamaba Michael Anthony Genz, incluso le abrió "las puertas de su casa". "Se ponía unos guantes blancos y me enseñaba dibujos antiguos de Disney. Hasta nos íbamos de vacaciones juntos", contó. "Era como un padre artístico. Ha sido muy importante para mí".

Navarro se incorporó a las filas de Disney-Pixar en 2010 (antes trabajó como animador en DNA Animation Studios para la serie 'Las aventuras de Jimmy Neutrón: El niño inventor' y en Blue Sky Studios). Desde entonces ha puesto todo su esfuerzo y trabajo en películas como'Cars 2' (2011), 'Indomable' (2012), 'Monstruos University' (2013), 'Toy Story That Time Forgot'(2014) o la protagonista estos días, 'El viaje de Arlo'. Actualmente se encuentra sumergido en 'Buscando a Dory', secuela de 'Buscando a Nemo', que se estrena el próximo verano.En el primer núcleo de animadores

Juan Carlos define al animador como "un actor" que comunica "a través de los personajes" y que utiliza "el ordenador como herramienta". El español tuvo "el privilegio de formar parte del primer núcleo de ocho animadores que empezó la película", lo que "te da la oportunidad de trabajar con otros departamentos para preparar los modelos, los personajes, cómo se va a mover Arlo, Spot... Te da la oportunidad de preparar ese lenguaje visual". De este manera, cuenta Navarro, "cuando llega el resto de animadores para terminar la producción en sí, has hecho ese trabajo y facilitas [la tarea a los que vienen]". El alicantino también ve positivo ser parte de ese grupo inicial porque "te permite tener una voz más amplia en la producción".

"El primer equipo de animación crea guías, el lenguaje visual de la película", para que, cuando el resto de animadores entre a trabajar, esté hecha buena parte de la preparación y sepan lo que funciona y lo que no, "pero siempre dejando espacio para que cada artista" tenga la oportunidad de "añadir su voz".

Sobre si la animación ha cambiado mucho en los últimos tiempos, Navarro lo tiene claro: "El software está siempre avanzando, pero la manera de enfocar la animación sigue siendo la misma". La tecnología es "lo que evoluciona más". En el estudio, "las herramientas se están mejorando constantemente" para que los trabajadores puedan, de forma fluida y rápida, plasmar sus ideas con el ordenador y ver si funcionan o no sin perder tiempo.Compartir ideas y el trabajo en equipo, la esencia de Pixar

En Pixar Animation Studios, según Navarro, se apuesta por la colaboración y el trabajo en equipo: "El lema que tenemos en el departamento de animación es calidad y crecimiento, y constantemente se invierte en las personas y en compartir ideas".

El animador español explicó a lo que se refería con varios ejemplos. Después de cada película, los profesionales de Pixar se dan presentaciones unos a otros. Si a un animador le gustan las escenas de otro compañero y quiere que este sea su mentor, se organiza para que así sea. "Las oficinas siempre están abiertas", declaró.

Además, todos los días, en salas de proyección, le enseñan al director, supervisores y compañeros lo que han realizado para aportar ideas, contrastar y pedir valoración. "Es un clima de colaboración que está ahí siempre, que se cuida constantemente". Navarro lo terminó definiendo así: "Básicamente es un sistema de apoyo a la creatividad".

"Con todos los equipos con los que he trabajado (en Pixar y fuera de Pixar), mi experiencia ha sido siempre muy buena", confesó Navarro. "Lo que veo en Pixar es que es una comunidad de artistas en la que el objetivo es: 'cómo podemos hacer la película mejor'. Y esto se vive cada día, y viene desde arriba". Trabajar en un "entorno tan fértil" ayuda a que las "semillas de la creatividad florezcan de la manera en que lo hacen".Animando 'El viaje de Arlo'

Dar vida a 'El viaje de Arlo' fue un arduo trabajo, como denota el ejemplo puesto por Navarro: "En preparar a Arlo se puede tardar un año, antes de animarlo. Un año para preparar el modelo, los controles…".

El alicantino tuvo la oportunidad de animar tanto a Arlo como a Spot. "Prácticamente todas las escenas que he hecho estaban los dos juntos, que para mí era algo superimportante, era algo que quería", confesó.

Gran parte de la clave de animar un personaje, como explicó Navarro, es ser capaz de plasmar un dibujo "en una escultura y poner unos controles que te den exactamente ese tipo de expresión de una manera consistente (por ejemplo, que esté feliz, enfadado, tenga miedo...). Porque es "fácil" rendirse y decir "hasta aquí llega la tecnología". Pero, si no se logra expresar lo que se quiere expresar, "hay que seguir trabajando en ello". Para Navarro, "modelos es una parte muy bonita de desarrollar personajes". "Recibo un modelo y me pongo a pintar o dibujar encima de él", y, aunque sea una pequeña modificación, como una ligera línea en la boca, "esa diferencia es muy significativa".

Alcanzar la expresión que se quiere es muy difícil y "requiere mucho trabajo, mucha colaboración y mucha apertura, porque los modeladores y las personas que ponen los controles son personas que han de tener ojo artístico, pero también ojo técnico".

Por ejemplo, en el párpado de abajo del ojo, a lo mejor hacen falta 8 o 10 controles para crear la variedad de expresiones que se necesitan en una cara. "Necesitamos trabajar juntos", apuntó Navarro. "Yo tengo que expresar con claridad lo que necesito, ya sea a través de dibujo o moviendo geometría. El artista modelador, que son los que ponen los controles, tienen que poder comprender lo que estoy buscando".La naturaleza, un personaje más

En 'El viaje de Arlo', la naturaleza es vista como un personaje más con el que el pequeño dinosaurio protagonista se topa en su aventura de vuelta a casa. El equipo quiso que su representación fuera lo más realista posible para dar sensación de constante e inesperado peligro. "Es naturaleza que está viva, y eso es importante.De la misma manera que yo como animador quiero que mi personaje tenga esa expresividad, los otros artistas también quieren que (los paisajes) sean expresivos", contó Navarro. "Lo mismo con las nubes, que ahora son volumétricas, ya no son pinturas. Puedes poner las luces donde quieras, lo que hace que los espacios sean expansivos". Sin duda, los escenarios de 'El viaje de Arlo' son espectaculares, pero "no son fuegos artificiales tecnológicos", sino que es lo que "la historia necesita", puntualizó Navarro.

"Esta es una película de dinosaurios en la que estos no son lo que te esperas, y eso es lo bonito. Ese es el reto. Le voy a dar la vuelta para que se convierta en algo interesante", concluyó.