Pablo Pineda dice que no hubiera sido lo mismo si no se lo hubieran dado a Lola

San Sebastián.- Su verdadera vocación es la de maestro, de ahí que sea diplomado en Magisterio y licenciado en Psicopedagogía, pero de la noche a la mañana Pablo Pineda, una malagueño de 35 años, se ha convertido en el primer actor con síndrome de Down en obtener una Concha de Plata en San Sebastián.

"No hubiera sido lo mismo sino se lo hubieran dado también a Lola. Vamos los dos a una", ha comentado el actor, tras conocer que Lola Dueñas, protagonista junto a él de la película "Yo, también", de los cineastas Álvaro Pastor y Antonio Naharro, obtenía la Concha de Plata a la mejor actriz en la 57 edición del Festival de San Sebastián.

Ambos actores han brindado con cava y se han fotografiado juntos en el Hotel María Cristina de la capital donostiarra, mientras que Pineda confesaba que éste es un "sueño cumplido".

"Yo, también", una película sobre "el amor sin barreras" cuyo estreno está previsto para el 16 de octubre, cuenta la relación entre Daniel, un joven sevillano de 34 años que, tras convertirse en el primer estudiante europeo con síndrome de Down, comienza a trabajar en unas oficinas de la Administración en donde conoce a Laura.

Ella es una mujer solitaria que se fue de Madrid ocultando un pasado del que no quiere hablar y que por las noches busca compañía fácil y él se enamora de ella nada más verla.

Y es que las "personas con síndrome de Down tenemos sentimientos y nos enamoramos", ha explicado en declaraciones a Efe Pablo Pineda, que no tiene mucha intención de dedicarse a esto de la interpretación, porque "va todo muy rápido y muy lento a la vez".

Cuando Álvaro y Antonio me propusieron trabajar en la película a Pablo le pareció "una idea descabellada", pero se animó mucho al saber que Julio Medem, que tiene una hija con síndrome de Down, estaba en la producción, y que la hermana de Naharro también y que iba a tener un papel en la película.

Pastor y Naharro conocieron a Pablo Pineda en la televisión durante una visita a Sevilla y les gustó desde el primer momento para la película, porque vieron en él a una persona muy especial.

Pablo, que dedica este premio a su familia y a todo el equipo de la película, confía en que este galardón sirva para que "la gente vea que los síndrome de Down también son personas que sufren y aman como cualquier otra".