Vecinos de cine que arruinarían la vida a cualquiera

Los vecinos con problemas de civismo están a la orden del día. Son un engorro para la convivencia y, dependiendo de su grado de agresividad, la situación puede llegar a ponerse muy fea. En el cine existen, al menos, tres categorías de vecinos a los que sería mejor evitar en cualquier comunidad. Están los pelmazos sin más. Esos que montan fiestas a deshoras, salen a tirar la basura con una pinta indecente que daña la vista o piden un poco de azúcar en el momento más inoportuno. Un punto por encima se sitúan aquellos con tendencias asesinas. Un verdadero peligro, sobretodo si se es de los que cotillea más de la cuenta en vidas ajenas. Y en lo más alto estarían los de naturaleza no humana. Léase demoníaca o vampírica, por ejemplo. A continuación, algunos de los vecinos con los que sería mejor no coincidir por orden de peligrosidad.

El hombre de al lado (2009)

Aunque la producción de esta película argentina es de hace dos años, no ha sido hasta este vienes cuando ha llegado a las pantallas españolas. Los problemas empiezan cuando Víctor decide abrir una ventana en el muro de su casa para tener más luz. A su vecino Leonardo no le hace gracia que el nuevo vano dé a su salón acristalado, se siente expuesto. Son dos hombres totalmente opuestos en todo y no consiguen ponerse de acuerdo. El conflicto está servido.

Mis locos vecinos (1981)

Earl Keese (John Belushi) es un tipo de lo más corriente, que vive tranquilamente con su mujer hasta que un estrafalario matrimonio se muda a la propiedad colindante. Sus extraños hábitos descolocan al bueno de Earl, pero sobre todo el hecho de que la mujer de su vecino intente seducirlo constantemente.

Dúplex (2003)

Una anciana loca y molesta (con todos los respetos) es el problema de Alex y Nancy. Él es Ben Stiller y ella, Drew Barrymore. Una pareja de éxito que se compra un lujoso dúplex en Nueva York con bicho dentro. Lo que se presentaba como una nueva etapa idílica en sus vidas se tuerce rápido por una vecina que es puro incordio.

No matarás al vecino (1989)

Se supone que la gente se compra una casita en una urbanización a las afueras de la gran ciudad en busca del descanso y la tranquilidad que ofrecen este tipo de sitios. Así lo hizo Tom Hanks y así le fue hasta que una misteriosa familia a la que nadie ha visto se muda a la casa de al lado. Los ruidos por la noche son cada vez más insoportables y las sospechas se disparan al desaparecer un anciano del barrio. La cosa acaba muy, pero que muy mal. No hay más que ver esta escena.

De repente, un extraño (1990)

En esta el problema es un inquilino que además de no pagar el alquiler y no querer marcharse está de psiquiatra y hace la vida imposible a la pareja compuesta por Melanie Griffith y Matthew Modine. El psicópata es Michael Keaton.

La ventana indiscreta (1954)

Es el clásico de los clásicos cuando se habla de vecinos problemáticos con tendencias asesinas (y aquí arranca la segunda categoría). Alfred Hitchcock cogió a James Stewart, le escayoló una pierna entera y lo sentó delante de una ventana armado con un teleobjetivo. El aburrimiento, un vecino con mucho que ocultar y la imaginación hicieron el resto.

Disturbia (2007)

De la obra maestra del genio del suspense salió este remake no reconocido en el que cambiaron a Stewart por un Shia LaBeouf con problemas de conducta. Al chico lo condenan a arresto domiciliario por pegar a un profesor y con más movilidad que el protagonista de La ventana indiscreta descubre que uno de sus vecinos tiene como hobby emparedar mujeres en su casa.

La víctima perfecta (2011)

Nadie como una mujer vulnerable sentimentalmente y prácticamente sola en una gran ciudad para ser la víctima perfecta de cualquier desaprensivo. Al menos esa es la tesis de la nueva película de la Hammer, protagonizada por Hillary Swank y que se estrenará el próximo viernes. La chica se muda a un superpiso a buen precio. El problema es el casero y vecino. Un perturbado dispuesto a todo por conseguirla.

Neighbor (2009)

Un ejemplo más de que las apariencias a veces engañan. Una chica mona que llega al barrio y revoluciona a toda la chavalería. Al principio lo que impresiona es su belleza. Hasta que se descubre que mata el tiempo colándose en casas ajenas y torturando a sus asombrados vecinos. Una joya de vecina.

La comunidad (2000)

Cuando a la ecuación de vecinos pirados y peligrosos se le suma una buena cantidad de dinero en juego, la cosa se desquicia bastante. Si no que se lo digan a Carmen Maura, protagonista de La comunidad, una delirante película de Álex de la Iglesia en la que ninguno de sus protagonistas hubiese salido airoso de un test psicológico. El enfrentamiento entre Maura y Emilio Gutiérrez Caba no tiene parangón.

Arlintong Road (1999)

Si al hecho de que un vecino no es quien dice ser y tiene un comportamiento extraño se le añade que además puede que sea un terrorista el resultado es PELIGRO. Eso le pasa a Jeff Bridges en Arlintong Road. La muletilla con el que acompañaron el título en España "temerás a tu vecino", lo dice todo.

Déjame entrar (2010)

Llega la categoría más dura, la que de vecinos con naturaleza no humana. La niña mona de Déjame entrar es un vampiro que se hace amiga de un niño al que le hacen la vida imposible en el colegio. Con su llegada, las desapariciones son continuas. Tiene que alimentarse. La mencionada aquí es el remake americano de una sueca muy bien recibida en su momento en Sitges.

Fright night (2011)

Está se estrenará a mediados de agosto en Estados Unidos y está por ver cuándo llega a España, pero no podía faltar en la lista. El protagonista es Colin Farrell. El irlandés hace de vampiro nuevo en el vecindario que mira con ojos golosones el cuello de la chica de su vecino adolescente. Toda una declaración de intenciones esa mirada.

Pactar con el diablo (1997)

Cuando Kevin Lomax (Keanu Reeves) recibe la flamante oferta de un bufete de abogados de prestigio, no tiene mucho que pensar para aceptar. Además, el puesto incluye un piso de lujo al que mudarse con su guapa esposa (Charlize Theron). En ese mismo bloque viven todos sus compañeros de trabajo y también su extraño jefe Al Pacino, que a la postre se revela como el mismísimo diablo. Un vecino complicado.

La semilla del diablo (1968)

Los vecinos del bloque de apartamentos al que se muda Rosemary sí que dan miedo de verdad, sobre todo cuando empiezan a sucederse extraños episodios y ella queda embarazada. Todo el mundo parece preocupado por el bebé. El matrimonio Woodhouse tenía que habérselo pensado mejor cuando su amigo les habló de la maldición que pesaba sobre el edificio antes de mudarse a él.