¿Y tú de quién eras? ¿Stallone o Schwarzenegger? ¿Colacao o Nesquik?

  • Los 80 son nuestros.- Te pedimos que te mojes. ¿Preferías las películas de Stallone o las de Schwarzenegger? ¿Eras fan de 'La guerra de las galaxias' o de 'Star Trek'? ¿Te gustaban más 'Los Goonies' o la pandilla de 'Cuenta conmigo'? ¿Bailabas al son de las canciones de 'Fama' o las de 'Flashdance'? ¿Tenías un vídeo VHS o Beta? Y con qué desayunabas: ¿Colacao o Nesquik?
Schwarzenegger versus Stalone
Schwarzenegger versus Stalone
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Julio Vallejo | aviondepapel.tv

¿Quién ganaría una pelea entre Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger? Seguro que si eras niño u adolescente en los 80 te planteaste esta pregunta en alguna ocasión. Esperamos que te definas poniéndote en la piel de un adolescente de la época y nos cuentes cuáles de nuestros contendientes es tu favorito. 

Dos duros de pelarSylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger se convirtieron en las figuras máximas del cine de acción de los 80. Stallone dominó la primera mitad de la década con las secuelas de Rambo y Rocky. El actor de origen italiano prefería las películas de acción con cierta vocación realista, mucho músculo y frases de diálogo bastante cortas. 

A diferencia del intérprete estadounidense, el austríaco Arnold Schwarzenegger vio pronto claro que el futuro estaba en aunar mamporros con elementos de cine fantástico. Conan, el bárbaro y Terminator le convertirían en estrella de las películas con mucha testosterona, aunque el forzudo ex campeón de halterofilia no pasó la ocasión de reírse de sí mismo en comedias como Los gemelos golpean dos veces. 

Ambos, amigos y propietarios durante un tiempo de los restaurantes Planet Hollywood, consiguieron superar los años 90 y primeros años del siglo XXI con altibajos. Ahora los dos resurgen en la gran pantalla para regocijo de sus viejos fans.

     

Películas de niños 

Los 80 quedarán para la historia como una de las décadas con mayor cantidad de títulos protagonizados por pandillas de chavales. Dentro de esta peculiar avalancha de películas dos se ganaron especialmente nuestro cariño: Los Goonies y Cuenta conmigo. 

Los Goonies era una película de aventuras protagonizada por pequeñuelos. Tesoros escondidos, trampas y unos malvados de tebeo convirtieron a la cinta de Richard Donner en casi un hito generacional. Menos éxito alcanzó Cuenta conmigo, la adaptación de una novela semiautobiográfica de Stephen King. Rob Reiner consiguió que los protagonistas de aquella película, un grupo de críos que iba en busca del cadáver de un amigo, resultara un más que entrañable y veraz retrato de los primeros años de la adolescencia. Un casi imberbe River Phoenix y un jovencísimo Kiefer Sutherland asomaban las caras en una película que ha aguantado muy bien el paso del tiempo. 

     

A ritmo de pop  

Las películas musicales cambiaron en los años ochenta. Para poder sobrevivir, el género se orientó un público joven sediento de pop bailable e historias algo más contemporáneas y realistas.Los dos máximos exponentes de esta tendencia fueron Fama y Flashdance. 

Fama seguía las peripecias de un grupo de chicos y chicas que da sus primeros pasos profesionales en una Escuela de Arte de Nueva York. Sus vidas se entrecruzan en un combinado donde se insertan canciones pegadizas y bailes más o menos modernos. El éxito fue tal que la película tuvo una pronta continuación en la televisión. Por su parte, Flashdance tenía como protagonista a una metalúrgica que quiere triunfar en el mundo del baile. 

Jennifer Beals pasaría a la historia del cine por una película que volvía a ser un canto al sueño americano. No obstante, aunque puedan parecer rivales, las dos cintas tienen más puntos en común que los aparentan a primera vista. Ambas tienen canciones interpretadas por la gran Irene Cara, y las dos fueron dirigidas por realizadores británicos formados en el mundo de la publicidad -Adrian Lyne, en Flashdance, y Alan Parker, en el caso de Fama. 

     

Guerras galácticas 

Los recreos de muchos de los críos de los 80 se convirtieron en peculiares batallas galácticas gracias a Star Trek y Star Wars. Ninguna de las sagas nació en los 80, aunque ambas tuvieron un gran impulso en aquella época gracias a las secuelas que se estrenaron en aquella década. La saga creada por George Lucas dejó con la boca abierta a los más pequeños con las dos primeras secuelas de la serie, El imperio contraataca y El retorno del Jedi. 

La cantidad de muñequitos y naves basados en los personajes de la franquicia ayudaron a forjar la memoria sentimental de los que hoy se encuentran entre los 30 y 40 años.Star Trek lucía un poco como la pariente pobre de la saga Lucas, aunque siempre contaba que fueras fan si te hacías amigo del chaval inglés o norteamericano que llegaba a tu colegio o instituto. La mayoría de los anglosajones parecía tener un cariño especial por la serie de Mr. Spock. 

        

Duelo de genios 

Michael Jackson era el indudable rey del pop, aunque había dos cantantes que luchaban por conseguir un lugar en el pódium junto a él. Estamos hablando de Prince y Terence Trent Darby. El primero se ganó el respeto de los entendidos con unos álbumes que parecían resumir toda la música negra, mientras que el segundo tuvo su efímero momento de gloria con Introducing the Hardline According to…, una curiosa puesta al día del soul de la Motown. 

Prince conseguía unas ventas más que importantes y unas excelentes críticas con dos álbumes que definieron una época: Purple Rain y Sign O' The Times. Mientras, Terence Trent D'Arby se ganaba el corazón de las quinceañeras con sus trenzas, su físico y una estupenda voz. 

No obstante, los dos cantantes tenían más que un punto en común: eran compositores de sus canciones, intentaban poner al día los sonidos de la música negra y distaban mucho de ser los muñequitos de las discográficas. Ambos terminarían abrazando la religión y renegando en algún momento de los nombres con los que conocieron el éxito. Sin embargo, ni como Love Symbol o Sananda Maytreya consiguieron la popularidad y el prestigio que alcanzaran en los 80.

       

Cuestión de formato  

Si Prince y D'Arby trazan una posible elección, qué decir de los sistemas audiovisuales. El vídeo entró como un elefante en una cacharrería en los hogares de medio mundo en los 80. Dos formatos lucharon por hacerse con el control de los reproductores: VHS, apoyado por JVC, y Betamax, lanzado por Sony. 

La leyenda dice que Betamax ofrecía mejor calidad de audio y vídeo que el VHS. No obstante, el sistema de vídeo de JVC acabó prevaleciendo sobre el de Sony al obtener mayor apoyo de los fabricantes de reproductores. Sólo la llegada del DVD terminaría con su reinado en los últimos años del siglo XX. 

¡Vaya cacao! 

Si los estándares del vídeo mantuvieron una lucha encarnizada, otras marcas también tuvieron sus pugnas. Dos productos lucharon por ser los protagonistas de los desayunos y meriendas ochenteros: ColaCao y Nesquik. 

Ambos cacaos de chocolate en polvo, que todavía se pueden adquirir en la actualidad, conseguían hacer más apetecibles los vasos de leche que nuestras madres nos obligaban a tomar. La principal diferencia entre ambos era muy sencilla: el ColaCao formaba unos pequeños grumos cuando se mezclaba con la leche, mientras que el Nesquik se diluía completamente. Ambos conseguían su propósito: endulzar cada una de nuestras comidas.

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