María de Ávila, una vida llena de danza

  • La bailarina María Dolores Gómez de Ávila, maestra de grandes figuras de la danza española como Víctor Ullate, ha fallecido hoy en a los 94 años en Zaragoza, ciudad en la que vivía desde hace años y donde fundó el Ballet Clásico de Zaragoza.

Madrid, 27 feb.- La bailarina María Dolores Gómez de Ávila, maestra de grandes figuras de la danza española como Víctor Ullate, ha fallecido hoy en a los 94 años en Zaragoza, ciudad en la que vivía desde hace años y donde fundó el Ballet Clásico de Zaragoza.

La bailarina ha muerto en su casa, acompañada de su hija Lola de Ávila, directora del Estudio de Danza María de Ávila, y sus nietas.

De Ávila, que nació en Barcelona el 10 de abril de 1920 en el seno de una familia sin conexión alguna con el teatro ni la danza, comenzó a los diez años con sus estudios de ballet con la profesora catalana Pauleta Pamiés en el Liceu de Barcelona, y más tarde se formó bajo las órdenes de los maestros Alejandro Goudinov, Antonio Bautista y Antonio Alcaraz.

A los 19 años llegó a ser primera bailarina del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, donde trabajó como compañera habitual del bailarín Juan Magrinyá, y llevó al escenario obras como "El amor brujo", que interpretó junto a Vicente Escudero en 1939.

Más tarde, la catalana entró a trabajar en el Ballet de Barcelona y la Compañía Española de Ballet, en las que figuró como bailarina estelar. Y, además, trabajó como profesora de danza en el Instituto del Teatro de la Diputación de Barcelona.

Fueron unos años de gran actividad profesional que, a causa de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, no permitieron a la artista interpretar ninguno de sus montajes en el extranjero.

Sin embargo, formó compañía con Juan Magriñá, primer bailarín de la Ópera de París, con el que recorrió en varias ocasiones los más importantes teatros españoles.

En 1948 contrajo matrimonio con el ingeniero aragonés José María García Gil, lo que hizo que se trasladara a Zaragoza, donde en 1954 fundó su Estudio de Danza Académica. Un centro por el que han pasado figuras importantes de la danza española como Víctor Ullate, Ana María de Gorriz, Cristina Miñana, Ana Laguna o Amaya Iglesias.

En esa ciudad, De Ávila también fundó el Ballet Clásico de Zaragoza y el Joven Ballet María de Ávila.

En febrero de 1983 se hizo cargo de la dirección de los ballets Nacionales Español y Clásico, donde se encargó de sistematizar el trabajo interno del ballet, así como abrió las puertas a coreografías como las de George Balanchine y Anthony Tudor.

Además, la bailarina encargó trabajos al bailarín y coreógrafo estadounidense Ray Barra, a quién posteriormente ofreció el cargo de director estable, que desempeñó hasta diciembre de 1990.

Tras abandonar estos cargos, se ocupó de dirigir e impartir clases en su academia de ballet "María de Ávila" de Zaragoza, donde trabajó durante varias décadas. En la actualidad, su hija Lola es la directora de centro.

Entre los galardones y distinciones que recibió a lo largo de su trayectoria profesional destaca el Premio Santa Isabel (1965), el Premio San Jorge (1974), o la Medalla de Oro de la Ciudad de Zaragoza, que se le entregó en 1982.

De Ávila también fue galardonada con la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en 1989; la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio en 2006, y el Premio Aragón, en 1996.

Figuraba también en su currículum el ser miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, lo que le convirtió en la primera bailarina en entrar en una academia de arte en España.

En Madrid su nombre está muy presente ya que el Conservatorio Superior de Danza lleva el nombre de esa maestra de bailarines.

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