Una exposición aborda la obsesión de Giacometti por la mirada

  • Mila Trenas.

Mila Trenas.

Madrid, 30 ene.- Los dibujos eran para Giacometti su forma de pensar, de concretar y de hacer avanzar su pensamiento y a ellos está especialmente dedicada la exposición "Giacometti. El hombre que mira", que abre hoy sus puertas en la Fundación Canal.

Formada con fondos de la Fundación Giacometti, la muestra exhibe un centenar de obras, con predominio de los dibujos que se muestran junto a un selecto grupo de esculturas. Gran número de las piezas, más de la mitad, han sido restauradas por la Fundación Canal y muchas de ellas no se han exhibido nunca.

"Se trata de una exposición diferente porque aborda en trabajo de Alberto Giacometti (Borgonovo,Suiza,1901-Coira,Suiza,1966) no como una retrospectiva sino bajo la forma de una exposición temática, pero que al mismo tiempo abarca la totalidad de su carrera".

Una carrera en la que pasó por las formas del naturalismo, el cubismo y el surrealismo, recordó Catherine Grenier directora de la Fundación Giacometti y comisaria de la muestra junto a Mathilde Lecuyer.

La obsesión de Giacometti por la mirada no había sida tratada nunca. "Él traduce esa mirada del mundo para mostrársela al espectador. Compartir esa mirada es la parte más difícil de la obra del artista pero a la vez da vida a su carrera", explicó la comisaria.

Las seis secciones en las que se ha dividido la exposición exploran la relación del artista con el cuerpo humano, comenzando por la "Cabeza" que para Giacometti era "la mirada, la vida". Afirmaba "Si no tenemos la cabeza, no tenemos nada" y consideraba que "si la mirada, es decir la vida, se convierte en lo esencial, no hay duda de que lo esencial es la cabeza".

Las caras de los modelos, que estudia en largas series de obras gráficas, desaparecen bajo las líneas de un cráneo universal repetido de memoria. "Cabeza sin cráneo" (1958) es un ejemplo de la permanencia de la dualidad cabeza-cráneo en las soluciones formales que adoptó en la posguerra; capta en ella la presencia de la muerte dentro de lo vivo.

Por su parte, la escultura "Cabeza de hombre" (1964-65) "disuelve la identidad del rostro en las líneas de una estructura craneal universal" que también se contempla en sus dibujos hechos de memoria y en sus series de retratos grabados o dibujados.

Tras la guerra, el artista determina el encuadre y el tamaño de la figura humana a partir de su propia visión, y no en función de las normas de la representación naturalista. Ejemplo de ello es el bronce "Hombre de medio cuerpo" (1965).

Giacometti "es singular en su mirada y en su forma de ver el mundo. El encuadramiento de sus figuras en el entorno y en sus proporciones es difícil", según la comisaria, quien calificó de poco habitual el encuadre que usó en sus figuras de medio cuerpo. "No es ni un busto ni una figura de pie; hablando cinematográficamente es como un plano americano. Introduce una dimensión corporal más potente".

La figura femenina, la masculina y la pareja, son protagonistas de otro ámbito de la exposición. El cuerpo le plantea a Giacometti la cuestión de su relación con la feminidad y con la pareja, cuya ambigüedad aparece a partir de 1932.

Giacometti define pronto un arquetipo de desnudo femenino de pie, cuyo volumen y características sexuadas evolucionan desde la estilización geométrica de las primeras obras hasta su estilo de madurez.

El bronce "Desnudo de pie sobre pedestal cúbico" (1953), evoca esa feminidad distante, mientras que en sus dibujos matiza esta visión de una feminidad totémica, sobre todo en los retratos que hace de las mujeres a las que ama.

"Veía a la mujer hierática e inmóvil y al hombre andando. Le gustaba mucho el hieratismo y la figura femenina que confronta a la masculina también en la escala de sus obras" según Catherine Grenier que ha seleccionado para la exposición "La pareja" (1927), característica del periodo surrealista del artista y que tiene sus orígenes en el auge de las artes primitivas.

Una de las partes más atractivas de la muestra es la dedicada a las "Figuras en la lejanía", con una amplia selección de dibujos y esculturas en los que intenta situar la figura humana en el espacio a escala de su visión y alterna monumentales figuras con otras pequeñas que parece van a desaparecer.

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