Borau dice que "no pasa un día sin que algún periódico titule con una frase de cine"

  • Madrid.- El cineasta y académico de la Lengua, José Luis Borau, que acaba de publicar el libro "Palabra de cine", donde vierte años de observación sobre cómo ha modificado el cine el lenguaje cotidiano "y hasta el pensamiento" de los españoles, afirma que "no pasa un día sin que alguien titule con una frase de cine".

Borau dice que "no pasa un día sin que algún periódico titule con una frase de cine"
Borau dice que "no pasa un día sin que algún periódico titule con una frase de cine"

Madrid.- El cineasta y académico de la Lengua, José Luis Borau, que acaba de publicar el libro "Palabra de cine", donde vierte años de observación sobre cómo ha modificado el cine el lenguaje cotidiano "y hasta el pensamiento" de los españoles, afirma que "no pasa un día sin que alguien titule con una frase de cine".

Borau (Zaragoza, 1929), que ha sido productor, director, actor, crítico y guionista, además de autor de películas como 'Mi querida señorita', 'Furtivos' o 'Leo', ha realizado hoy un encendido elogio de los guionistas, creadores de las frases, situaciones y palabras que "se han metido en la vida de tal modo que ya ni nos remontamos a su origen cinematográfico".

"Lo más difícil del cine es hacer un buen guión; buenos directores y buenos técnicos hay muchos...-opina el maestro- pero escribir un buen guión es más difícil que escribir una buena novela. Un guión es como un iceberg, lo más peligroso está por debajo", y pone como ejemplo el de "El apartamento", obra maestra de Billy Wilder: "Es imposible de lo bueno que es", afirma.

Como tampoco se podría entender el éxito (y la posteridad) que han alcanzado las frases de los hermanos Marx sin los guiones de Miguel Mihura, encargado de trasponer al castellano diálogos tan surrealistas como "es la guerra, más madera" o "la parte contratante de la primera parte...".

La obsesión de Borau con la influencia del lenguaje cinematográfico en el habla de los españoles viene de atrás; incluso, ha recordado hoy en una rueda de prensa y lo cuenta en el libro -editado por Península-, fue el tema que eligió en 2008 para su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua, donde ocupa el sillón "B" tras la muerte de Fernando Fernán Gómez.

Términos como "siempre nos quedará París" -frase de "Casablanca" que pronuncia Humphrey Bogart al recordar cómo se enamoró de Ingrid Bergman-, o "nadie es perfecto", que dedica a un Jack Lemon travestido en "Con faldas y a lo loco" el actor Joe Brown y que cambia el final de la película, no se pueden "predecir".

"Y sería muy mala señal -ha considerado Borau- que un guionista pensara una frase para que quede o para que la gente se ría; si lo pretendes, lo más fácil es que no suceda", ha señalado.

Y reconoce que en su dilatada experiencia sólo una vez recuerda una frase que "sabía" que iba a marcar: el final de "Mi querida señorita", que escribió a medias con Jaime de Arminán.

"Supo" que aquel "qué me va usted a contar, señorita", con el que su protagonista, José Luis López Vázquez, ilustra la aceptación de su sexo al final de la película, había dejado poso; incluso lo valoraron en Hollywood, dice: hasta el director George Cukor le alabó la frase.

Borau ha insistido en que el libro, que lleva varios años escrito aguardando el mejor momento para publicarse -sobre todo, por no deslucir su discurso a la Academia- "no es científico, ni contiene reglas ni leyes gramaticales": "es un mercadillo donde se venden las cosas que se comentan en la calle", dice.

Aunque la ignorancia del inglés ha sido en muchos casos el detonante para que el gracejo español -y la chulería madrileña- diera frutos como "la cagaste, Burt Lancaster", o "no te enrolles, Charles Boyer", también se ha enriquecido el idioma con expresiones del cine mexicano de los años 40.

Ejemplo: "macho", un término asimilado al español pero que jamás antes de las películas se había usado más que para referirse a animales.

Por otro lado, señala, el "poso" del cine sobrepasa con mucho el de la televisión, cosa que le enorgullece, porque -asegura- "se dice: tiene una casa de cine, o un novio de cine, pero, ¿quién va a decir tiene un novio de televisión? Eso implicaría la falta de fascinación", asegura.

Premio Nacional de Cinematografía, presidente de SGAE y ex presidente de la Española de Cine, Borau se ríe al afirmar que con el cine también se puede insultar: de ahí que al ex presidente José María Aznar se le llamara "Charlotín", por su parecido con el personaje de Charles Chaplin, o "Bambi" a José Luis Rodríguez Zapatero: "pero esto fue cosa de Alfonso Guerra", resume.

Alicia G.Arribas.

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