Brasil lleva a la Berlinale el "amor de madurez" entre dos artistas mujeres

  • Elena Garuz.

Elena Garuz.

Berlín, 11 feb.- Brasil llevó hoy a la Berlinale una de sus producciones más caras, "Reaching for the moon", que aborda los 15 años de amor entre dos personas tan antagónicas como la poetisa estadounidense Elizabeth Bishop, premio Pulitzer en 1956, y la urbanista, paisajista y arquitecta brasileña Lota de Macedo Soares.

El filme, dirigido por Bruno Barreto y que se proyecta dentro del festival en la sección Panorama, arranca en 1951, cuando la escritora viaja a Rio de Janeiro en busca de inspiración y se aloja en casa de Mary, una antigua compañera de estudios, y la pareja de ésta, Lota.

La extrema timidez de Elizabeth contrasta con la sensualidad brasileña personificada por Lota, lo que en un primer momento provoca el rechazo de la poetisa.

Pero este rechazo deja paso al amor en una difícil relación de a tres, pues Mary no está dispuesta a renunciar a Lota.

Este "ménage à trois" se desequilibra cuando Lota comienza su mayor obra, el diseño del Parque do Flamengo, en Río, y Elizabeth se aboca a un destructivo consumo de alcohol, con el golpe militar de 1964 como trasfondo.

"Tuve la oportunidad de conocerlas en los 50 y, sí, fue su gran amor", aseguró en rueda de prensa la productora del filme, Lucy Barreto, al referirse a la escritora y la arquitecta.

Según Barreto, "fue el amor de la madurez", pues "Lota tenía 41 y Elizabeth, 40, y estuvieron juntas 15 años".

"Creo que lo habrían estado siempre, si Lota no hubiera muerto", dijo, convencida, al hablar de estas dos mujeres que "tenían tal intimidad" que "se hablaban con la mirada, con sonrisas", de manera que observarlas se convertía en algo "especial".

La actriz australiana Miranda Otto, que en el filme encarna a la poetisa, confesó, por su parte, que no sabía nada de Bishop cuando recibió el guión, pero que al leer sobre ella tuvo la impresión de que llevó una "vida increíble".

"Escribí un correo a Bruno (Barreto) y le dije, 'adoro a estas dos mujeres', porque es muy poco frecuente encontrarte guiones sobre mujeres que son protagonistas tanto por su inteligencia como por su sexualidad", señaló.

Una de las cosas que le fascinaron del guión, agregó, "fue la idea de dos artistas conviviendo y el hecho de que estén enamoradas pero también sientan tanta pasión por lo que hacen ".

"Está esa cosa de tener una relación con alguien del que tienes casi todo, pero hay algo desconocido -la magia y el genio de su trabajo-, y es una parte de ellas que es intocable para ti", dijo.

De alguna manera, eso es lo que las separa, este "compromiso absoluto con su trabajo y su pasión y con lo que quieren hacer, que es la mayor de las fuerzas".

"Fui testigo de la construcción del parque. Pienso que la lucha de Lota no tuvo el merecido reconocimiento y pensé que debía hacer algo. Cuando conocí a Elizabeth, leí sus poemas y sentí admiración por ellos y pensé que tenía que escribir algo sobre ellas", señaló la productora.

Al mismo tiempo, reconoció que esta película ha sido el sueño de su vida durante 17 años, después de haber leído en la Navidad de 1995 la novela "Flores raras e banalíssimas" de Carmen L. Oliveria.

También supo en seguida que quien debía encarnar a Lota era la actriz brasileña Glória Pires -ausente en la rueda de prensa-, que al recibir varios días más tarde un ejemplar del libro aseguró, sin existir guión alguno, que ese era su papel.

"Gloria y Miranda son la esencia del filme. Se impulsaban la una a la otra, y eso pienso que es fascinante", aseguró por su parte Bruno Barreto, quien reconoció que en un primer momento no vio en la historia de Bishop y De Macedo los ingredientes para una película.

En 2004 leyó finalmente la novela de Oliveira, pero no tenía claro desde qué ángulo enfocar la historia.

"Lo importante es el porqué de querer contar una historia y yo quería hablar sobre la pérdida. Estaba pasando por el divorcio y quizás por eso surgió el ángulo de la pérdida", dijo el cineasta, quien agregó que "la esencia del tema del filme es la pérdida".

Esta película, que además de por su historia destaca por su hermosos paisajes y fotografía, es una de las producciones más caras del cine brasileño, con un presupuesto de alrededor de 6,5 millones de dólares.

Brasil está presente también en esta 63 edición de la Berlinale con dos coproducciones en la sección Panorama -"Frances Ha", de Noah Baumbach, con Estados Unidos, y "Habi, la extranjera", de María Florencia Álvarez, con Argentina, que opta además al premio a la mejor ópera prima.

La sección Generation, dedicada al género infantil y juvenil, incluye los cortos brasileños "Destimaçao", de animación, de Ricardo de Podestá, "O pacote", de Rafael Aidar, y "Xe tai cua bo", coproducido con Vietnam.

El documental "Hélio Oiticica", sobre el artista visual, fundador del movimiento cultural brasileño llamado tropicalismo, y rodado por su sobrino Cesar Oiticica Filho, se proyecta en la sección Forum y se complementa con dos exposiciones en la capital alemana.

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