El artífice del "Hollywood" egipcio cumple 75 años en medio de la polémica

  • El Cairo.- La primera productora de cine de Oriente Medio, "Studio Masr", donde se rodaron filmes como "Los diez mandamientos" o "El Valle de los Reyes", celebra los 75 años de su nacimiento envuelta en la polémica por el impago a sus empleados.

El artífice del "Hollywood" egipcio cumple 75 años en medio de la polémica
El artífice del "Hollywood" egipcio cumple 75 años en medio de la polémica

El Cairo.- La primera productora de cine de Oriente Medio, "Studio Masr", donde se rodaron filmes como "Los diez mandamientos" o "El Valle de los Reyes", celebra los 75 años de su nacimiento envuelta en la polémica por el impago a sus empleados.

Fundado en 1935 por el empresario Talaat Harb (1867-1941), modernizador de la economía egipcia, "Studio Masr" (Estudio Egipto, en árabe) llevó al celuloide la historia del país y ayudó a forjar la identidad nacional frente a las autoridades coloniales británicas de la época.

"Egipto fue el segundo país tras Francia en producir cine mudo", explica a Efe el director de postproducción de "Studio Masr", Hatem Taha, que recuerda que la productora fue pionera en África y Oriente Medio y convirtió a Egipto en la principal potencia árabe cinematográfica.

Hasta la década de 1960, sus salas de montaje hicieron posible un "Hollywood" a la egipcia que acogió varias etapas de producción de cintas estadounidenses como "Los tres mandamientos" (1956), con Charlton Heston en el papel de Moisés, o "El Valle de los Reyes" (1954), protagonizado por Robert Taylor y Eleanor Parker.

Y, puertas adentro, creó un floreciente mercado audiovisual con decenas de películas de los cineastas egipcios Salah Abou Seif y Shady Abdel Salam, y estrellas como la diva más famosa de la canción árabe, Um Kulzum, y el actor de musicales Farid Al Atrash.

De entre cientos de filmes, Taha recuerda especialmente "La Momia" (1969), dirigido por Abdel Salam, que llevó a la gran pantalla la historia de los ladrones de antigüedades faraónicas y fue el precursor del maridaje entre el cine y la civilización del Antiguo Egipto.

Para el director egipcio de cine Mohamed Kamel Al Qaliubi, "Studio Masr" representa la historia y "lo más importante de una industria estratégica para el país".

"El cine egipcio llegó a ser la segunda fuente de ingresos por detrás de las exportaciones de algodón y, además, tuvo una gran influencia en los demás países árabes", agrega.

Filial del "holding" Banco Misr, en 1960 el estudio fue nacionalizado y, tras décadas de abandono, el Gobierno egipcio cedió en el año 2000 la explotación de las instalaciones a una empresa privada con un período de vigencia de 20 años.

"Encontramos las instalaciones totalmente deterioradas y ahora hemos logrado revivirlas", asegura Taha, que señala además que se invirtieron más de 60 millones de libras egipcias (7,4 millones de euros) en modernizar los laboratorios e instalar "material ultra moderno".

La obsoleta tecnología de la década de 1960 dio paso a salas de edición digital y estudios de sonido, en cuyas dependencias se gestó "El Banat Dol" ("Estas chicas"), que participó en el 2006 en la sección oficial del Festival de Cannes.

La productora, artífice del "Hollywood" de Oriente Medio, sigue colocando sus títulos en la cartelera de los cines de la zona pues, según Al Qaliubi, el "Bollywood" indio "no ha logrado reemplazar al egipcio y sólo llegó a algunos sectores" de la población.

"Bollywood sólo triunfó en los países árabes del golfo Pérsico gracias a los millones de ciudadanos indios que trabajan en esa región", subraya.

El estudio, con una plantilla de 300 trabajadores, ha saltado a los titulares de los periódicos el año de su aniversario por las demandas de algunos de sus empleados, que exigen "una retribución ligada a los beneficios de la compañía, prometida por el Gobierno antes de entregar la gestión", indica Taha.

La disputa, que llegó hasta los tribunales, terminó recientemente con un fallo favorable a los empleados, que la empresa se niega a reconocer porque, a juicio de Taha, "se trata de una cláusula ilegal que corresponde al Gobierno".

"Habría que preguntarles a los egipcios si han visto alguna diferencia en la calidad de la imagen o el sonido y la producción de las películas egipcias entre 2000 y ahora", subraya Taha.

Y Al Qaliubi, quien defiende la gestión de la compañía durante la última década, cree que el celuloide egipcio es una de las pocas cinematografías nacionales que hay en el mundo, "junto a la francesa, la italiana, la india y, hasta en cierto modo, la española".

"El cine egipcio tiene sus tradiciones, pues retrata realidades que no existen en otros lugares como los 'muled' (cofradías religiosas), los barrios populares, la sociedad campesina, las fiestas o la religión", concluye Al Qaliubi.

Francisco Carrión

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