La Berlinale cree en los festivales de cine pese a los smartphones

  • Los festivales de cine tienen un buen porvenir a pesar del advenimiento de los smartphones y las tabletas digitales, considera el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, que todavía cree en el atractivo de la gran pantalla en un mundo que vive muy de prisa.

"Nuestras cifras por venta de entradas demuestran que siempre hay un gran deseo de ver películas en una sala de cine, en compañía de otras personas, para después intercambiar impresiones", explica a la AFP Kosslick, patrón del festival de cine de Berlín, cuya edición 2016 tendrá lugar entre el 11 y el 21 de febrero.

El año pasado, se vendieron o distribuyeron unas 500.000 entradas para la Berlinale, el único gran festival que permite al gran público asistir a todas las proyecciones.

El responsable afirma estar convencido de que el fenómeno del "binge watching", el visionado casi compulsivo de series en pequeñas pantallas, desencadenará una recuperación del apetito por el cine en gran formato, por los filmes "que se toman su tiempo para contar una historia completa".

"Nuestra sociedad tiene mucho que ganar si se ralentiza un poco", juzga.

"Habrá un fenómeno inverso. No es posible que todo el mundo se mantenga enganchado a pequeñas máquinas que se llevan en un bolsillo", continúa Kosslick, que ha relanzado con éxito la Berlinale desde que asumió su dirección, en 2001.

Aprovechando la ola de popularidad de las series, el festival presentará también en la gran pantalla producciones televisivas danesas, británicas, estadounidenses o israelíes.

A ojos de Kosslick, los festivales no están condenados a desaparecer puesto que los cinéfilos necesitan la atmósfera de las estrellas, las lentejuelas y las alfombras rojas.

La Berlinale exhibirá el nuevo filme de los hermanos Coen, "Ave César", y proyectará largometrajes, fuera y dentro de competición, con grandes nombres en cartelera: Colin Firth, Nicole Kidman, Jude Law, Emma Thompson, Don Cheadle, Kirsten Dunst, Gérard Depardieu y Adam Drive, entre otros.

Una selección de documentales, así como una gran diversidad de lenguas y culturas también estarán presentes en la vasta selección de películas chinas, belgas, francesas, neozelandesas, estadounidenses, tunecinas...

Otra baza para atraer al público, de la que Kosslick no esconde su orgullo: Meryl Streep, tres veces oscarizada, presidirá el jurado del festival en esta edición.

"Meryl Streep ha sido una invitada del festival en varias ocasiones y cuando recibió el 'Oso de Oro' por el conjunto de su carrera, en 2012, me dijo que le gustaría quedarse más tiempo en Berlín", comenta.

"Por supuesto, para el director de un festival eso quiere decir: '¡Pídeselo!'. Ella podría haber dicho que no, pero tuvimos suerte", se congratula.

En su opinión, su venida tiene también mucho que ver con la reputación de la Berlinale de ser un festival comprometido, como el año pasado cuando el principal premio fue para "Taxi Teherán", del iraní Jafar Panahi, una película realizada a pesar de la prohibición de las autoridades.

"Si usted conoce su carrera (de Meryl Streep), sabrá que es una actriz comprometida, por lo que es posible que (ella) se diga que no es un mal festival para ser por primera vez presidenta del jurado", añade Kosslick.

Por otro lado, el director de la Berlinale admite que los festivales también deben hacer todo lo posible para corregir las desigualdades entre hombres y mujeres en el mundo del séptimo arte.

Solamente dos de los dieciocho filmes en competición en esta Berlinale fueron dirigidos por mujeres. Además, ninguno de los grandes festivales ha sido dirigido por una mujer.

"En tanto que institución cultural es nuestro deber luchar por la igualdad", afirma Kosslick. "Creo en las cuotas para mujeres (...) puesto que es la única cosa que funciona", continúa.

Kosslick no excluye ceder su lugar a una mujer cuando finalice su contrato dentro de tres años.

"En 2019, cumpliré 70 años y tengo un nieto. Pero entretanto, (me dedico a) la Berlinale a fondo".

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