La resurrección de River Phoenix en la Berlinale topa con legalismos

  • El actor River Phoenix, muerto en octubre de 1993 de una sobredosis, resucitó hoy en la gran pantalla de la Berlinale con la exhibición de su última película "Dark Blood", aunque no tiene asegurado su estreno comercial por razones legales.

Gemma Casadevall

Berlín, 14 feb.- El actor River Phoenix, muerto en octubre de 1993 de una sobredosis, resucitó hoy en la gran pantalla de la Berlinale con la exhibición de su última película "Dark Blood", aunque no tiene asegurado su estreno comercial por razones legales.

El director de la película, George Sluizer, en la sección oficial pero fuera de competición, admitió tras el pase para la prensa que no tiene claro si llegará a estrenarse por un contencioso con la aseguradora bajo cuya custodia quedó el material.

"No hemos llegado a un acuerdo. Tal vez lo consigamos mañana, tal vez no lo consigamos. No lo sé", explicó el cineasta holandés, quien ha tardado veinte años en completar un filme cuyo rodaje quedó interrumpido diez días antes de su final por la muerte del actor.

Phoenix falleció a los 23 años de una sobredosis a las puertas de una discoteca, entonces propiedad de Johnny Depp, lo que de inmediato le catapultó, como a tantos astros de muerte prematura, a comparaciones como un nuevo James Dean.

Sluizer tardó años en recuperar el material rodado del filme, que arranca con un matrimonio de actores cuyo Bentley queda averiado en una carretera del desierto de Arizona, situación de la que los salva -o no- el guapo joven de raíces indias que interpreta Phoenix.

"De pronto me enteré, hacia 1999, de que la compañía de seguros donde habían quedado depositados los rollos iba a destruirlos y decidí actuar deprisa para recuperarlo", explicó hoy Sluizer, acompañado del protagonista masculino, George Pryce.

Consiguió impedir su destrucción, pero no se puso a trabajar de inmediato sobre ese material, hasta que en 2007, creyéndose a las puertas de la muerte, decidió completarlo.

"Me diagnosticaron un aneurisma y creí que iba a morir", explicó, lo que sumó otros dos años al retraso ya acumulado hasta que ya, restablecido, pudo dedicarse a completar el filme.

Fue una tarea ardua, porque además de no haberse terminado el rodaje tampoco puedo recuperar íntegramente todos los rollos que teóricamente habían quedado almacenados en un depósito.

"Dark Blood" pasó por otros festivales antes de llegar a la Berlinale, pero es complejo saber si va a lograr sortear el eslabón del litigio con la aseguradora para pasar a salas comerciales.

"Estamos hablando de otras dimensiones. De gente que no entiende de cine o cultura y que solo les preocupa el dinero. Mucho dinero, por lo demás", lamentó el octogenario cineasta.

La película empieza con una advertencia al espectador del propio Sluizer, quien aclara que fue un rodaje inacabado y destaca el futuro que tenía por delante Phoenix -hermano mayor del también actor Joachin Phoenix-.

A partir de ahí, se adentra en la historia del matrimonio de actores, con una cita para un rodaje, que quedan tirados en una carretera donde transita un auto cada dos días.

El esposo decide esperar dentro del Bentley, hasta que ella -Judy Davis- se lanza en la noche en dirección a la luz de una cabaña, lugar donde vive Boy, un muchacho tan esotérico como guapo y necesitado de una mujer, puesto que enviudó de la propia.

Se abre así el inevitable juego de seducción entre la atractiva esposa y el joven, así como la lógica rivalidad con el marido.

Sluizer rellena las escenas inconclusas con su propia voz, relatando lo que habríamos visto de no haber muerto el actor.

El conjunto tiene un punto hasta macabro, a lo que contribuye una frase de Judy Davis al chico, en que le provoca diciéndole que es un joven prematuramente muerto.

La exhibición de "Dark Blood" completó la jornada de la sección oficial de hoy, penúltima de la Berlinale, cuyo único filme a competición fue el kazajo "Uroki Garmonii" (Harmony Lessons), que discurre en una recóndita escuela rural.

Se trata del debut como director de Emir Baigazin, nacido en 1984, y también el primer filme de Kazajistán a competición en la Berlinale, que generó ovaciones en el pase para la prensa.

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