Matt Damon, de genio matemático a vendedor de gas en 'Tierra prometida'

Matt Damon es un actor tan peculiar en Hollywood que su único Oscar lo tiene al Mejor Guión original. Suena raro, pero así es. Nacido en Massachusetts hace 42 años, este camaleónico intérprete se atreve con todo tipo de papeles pero por ahora sólo ha recibido el reconocimiento de la Academia del cine estadounidense por su labor como guionista con 'El indomable Will Hunting'. ¿Lo conseguirá con 'Tierra prometida'?

En esta película, Damon da vida al vendedor de una compañía de gas que intenta convencer a los habitantes de un pueblo de la América profunda de que permitan extracciones en sus tierras. Una labor que parecía sencilla porque la gran mayoría de los lugareños era víctima de la crisis económica, pero que se complicará por culpa de un profesor y un ecologista, que explican a sus conciudadanos los peligros de la polémica técnica del fracking para extraer gas o petróleo del subsuelo.

Un papel protagonista hecho a la medida del actor estadounidense, más que nada porque ha coescrito el guión con John Krasinski, que también ha tomado para sí otro de los papeles. La implicación de Damon es tal que también iba a dirigir el largometraje, aunque al final tuvo que ceder el testigo a Gus Van Sant, director con el que ya había trabajado en 'El indomable Will Hunting' y 'Guerry', y con el que guarda una gran amistad.

A Matt Damon le gusta coger papeles muy diferentes, no quiere encasillarse. El de vendedor de gas (¿sin escrúpulos?) todavía no lo había tocado, pero ya puede apuntárselo en su haber. El 19 de abril se estrena en España 'Tierra prometida' y habrá que ver qué acogida tiene un film que no está llamado a realizar una gran taquilla, pero es que a esta figura de Hollywood no le preocupa en demasía la taquilla. Hace lo que quiere aunque a veces los resultados económicos no sean los mejores.Salto a la fama

Su papel en 'El indomable Will Hunting' de joven conserje que escondía a un genio de las matemáticas encantó a la crítica y al público, y con él recibió su única nominación al Oscar al Mejor Actor principal. La estatuilla dorada del calvo con la espada no llegó, como tampoco llegaría 12 años después cuando su interpretación del capitán del equipo de rugby de Sudáfrica en 'Invictus' le valió otra nominación, ésta a Mejor Actor de reparto.

A partir de entonces, Damon comenzó su idilio con el público. En 'Salvar al soldado Ryan' interpretó al paracaidista estadounidense que daba nombre a la película. Un año después, asumió en 'Dogma' el rol de un ángel caído con ganas de liarla parda junto a su amigo Ben Affleck para volver al cielo, y triunfó en las salas de cine como un impostor inquietante en 'El talento de Mr. Ripley'. Todos papeles muy diferentes.

Con 'Ocean's Eleven: hagan juego', donde hacía de uno de los ladrones del equipo lideraba George Clooney, volvió a intervenir en un film rentable tras un par de fracasos en taquilla. Por mucho que no sea su principal preocupación, un actor vive de su éxito económico casi tanto como de su calidad interpretativa. Ésta le sobra a Damon.

El bombazo en taquilla le llegaría con la trilogía del agente especial de la CIA Jason Bourne. Un papel de héroe que le venía como anillo al dedo porque no era el típico bueno de manual, un papel que junto al de topo dentro de la policía en 'Infiltrados' le convirtió en una de las estrellas de la primera década del siglo XXI.

Gracias a ellos pudo permitirse rodar otras películas de menor presupuesto como 'El buen pastor', 'El soplón', 'Invictus' o 'Más allá de la vida', las dos últimas a las órdenes de Clint Eastwood, o permitirse algún patinazo en taquilla considerable como el de 'Green Zone: distrito protegido'.

En los últimos años ha seguido prestando su cara, su voz y su actuación a personajes tan dispares como los de 'Valor de ley' o 'Destino oculto'. Ahora, con la película 'Tierra prometida' vuelve a dar otro pequeño giro a su carrera. ¿Vendedor de gas? Con Damon todo es posible, lo que habla muy bien de esta estrella del celuloide.

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