"Siempre se ha dicho que la realidad supera a la ficción pero ahora ya le saca cuerpos de ventaja"

  • El despido de John Galliano por un comentario antisemita, el circo medíatico con el caso de Marta del Castillo, los problemas para Nacho Vigalondo por un 'tuit' malentendido... Ahora una película, 'Amigos', siembra la polémica por bromear con el atropello mortal cometido por Farruquito. "De tanto medir lo que se dice, todo es asepsia", se queja uno de sus protagonistas, Diego Martín, que ha trabajado mucho en televisión y sabe muy bien de qué habla.
Diego Martín en una escena de la película 'Amigos'
Diego Martín en una escena de la película 'Amigos'
lainformacion.com
Fernando de Luis-Orueta (Málaga)

El madrileño Diego Martín (1974) está curtido en mil y una batallas en televisión como actor de muchas de las series de más éxito de los últimos tiempos: Aquí no hay quien viva, Hermanos y detectives, Doctor mateo… Por eso él quizá sea la persona más indicada para abundar en la reflexión que plantea su nueva película, Amigos…, que presentó ayer en el Festival de Málaga. En ella, tres treintañeros son desafiados por un viejo amigo recién fallecido: legará su fortuna a quien logre mayor audiencia en televisión.

¿Vale todo en televisión?

Si no vale todo en televisión, en algunos momentos se acerca. Lo tremendo es pensar que situaciones que se hubieran considerado totalmente disparatas, imposibles, surrealistas…. Son totalmente superadas a diario en cualquier programa que veas. Siempre hemos dicho que la realidad supera a la ficción pero ahora ya le está sacando cuerpos de ventaja. Además es una apuesta muy complicada porque cada vez necesitas más: cuando ya has vendido todo lo vendible y explotado todo lo que se puede explotar, ¿qué más te queda por hacer?

Ahora es habitual que las televisiones produzcan cine. De hecho, tu película está producida por Telecinco. ¿No te da miedo que el cine se contagie de la telebasura?

En eso soy más negro. No culpabilizo ni a la televisión ni al cine de eso sino que son reflejos de la sociedad. Soy de los que creen que tenemos la televisión que nos merecemos. Absolutamente. ¿Quiere eso decir que todo el mundo es idiota? No… Al igual que no todo lo que hay televisión es idiota. Pero mucha gente de la que consume esos programas está idiotizada. Lo que me preocupa es la gente, no la televisión. Si todo el mundo mañana apagara la televisión cuando salga Belén Esteban, no habría Belén Esteban. Es un poder que la gente ignora. Es la gente quien tiene la responsabilidad de la sociedad en la que vive.

¿Cuál es tu actitud personal ante la telebasura?

Esto no es prurito de querer pasar por culto: la telebasura me aburre soberanamente. Ni siquiera entiendo el mecanismo. Me agrede esa cantidad de gritos, esa vulgaridad… Me parece el peor de los circos. Una de las cosas que me parece higiénica de la televisión actual es la variedad que hay, con los canales temáticos para que cada uno vea lo que le quiera. Pero es difícil de escapar porque se le da mucho eco de tal manera que incluso gente que no ve televisión sabe quién es Belén Esteban.

Amigosha levantado cierta polémica por introducir un par de gags sobre el caso Farruquito, en el que el bailaor atropelló mortalmente a un hombre. ¿Te chocó cuando leíste el guión? ¿Lo abordasteis en el rodaje?

Lo debatimos, evidentemente. A mí me parece que estamos haciendo humor. Si me preguntas si se puede hacer humor con todo: No. Pero me parece que está tratado de una manera que queda claro que obviamente no nos reímos del suceso sino que forma parte de lo que habla la película, que es esta sociedad del espectáculo en la que todo está televisado. Es una referencia a un caso que ha estado en la calle, muy mediatizado y del que se ha hecho show.

Efectivamente, el caso Farruquito estuvo en todos los programas del corazón durante meses…

Hay una cosa que está mal en una sociedad si se preocupa por que se haga un chiste sobre algo que fue de chiste. Hay muchas situaciones reales que son dramáticas pero que vistas desde fuera son valleinclinescas: todo lo que está pasando con Marta del Castillo y otros casos son terribles obras negras de un país que no sabe si te está hablando en serio.

Últimamente se han levantado varias polémicas por chistes malentendidos o por opiniones mal dichas.

Ahora todo es demasiado literal. Todo se entrecomilla, todo se saca de contexto, está todo vigilado. La sociedad se ha convertido en un policía. Es lo que le ha ocurrido a [John] Galliano. No lo voy a justificar, pero es verdad que todos decimos barbaridades que nisiqiuera pensamos. No creo que Galliano sea antisemita. Lo que creo es que es un tío que va solo, mamao como una cuba y el hecho diferencial está en que hay un señor con una cámara que se va a un periódico a venderlo. El problema no es que haya sucedido, es que se haya visto. Que en el año 2011 tengamos que decir que lo que pasó con Farruquito fue una barbaridad me parece infantil.

Vivimos un momento a nivel mediático muy delicado en el que todo se tiene que medir. De tanta medición todo es asepsia. Todo el mundo dice tonterías, lugares comunes para que nadie le saque más punta. Antes de hacer esta película he oído 45 chistes de Farruquito. España es un país muy proclive a que en cuanto pasa una cosa haya a los dos días chistes. Y ese es el espíritu con el que se ha metido en la película.

En el caso concreto de tu personaje, además, hay una gran dosis de incorrección política porque hace muchas referencias xenófobas.

También hablé con el director sobre esto: todos los chistes xenófobos con Perú o Rumanía hasta qué punto cuelan como chiste o no. En general creo que la forma de hacer humor no debe condicionar la forma de pensar de la gente. Es un ejemplo muy viejo: si alguien se tira por la ventana después de ver Superman es que está enfermo. Si la gente cree que hay que ser racista después de ver a un personaje que lo es, es que están enfermos.

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