Sólo una mujer por cada diez hombres firma una película

  • La mujeres del cine comprueban a diario las dificultades que añade su sexo a las posibilidades de sacar una película adelante, problemas que vienen de lejos y que son comunes en muchos otros ámbitos, pero que en la industria cinematográfica arrojan cifras de diez a una: diez hombres por cada mujer directora.

Alicia G.Arribas

Madrid, 8 mar.- La mujeres del cine comprueban a diario las dificultades que añade su sexo a las posibilidades de sacar una película adelante, problemas que vienen de lejos y que son comunes en muchos otros ámbitos, pero que en la industria cinematográfica arrojan cifras de diez a una: diez hombres por cada mujer directora.

Según testimonios recogidos por EFE entre mujeres cineastas, su situación arroja unos datos estremecedores, por escasos.

Los últimos publicados por el Ministerio de Cultura, recopilados por Barbara Zecchi, estudiosa de las relaciones de la mujer con el cine y doctora por la universidad californiana de UCLA, señalan que poco más del 10 por 100 de las películas que se estrenaron en 2011 fueron dirigidas por mujeres.

"Hemos vuelto a las cifras de 2007", dice esta experta.

Y más sangrante aún: de los 187 largometrajes estrenados en 2011 -19 dirigidos por mujeres-, sólo 4 fueron de ficción, frente a los 85 realizados por hombres. Los otros títulos corresponden a documentales.

"La creación femenina se ha refugiado en el documental porque necesita menos presupuesto", explica la presidenta de CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales), Inés París, en declaraciones a EFE.

La directora de "A mi madre le gustan las mujeres" y "Sé quien eres", explica que las mujeres tienen "muy complicado el acceso a las grandes producciones, grandes presupuestos y grandes festivales, por lo que no buscan otras vías".

A este respecto, la directora general del ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales), Susana de la Sierra, ha señalado a EFE que una de las funciones de su departamento "es contribuir a la visibilización" de la presencia y del trabajo femenino, y "eliminar barreras que puedan perjudicar dicha presencia".

"Sabemos que en ocasiones es suficiente nombrar una realidad para que cobre fuerza o sea reconocida, por ello -ha añadido De la Sierra-, los premios tienen un valor simbólico importante", como el Goya de Honor de la Academia del Cine que este año premió la trayectoria de Josefina Molina.

La realizadora Paula Ortiz, que mañana estrena "De tu ventana a la mía", asegura que, aunque su generación ha tenido la oportunidad de acceder a la formación cinematográfica en condición de igualdad y en cualquier área del cine, "cuando llegas al ámbito profesional, la cosa cambia".

El cine, reflexiona Ortiz, "es un mundo muy masculinizado y con muchas incertidumbres, no es seguro y exige renuncias".

También las actrices sufren la asfixia que supone el cine en masculino.

"Nos queda tanto por luchar para conseguir la igualdad", apunta Maribel Verdú, que encuentra "vomitivo" que los varones cobren más, "incluso el doble" que una mujer por hacer el mismo trabajo.

"Y no soy una feminista -puntualiza-, me encanta que me abran la puerta y que me lleven la maleta, pero la igualdad está por encima de todo eso; primero igualdad, que aún nos queda mucho camino, y luego si quieres, ya te llevas tu sola la maleta", zanja.

Otro caballo de batalla es cómo el cine actual premia o excluye a las actrices según su edad o su aspecto.

"Reivindico personajes para mujeres maduras, porque nos han borrado del mapa", se lamenta la veterana Luisa Gavasa.

"Hace años, veíamos envejecer a Gracita Morales, María Luisa Ponte, o las Gutiérrez Caba, con el oficio. Ahora hay una crueldad hacia la mujer tremenda. Se le exige ser joven, estar delgada, no tener arrugas. Para seguir siendo un ser humano no hay que ponerse bótox", resume.

Leticia Dólera añade una vuelta de tuerca: "A la mujer se le exige una apariencia física pero eso no se traduce luego en el trabajo".

"Hubo un momento en el que se avanzó mucho, pero ahora estamos volviendo hacia atrás -dice la joven actriz-, y además creo que a veces lo fomentamos nosotras mismas, por entrar al juego de que se nos valore por el físico y no el talento o la profesionalidad".

Si puede servir de consuelo, concluye París, las cintas que se estrenaron en 2011 "son poderosas reflexiones sobre (y denuncia de) la situación femenina".

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