Cuando comer en familia depende de la ayuda alimentaria

  • Mònica Faro.

Mònica Faro.

Madrid, 27 nov.- Escenas cotidianas de la alimentación de familias de Ecuador, Myanmar, Chad, Nigeria y Jordania irrumpen en el trasiego del primer mundo con una exposición itinerante de fotografía con parada en Madrid organizada por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas y la Comisión Europea.

Miradas, sonrisas y celebraciones alrededor de una mesa, muchas de ellas en un contexto de conflicto, lanzan una pregunta a quienes atraviesen, hasta el 20 de diciembre, la pasarela de la terminal 2 del Aeropuerto Adolfo-Suárez Madrid Barajas: "¿Qué nos une a los ciudadanos del mundo?".

Una llamada de atención a la ciudadanía que tiene un doble objetivo: demostrar que la alimentación es un acto social en cualquier lugar del mundo y concienciar sobre la situación que atraviesan miles de personas en un mundo en el que mueren 8.000 niños al día por malnutrición, de los cuales un 45 % son menores de cinco años.

El director de la Representación de la Comisión Europea en España, Francisco Fonseca, ha afirmado a Efe que "esta estadística es inaceptable y no se puede permitir en el siglo XXI", al tiempo que "hay que ser conscientes de que la ayuda humanitaria de la Unión Europea es la mayor a nivel mundial", con 530 millones de euros (660 millones de dólares) destinados a los más necesitados.

"Con esta exposición mostramos caras, personas, familias que gracias a los alimentos que los europeos donamos pueden hacer lo más importante, que es la comida en familia", ha reiterado.

La Unión Europea contribuye con un tercio de la financiación del Programa Mundial de Alimentos, que asistió en 2013 a más de 80 millones de personas en 75 países, mediante ayuda urgente y también con el desarrollo de iniciativas para garantizar el futuro de estas poblaciones.

Con el apoyo financiero de la Comisión Europea, el fotógrafo Chris Terry se ha colado en la vida de decenas de familias de cinco de estos países, en tres continentes, que atraviesan situaciones muy dispares, ha destacado la directora del Programa Mundial de Alimentos en Bruselas, Krystyna Bednarska.

Por un lado, las imágenes de Ecuador, Jordania y Myanmar reflejan "la vida de millones de personas refugiadas en países en conflicto", mientras que las de Chad y Nigeria muestran la importancia de la ayuda en "situaciones de pobreza extrema en medio del desierto".

Sin embargo, ha añadido que "todas esas familias tienen también algo en común, como con el resto de familias de todo el mundo, y es la necesidad de alimentar a sus hijos".

"El mensaje de esta exposición es que dentro de estas condiciones extremas las personas buscan un retorno a una cierta normalidad. El hecho de poderse reunir alrededor de un plato y comer juntos en familia les permite tener ese pequeño retorno a la normalidad", ha recalcado.

Algunas de las fotografías que han aterrizado en el aeropuerto Madrid -solo una muestra del trabajo de Kerry, con más de 200 imágenes- viajarán el año que viene a Dublín, Lisboa y otras capitales europeas.

Los viajeros que se crucen con ellas a su paso por los aeropuertos podrán encontrar un punto más de unión con las familias gracias a un folleto con recetas tradicionales de Colombia, Nigeria, Siria, Nigeria o Chad.

Una exposición que obliga a los viajeros, aunque sea por un instante, a dejar a un lado las preocupaciones y alzar la mirada.

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