A menudo, la magia del Photoshop salva una foto tomada en situaciones extremas. En otras ocasiones, el retoque se utiliza para mejorar, de manera artística, profesional o intencionada, la imagen que nace de la cámara.
Con el boom de la fotografía digital, el programa de Adobe cambió radicalmente el proceso de manipulación y retoque fotográfico, creando incluso dudas de la autenticidad de algunas instantáneas -digamos- demasiado perfectas.
Sin embargo, ahora, una exposición rememora que alterar una foto es un acto tan antiguo como la propia fotografía. Desde el siglo XIX, solo ha cambiado el cómo, no el por qué.
La muestra Faking It: Manipulated Photography Before Photoshop nos enseña 200 imágenes modificadas mediante primitivos procesos manuales que abarcan desde los repintes, la exposición múltiple, el retoque de negativos, las impresiones combinadas o el fotomontaje.
El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York resucita estas viejas fotografías alteradas al servicio de la política, de las noticias, de la búsqueda artística o del entretenimiento. Todas juntas trazan la Prehistoria del retoque fotográfico desde las décadas de 1840 hasta los años 90.
En esta exposición, encontramos fotografías tan surrealistas como la de un hombre realizando malabares con su propia cabeza cortada o el cuerpo de una mujer convertida en el pie de una lámpara de salón.
'A través de los ojos de hoy, podemos ver que el viejo adagio -la cámara nunca miente- ha sido siempre la ficción suprema de la fotografía', explican los responsables de esta exposición, abierta hasta el 27 de enero.
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