Assumpta Montellà evoca la Batalla del Ebro a partir de sus soldados

  • Jose Oliva.

Jose Oliva.

Corbera d'Ebre (Tarragona), 4 feb.- La historiadora Assumpta Montellà evoca en su último libro, "115 días en el Ebro", el día a día de la Batalla del Ebro a partir de testimonios de soldados que participaron en el enfrentamiento más cruento de la Guerra Civil española.

La Batalla del Ebro, que fue el enfrentamiento más decisivo de la Guerra Civil española, fue también, ha explicado hoy Montellà en las ruinas de pueblo de Corbera, situado en medio del frente, "el más doloroso y más irracional".

El libro, publicado por Ara Llibres en catalán y que también se publicará en castellano antes del verano, nació hace un par de años en el museo del exilio de Perpiñán, donde vio al fondo de la sala a "un hombre mayor que temblaba y lloraba compulsivamente. Le pregunté si podía ayudarle, y me enseñó una fotografía de 'La quinta del biberón'".

A continuación, dijo: "Yo maté a unos cuantos de estos y sólo obedecía órdenes".

Montellà ha asegurado que, "aunque se ha escrito mucho de la Batalla del Ebro, hay mucha literatura y muchos manuales. Quería hacer una aproximación casi mas antropológica que histórica y dar voz a las microhistorias, cuya suma conforma la historia colectiva".

Unos 27.000 jóvenes de entre 17 y 18 años fueron llamados al frente, a una batalla que, como señalan todos, "se sabía perdida" para los republicanos, una batalla, comenta Montellà, que se llevó a cabo "por causas militares, políticas e internacionales".

En una amplia área del sur de Tarragona, en torno al río Ebro, se enfrentaron 75.000 soldados republicanos, frente a un "ejército franquista que iba incorporando hombres de otros puntos de la península, de Levante, de Extremadura...".

La historiadora, que es autora de ensayos históricos superventas como "La maternidad de Elna" o "El séptimo camión", ha conseguido pulsar "los ideales y los temores de hombres que estaban lejos de los despachos de Juan Negrín o de Burgos".

La primera pregunta que Montellà hacía a todos los soldados de "La quinta del biberón" era: "¿Pasaste miedo en la Batalla del Ebro?".

Uno de ellos confesó que, cuando recibió la carta de reclutamiento, se escondió, intentó pasarse al enemigo. "'Ahora que sabes que soy un cobarde, ¿aún te interesa mi historia?', me dijo. Pues claro, porque es la vertiente más humana de la historia", responde Montellà.

Con su participación en el libro, añade la historiadora, estos soldados, ahora que se vuelven a acercar a la muerte en la parte final de sus vidas, "quieren hacer un testamento de vida y quieren dejar escrito lo que vivieron por aquellos que no volvieron, porque callar sería como volver a dejarlos tirados en la trincheras".

Los miedos no son los mismos a ambos lados del frente, porque en el bando franquista, donde había personas muy creyentes, "la fe les ayudaba a afrontar una orden tan temeraria como para enfrentarse a lo que les venía", deduce.

A partir de una base cronológica, la historiadora introduce al lector en los motivos del inicio de la Batalla del Ebro, causas militares, políticas ("Negrín necesitaba una victoria para refrendar su liderazgo") e internacionales ("'Resistir es vencer', decía Negrín, que esperaba prolongar la Guerra Civil hasta el inicio de la II Guerra Mundial").

Cada uno de los soldados explica cómo recibió la carta de reclutamiento y qué hicieron: algunos se ocultaron, otros se pusieron a temblar, otros lo aceptaron y otros se fueron de voluntarios.

También explican cómo hicieron la instrucción con piedras que emulaban las bombas y con palos de escoba que imaginaban fusiles.

Además, relatan sus impresiones al ver los primeros muertos en el frente; las decepciones, porque la mayoría se sintieron engañados; o la tentación de desertar, cuando Franco decidió hacer una batalla de desgaste.

En el epílogo final, cada uno explica lo que pasó después de la Guerra Civil. La mayoría fue hecha prisionera, recluida en campos de concentración y de servicio militar. "En resumen, ocho años perdidos".

Mostrar comentarios