Así lo ha asegurado el autor en una rueda de prensa ofrecida en la Fnac de Valencia para presentar su última novela, 'Desde la sombra' (Seix Barral), de la que también hablará esta tarde a partir de las 20.00 horas en Espai Rambleta.
En este volumen, se narra la historia de Damián, un hombre confuso desde que perdió su trabajo y que un día se esconde en el interior de un armario. Antes de que pueda salir, el mueble es vendido y trasladado a la habitación de un matrimonio. Desde su escondite, el protagonista va encontrando su lugar en el mundo.
Así, bajo la apariencia de una trama de misterio e intriga, Millás construye la que es una "novela muy política", asegura. Preguntado por si además puede calificarse como una obra "indignada", ha hecho notar que "a veces las palabras de desgastan con el uso". Ha precisado que, en todo caso, puede haber una indignación pero no se coloca en primer plano. "No hay nada peor que una novela de tesis pero toda buena novela tiene una tesis", ha observado.
Por ello, en 'Desde la sombra' el lector sí podrá encontrar una reflexión de trasfondo sobre un mundo y una cultura que "cada vez escupe más a los márgenes a aquellos que no se integran al cien por cien" o la influencia de la televisión y los medios de comunicación. El protagonista se debate también entre su gusto por la "fama barata" y el "prestigio caro", este último representado en el libro por el personaje de Iñaki Gabilondo.
"SOMOS EL RESULTADO DE NUESTROS SUEÑOS"
El narrador ha comentado que el delirio --no entendido como una patología mental, sino como un sueño, ha precisado-- está "incrustado en la vida cotidiana". "La crisis que estamos viviendo fue a consecuencia de que la gente pensó que los pisos podían subir de valor un diez por ciento eternamente, fue un delirio colectivo", ha puesto como ejemplo. Y ha aseverado: "Somos el resultado de nuestros sueños y soñar es una forma de delirio".
Por otra parte, cuando se le ha planteado cuánto hay de Millás en el Damián de la novela, ha contesta que "mucho" porque todo escritor, al igual que en el lector, hay cierta "inadaptación" y "desajuste con la realidad". Tampoco se puede hablar, en opinión de Millás, de escritores u obras normales- "La primera obligación de una novela --ha dicho-- es ser anormal".
En este punto, ha agregado que "se escribe siempre desde el conflicto". "Si no hay conflicto no hay literatura; uno podrá escribir el Código Penal, pero no una novela", ha rematado.
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