Diez claves sobre Miguel de Cervantes: ni manco, ni Saavedra y excomulgado

  • En los 400 años del aniversario de su muerte, el genio universal sigue sorprendiendo con curiosidades que quedaban ocultas tras el mito.

    La casa donde falleció fue víctima del negocio del ladrillo; fue leído por Shakespeare y, probablemente, nunca conozcamos su verdadero rostro.

Diez claves sobre Miguel de Cervantes: ni manco, ni Saavedra y excomulgado.
Diez claves sobre Miguel de Cervantes: ni manco, ni Saavedra y excomulgado.
Pedro M. Puerta

En el aniversario de la muerte del novelista más grande de la Historia, cientos son los actos que, por todo el mundo, pretenden rendirle memoria. Sin embargo, a día de hoy, seguimos sin conocer realmente al hombre que se oculta tras el mito. ¿Conocías todos estos datos y curiosidades sobre el genial escritor?1. (Probablemente) nunca sabremos cómo era

No existe ninguna representación verídica del escritor. Todas las imágenes y dibujos que del genio se han hecho son posteriores, apócrifas e idealizadas; ni siquiera el famoso retrato que se guarda en la Real Academia, atribuido a Juan de Jáuregui (1600), le representa realmente. La mejor descripción de Cervantes la hizo Cervantes mismo en el prólogo de las Novelas Ejemplares (1613): "Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos (...) el cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies". En base a esta reseña, que ni el autor mismo se toma demasiado en serio, se lleva cuatro siglos construyendo su retrato.

2. No leyó a Shakespeare, pero el inglés a él sí

No hay ninguna evidencia de que el autor alcalaíno conociera las obras del dramaturgo anglosajón; las primeras traducciones de sus obras llegaron a España a finales del siglo XVIII. Sin embargo, Shakespeare sí que leyó la primera parte del Quijote, traducida al inglés por Thomas Shelton en 1612, y en base al personaje de Cardenio escribiría la obra Historia de Cardenio, representada dos veces en Londres en 1613. Sin embargo, los manuscritos se perdieron con el incendio del teatro The Globe ese mismo año.3. Pudo inspirarse en dos personas reales para el Quijote

Dos coetáneos manchegos de Cervantes, conocidos del escritor, pudieron ser la inspiración del genial personaje universal. El investigador Javier Escudero señala a dos señores toledanos de finales del siglo XVI. Uno era Francisco de Acuña, descendiente de una familia poderosa de Miguel Esteban (Toledo) del que está documentado que hacia 1581 se vestía de caballero y embestía a sus enemigos con lanza. Sus armas, del mismo modo que hizo Alonso Quijano, fueron recuperadas de sus bisabuelos. El otro se llamaba Francisco de Muñatones, que fue recaudador de impuestos al igual que el escritor, y se sabe de él por los archivos históricos que poseía "rocín blanco y silla", lanza, casco, cota de malla, escopeta y una biblioteca de algo más de veinte libros.4. Hasta el año pasado se desconocía la ubicación de su tumba

Una placa del escultor decimonónico Ponciano Ponzano señalaba que era en la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid donde descansaban los restos mortales del autor. Sin embargo, Cervantes murió pobre y sin gloria, y para cuando se reconoció la grandeza del padre del Quijote ya no se sabía donde se ubicaba exactamente, pues las reformas que sufrió la primitiva iglesia a finales del XVII dejaron sus restos perdidos. Una investigación dirigida por el forense Francisco Etxeberría logró dar con su ataúd -marcado con las iniciales M.C.- y sus restos, fragmentados y mezclados con los de otros 16 difuntos. Señalando oficialmente el lugar donde está enterrado Cervantes se le pretende rendir gloria eterna, al igual que hacen los británicos, desde hace siglos, con su héroe nacional: la Holy Trinity de Stratford-upon-Avon es la iglesia más visitada del Reino Unido.

5. Tenía gran aprecio hacia los catalanes

Mientras algunos elementos independentistas parecen querer desligarse de los actos en homenaje al escritor hispano más grande de todos los tiempos, su literatura les da motivos para lo contrario. No en vano, es de destacar que fuera Barcelona la única ciudad por la que pasan los protagonistas de la novela, como colofón a las aventuras del caballero andante en la segunda parte del Quijote. Además, Cervantes se muestra muy elogioso con la ciudad y aquellos que la habitan: "Archivo de la cortesía, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos, correspondencia grata de firmes amistades y en sitio y en belleza único" y, en Los trabajos de Persiles y Sigismunda: "Los corteses catalanes, gente enojada, terrible y pacífica, suave; calidades que por defenderlas entrambas se adelantan a sí mismos, que es como adelantarse a todas las naciones del mundo".6. Criticó los prejuicios raciales en "La Gitanilla"

Esta obra, que forma parte de sus Novelas Ejemplares, muestra al personaje de Preciosa, una adolescente gitana que se ganaba la vida bailando y cantando. Vive un romance con el caballero don Juan de Cárcamo, encontrándose así dos clases sociales opuestas. Ella, con gran espíritu independiente, le exige que, para demostrarle su amor, viva dos años como un gitano más. "Cuéntame por gitano desde luego, y haz de mí todas las experiencias que más quisieres", dice don Juan. La pareja vive alegre en la "ancha libertad" de los gitanos, y critica la idea de que "gitanos y gitanas nacieron en el mundo para ser ladrones". Un mensaje en contra del racismo que, lamentablemente, está de plena actualidad cuatro siglos después.7. Fue excomulgado por su esmero como recaudador

Recorrió con frecuencia el camino entre Madrid y Andalucía cuando trabajó como comisario de provisiones y recaudador de impuestos. Entre 1587 y 1589 ejerció de comisario de abastecimiento para la Armada Real en Écija (Sevilla). El celo que mostraba a la hora de embargar trigo y cebada de las iglesias del pueblo despertó la indignación del Arzobispado de Sevilla, que le excomulgó oficialmente. Ahí no se acabaron los problemas del escritor, a quien se acusó en 1588 de requisar 585 fanegas de cereales de más para venderlas por su cuenta. Por ello fue encarcelado algunas noches en Castro del Río (Córdoba) durante 1592; no consta, sin embargo, que haya estado nunca en la cueva de Medrano, en Argamasilla de Alba (Ciudad Real), donde la tradición dice que fue encarcelado y comenzó a escribir su obra maestra.

8. No era manco ni se apellidaba Saavedra

El escritor José Manuel Lucía Megías, autor de la obra La juventud de Cervantes. Una vida en construcción, derriba numerosos mitos que rodean al escritor alcalaíno. Por ejemplo, que al autor no le faltaba una mano. En el siglo XVII, ser manco no significaba obligatoriamente carecer de mano, sino simplemente tenerla inutilizada. Miguel de Cervantes recibió tres tiros en su mano izquierda "en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros", esto es, durante la batalla de Lepanto (1571), que se la dejaron inservible, pero aún así la poseía. Además, aclara que su segundo apellido es una añadidura del autor a partir de 1585. "Nadie de su familia tiene ese apellido", aclara Lucía Megías en una entrevista para La Vanguardia. El investigador prefiere la teoría de la científica Luce López-Baralt, que sostiene que Saavedra es una adaptación del dialecto argelino 'Shaibedraa' que significa "brazo defectuoso"; su apodo, durante el cautiverio de Argel, era Cervantes 'el manco'.9. La casa donde murió fue derribada por interés inmobiliario

"Aquí vivió y murió Miguel de Cervantes Saavedra, cuyo ingenio admira el mundo", reza la placa puesta sobre la casa donde murió el genio. Al igual que con la placa original colocada en el convento de las Trinitarias, tiene truco, porque la casa original fue derribada en 1833. El escritor falleció en esa vivienda, ubicada en la calle del León esquina con Francos, en el madrileño barrio de las Letras. Para cuando el propietario quería tirar abajo la casa, el literato Mesonero Romanos escribió un artículo sobre el suceso que llamó la atención del rey Fernando VII, que intentó comprar la vivienda e impedir su demolición, pero el dueño estuvo firme y pudo construir nuevas casas en el solar. La placa conmemorativa que fue colocada sobre la fachada le sirvió al propietario para revalorizar su inversión.

10. No murió el mismo día que Shakespeare

Aunque sea un dato bastante conocido, nunca está de más recordarlo. Miguel de Cervantes murió tal día como hoy, hace 400 años. El genio inglés murió al día siguiente, aunque por aquel entonces regían calendarios distintos en la Europa católica y el resto de países: mientras en España se seguía, desde 1582, el flamante calendario gregoriano, en Inglaterra siguió vigente hasta 1752 el calendario juliano, instaurado por Julio César hacia el 46 a. C y que iba 10 días adelantado. ¿Consecuencias? Que aunque murieran con solo un día de diferencia, oficialmente Shakespeare había muerto un 3 de mayo de 1616, y no un 23 de abril, fecha en la que actualmente celebramos el Día del Libro.

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