"Cuaderno rusos" recupera en viñetas el asesinato de Anna Politkovskaya

  • Pilar Martín.

Pilar Martín.

Madrid, 6 sep.- La mirada de la periodista Anna Politkovskaya vuelve a la vida gracias al dibujo, y el instinto periodístico, del ilustrador italiano Igort en su novela "Cuadernos rusos", una obra dura que aborda los posibles motivos por los que esta periodista fue asesinada.

Pero, aunque en este libro (Salamandra Graphic) parezca que el italiano se haya puesto el traje de periodista, Igort, de nombre real Igor, confiesa a Efe que se considera un "contador de historias", un autor de novelas gráficas al que no le interesa tanto "la noticia", sino "el ser humano".

Y con esta declaración de principios, Igor, o Igort, (Cagliari, 1958), se convierte en los ojos de la periodista rusa nacionalizada estadounidense, Anna Politkóvskaya, quien el 7 de octubre de 2006 fue asesinada en el ascensor de su edificio en Moscú.

Tras vivir en diferentes zonas de Rusia durante dos años, llevado por el amor que su familia le inculcó por la cultura y el arte ruso, este "hombre afortunado", como así se siente, se lanzó a contar este asesinato como a él le gusta: "a través de los ojos de las personas pequeñas, de los ciudadanos".

Y así, de sus manos de gran ilustrador, y de sus ojos de ávido narrador, nació este libro que, pese a que pueda parecer un relato sobre la periodista, como especifica, "no es sobre Anna", sino sobre la situación rusa y chechena que le llevó a ser protagonista de ese asesinato que dio la vuelta al mundo.

"A través de los ojos de Anna comencé a descubrir sus cartas, los documentos que tenía, encontré a las mismas personas con las que ella se encontró", revela no sin reconocer que estas coincidencias no siembre fueron bien acogidas por sus interlocutores.

"He tenido encuentros muy duros -añade- muy difíciles, encuentros con gente que tenía miedo, o con otras que trataron de despistarme, de hacerme creer que la situación en Chechenia no existía, que nunca había existido en realidad".

En "Cuadernos rusos" la dureza de algunas viñetas es capaz de sobrecoger, pese a que la sensibilidad de Igort fagocita y hace desaparecer lo que él califica como "pornografía de la violencia", ésa que "envenena". "La viñeta permite hacer abstracciones y no describir de manera morbosa. Ha sido un trabajo muy difícil, pero un trabajo que creo que es necesario", subraya.

Tan necesario como incómodo para los culpables del asesinato de Politkóvskaya. Por eso, para el ilustrador italiano, autor también de otras novelas gráficas cargadas de crítica, el "miedo siempre está presente" teniendo en cuenta los temas que aborda en algunos de sus relatos.

"Está presente, en especial, cuando te encuentras en un lugar en el que tus preguntas no son agradables. Pero además del miedo existe también otro sentimiento, la indignación. Esto sucede cuando te das cuenta de que hay una violación de los derechos humanos", puntualiza.

En esta ocasión, Igort contó con la asistencia de Amnistía Internacional para conseguir algunos de los testimonios y documentos presentes en este libro, además de tratarse de la ONG que le ha patrocinado el libro en Francia, una ayuda que le hace reflexionar que gracias a "Cuadernos rusos", "por primera vez", ha tenido la sensación de que su trabajo ha sido "útil".

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