El capitán Alatriste estrena nueva novela bajo la amenaza de la piratería

  • Mientras Arturo Pérez-Reverte publica `El puente de los asesinos´, la séptima entrega de su espadachín novelesco, sus anteriores libros de la saga Alatriste están disponibles en webs piratas de descarga. Es un claro ejemplo de cómo la piratería en el sector del libro impacta entre editores y autores. La tasa de los libros piratas alcanza ya al 43,5% de la facturación total del sector. 
La obra de Pérez-Reverte, al abordaje de la era digital
La obra de Pérez-Reverte, al abordaje de la era digital
David González | aviondepapel.tv

Arturo Pérez-Reverte publica esta semana El puente de los asesinos, la esperada séptima entrega de la saga del capitán Alatriste. Es una de las novedades literarias más esperadas de la temporada otoñal, dado el previsible número de ventas que promete su nueva novela. Sin embargo, sobre el espadachín a sueldo también se cierne una amenaza real: la piratería. 

Mientras Pérez-Reverte comienza su campaña de promoción de su novela, toda la saga Alatriste anterior a El puente de los asesinos está colgada en internet en páginas de descarga o en webs para compartir archivos pdf. 

Algunas de estas webs incluso solicitan del lector su número de teléfono móvil. Quien quiera descargarse el libro sólo debe costear el importe de un mensaje sms, mediante el cual se le remite una clave para acceder al enlace de descarga. Dichas páginas, también cuentan con publicidad online, con lo que reciben ingresos adicionales por sus visitas.  

Los libros de Arturo Pérez-Reverte no son los únicos que se ven afectados por la piratería. Otros autores superventas como Eduardo Mendoza, Carlos Ruíz Zafón o Ken Follett también tienen colgados en webs de descargas sus novelas.  

Si la música o el cine fueron las primeras industrias afectadas por la piratería, ahora la preocupación está en el sector editorial. No en vano, los ingresos que los editores han dejado de facturar debido a estas páginas de descarga se valoran en 581,1 millones de euros en el segundo semestre de 2010, un aumento del 121% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según la última oleada del Observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales. La tasa de piratería alcanza, por tanto, al 43,5% del total de la facturación total de los editores. 

"En cuanto sale una novedad literaria, los piratas lo captan desde el tránsito que va desde la editorial a la imprenta. La denominada ley Sinde aún no es efectiva y esperamos que lo sea cuando se apruebe el reglamento que la desarrolla", explica Antonio María Ávila, director general de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).  

Los editores aseguran que están realizando grandes esfuerzos en la digitalización de sus catálogos para poder comercializar libros en formato electrónico, en un mercado incipiente y con precios aún poco competitivos.  

Si hace unos años el debate era si libro en papel o en digital, ahora la cuestión es cómo buscar sistema de venta que impida las descargas ilegales. El primer paso quizás lo ha dado Planeta, el mayor grupo editorial de este país.  

En el Premio Planeta 2011, su presidente, José Manuel Lara, desveló que cuenta con un equipo de cinco abogados destinados a denunciar páginas web que permiten descargar su catálogo sin autorización.Lara explicó que su editorial ordenó el cierre de hasta 20.000 webs de este tipo entre enero y agosto de este año. También confirmó que la mayoría de estas webs cambiaron de ubicación y reabrieron la compuerta de las descargas.  

Ante este panorama, Planeta pretende cambiar de manera radical su estrategia de comercialización de libros electrónicos. Mantendrá la venta bajo descarga a través de su librería online de la Casa del Libro; pero, además, pretende apostar definitivamente por la lectura en la nube.  

Así, Lara anunció que su grupo lanzará antes de final de año una especie de Spotify de los libros, vinculado a la base de datos del Círculo de Lectores. Los usuarios pagarán no por la descarga, sino por el acceso remoto a la lectura en cualquier dispositivo: ordenadores, tabletas y móviles. 

Es la solución que Planeta quiere dar para atajar la piratería que recae, sobre todo, en la obra de sus escritores superventas. En este sentido, el escritor Lorenzo Silva aseguró recientemente cuál es su postura. En la presentación de su último libro, Niños feroces, el autor madrileño explicó que el problema es "la aplicación eficaz" de la ley que defiende los derechos de autor.  

"Nadie roba bancos, porque sabe que es un delito que se paga con años de cárcel. Cuando en este país exista una o dos sentencias firmes que sirvan de ejemplo, se terminará la piratería del libro", dijo Lorenzo Silva.  

"Hay que acabar con la máxima de que la cultura es gratis en internet. Si pagamos por los edificios, por la imprenta y por otras actividades, ¿por qué los libros deben ser gratis?", se pregunta Antonio María Ávila, de la FGEE.

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