El pensamiento de Unamuno clave para la Europa de hoy

  • Un día como hoy de hace 150 años nació en Bilbao Miguel de Unamuno, el filósofo y escritor, paradigma del intelectual comprometido, que mantuvo un duro y doloroso equilibro en la España convulsa que le tocó vivir y que reflejó en su intensa obra sus preocupaciones religiosas, filosóficas y políticas.

Carmen Sigüenza

Madrid, 29 sep.- Un día como hoy de hace 150 años nació en Bilbao Miguel de Unamuno, el filósofo y escritor, paradigma del intelectual comprometido, que mantuvo un duro y doloroso equilibro en la España convulsa que le tocó vivir y que reflejó en su intensa obra sus preocupaciones religiosas, filosóficas y políticas.

Luchador incansable, liberal y miembro central de la llamada generación del 98, empeñada en regenerar la España de finales del XIX tras la perdida de las últimas colonias de Cuba y Filipinas, Unamuno fue un pensador al que le "dolía España".

Y cuya frase espetada a Millán-Astray: "Vencéis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir", en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936, le supuso la pérdida del título de rector vitalicio de esa institución

Una expulsión dictada por Franco junto al arresto en su domicilio. Dos meses después Unamuno moriría en su casa, un 31 de diciembre de 1936.

Y es que en Salamanca hizo su casa el pensador, ciudad a la que llegó con 27 años para dirigir la cátedra de Griego y de donde no salió nunca salvo varios años de destierro.

Condenado a prisión por injurias al Rey, durante la dictadura de Primo de Rivera, sentencia que no llegó a cumplir, fue desterrado a Fuerteventura, en febrero de 1924, e indultado el 9 de julio. Después se trasladó a vivir a París y, poco después se refugió en Hendaya, hasta 1930.

Instaurada ya la II República (abril 1931), fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, elegido diputado por Salamanca en las Cortes Constituyentes y designado presidente del Consejo de Instrucción Pública un año después.

Kant, Kierkegaard, Nietzsche o Schopenhauer fueron los pensadores que interesaron a este gran intelectual y poeta preocupado por la ética, la filosofía, la historia, la literatura y España.

Autor de obras como "El sentimiento trágico de la vida", "La tía Tula", "Abel Sánchez", "San Manuel bueno y mártir" o "Del sentimiento trágico de la vida, Unamuno fue en opinión de su biógrafo Jon Juaristi, una persona "contradictoria, polémica, vehemente y neurótica".

Así lo explicó el autor también vasco cuando presentó su biografía, publicada por Taurus y la Fundación Juan March. "Miguel de Unamuno encarnó como pocos al intelectual moderno, al que la escritura le sirvió para guardar un precario equilibrio" con la convulsa época que le tocó vivir".

Unamuno "es una de las últimas vidas españolas que coinciden con un ciclo histórico completo, el del liberalismo democrático, que se inicia en 1868 y que termina con la Guerra Civil".

El escritor de la Generación del 98 tenía la conciencia de "sentirse arrojado a la modernidad. España estaba saliendo de una modorra de siglos y se estaba acercando a la Europa de su tiempo", dijo Juaristi.

Juaristi se centra en su biografía en aquellos aspectos que demuestran que Unamuno fue eminente y, sobre todo, lo fue porque su obra, en especial la ensayística y la periodística, "ofreció a la España de fin de siglo un nuevo lenguaje, el del modernismo, el de la autorreflexión crítica sobre la modernidad".

El pensamiento del filósofo y escritor hoy podría estar más vivo que nunca como reconoce el escritor premio nobel alemán, Gunter Grass, para quien el Unamuno es el pensador clave para la Europa futura.

"Europa se enfrenta a una época crucial en la que solo su capacidad de asimilación democrática de culturas constituye una garantía de futuro, y esto deberían comprenderlo sus dirigentes, a los que pensadores de la talla de Miguel de Unamuno podrían servir como guía", subraya Günter Grass.

"Europa aún necesita a escritores como Unamuno, dotados de una gran intensidad reflexiva no desprovista a la vez de ironía y poseedores de una veta filosófica desde la que es posible afrontar las lacras y los desvelos humanos", subraya el autor de "El tambor de hojalata" .

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