La izquierda israelí pierde un referente con la muerte del escritor Kaniuk

  • La izquierda israelí ha perdido un referente literario y moral con la muerte de Yoram Kaniuk, uno de los principales escritores del país y luchador incansable por la separación entre religión y Estado.

Antonio Pita

Jerusalén, 11 jun.- La izquierda israelí ha perdido un referente literario y moral con la muerte de Yoram Kaniuk, uno de los principales escritores del país y luchador incansable por la separación entre religión y Estado.

Kaniuk falleció el pasado sábado a los 83 años en un hospital de su ciudad natal, Tel Aviv, en el que batallaba contra un cáncer.

Se fue en silencio y sin ceremonias (ha donado su cuerpo a la ciencia, en vulneración de la tradición religiosa judía, que exige el entierro), como había avisado meses antes en su blog, consciente ya de su deterioro físico.

"Escribo con una cierta pena y la no tan agradable sensación de que mi tiempo ha llegado. Dentro de poco iré hacia el sur. Aún no sé cómo sucederá", adelantaba antes de manifestar su deseo de que su cadáver fuese donado para la investigación y luego incinerado.

"Quiero mis cenizas en una botella que, si mi familia lo desea, sean esparcidas en algún lugar. Haré sitio a alguien más. Somos una cadena. Uno se va y otro llega. En la Biblia, los Hebreos no se preocupaban de lo que hay después de la muerte (...) Cuando mueres, no queda nada", escribió.

Kaniuk, cuya obra ha sido traducida a 25 lenguas, representaba como pocos a la elite intelectual de su generación: ardientes sionistas imbuidos de socialismo y nacidos en familias del centro y este de Europa que propiciaron el nacimiento del Estado de Israel en 1948 y participaron en la consiguiente guerra, que le marcó en muchos sentidos.

Con apenas 18 años, Kaniuk, que ya había integrado la milicia judía Hapalmaj, mató a varios árabes, perdió muchos compañeros de filas, enterró a soldados cuyo nombre desconocía y resultó herido en combate. El trauma le persiguió toda la vida.

La contienda inspiró buena parte de su producción literaria, incluida su última obra, la autobiográfica "1948", con la que obtuvo el principal premio literario de Israel (Sapir).

Curioso y polivalente, Kaniuk trajo a Israel en barco a supervivientes del Holocausto y pasó los años cincuenta en las grandes ciudades asociadas con la creación: París (una estancia que Francia reconoció con la Orden de las Artes y las Letras) y Nueva York, donde ejerció como periodista y pintor mientras frecuentaba el submundo del jazz (Billie Holliday incluso le escribió una canción).

Su refugio en Israel fue la secular Tel Aviv, donde se estableció en 1962 tras casarse y gestó la mayoría de sus veinte ensayos y novelas, de las que "El hombre perro" y "Adam, memorias de una guerra" fueron adaptadas al cine por Paul Schrader, guionista de "Taxi Driver" y "Toro Salvaje".

Allí lanzó en los últimos años de su vida una exitosa y controvertida ofensiva contra su definición como judío por el Ministerio de Interior que le devolvió a las portadas de los diarios.

En 2011, el Supremo reconoció su derecho a figurar "sin religión" en el censo, tras una lucha legal en la que comparó su país con la teocracia iraní.

Profundamente secular, Kaniuk se sentía parte de la "nación judía", pero no de la religión judía.

El literato defendió además la necesidad de alcanzar la paz con los palestinos, conoció en la Muqata de Ramala al presidente palestino, Mahmud Abás, y firmó un ensayo, "La tierra de las dos promesas", con el destacado escritor palestino Emile Habibi.

En sus últimos años, sin embargo, acabó abrazando un pesimismo (¿cómo podemos hacer la paz? ¿cómo podemos no hacer la paz?) y una desconfianza hacia los árabes que le llevó a concluir que el conflicto es irresoluble y le acercó a posiciones de derecha.

Respetado por muchos, pero odiado por unos cuantos, Kaniuk no se ha librado de los insultos ni siquiera en el momento en que todo son elogios.

Ayer, un diputado del partido ultraortodoxo ashquenazí Judaísmo Unido de la Torá, Israel Eijler, criticó a la ministra de Cultura, Limor Livnat, por elogiar a un "odiajudíos" casado con una cristiana estadounidense.

"Oigo que uno de los odiadores del judaísmo ha muerto, alguien que declaró que quería convertirse en no religioso y se casó con una no judía, y (Livnat) lamenta la gran pérdida que supone la muerte de este odiajudíos. Es increíble", dijo ante el pleno del Parlamento, según el diario "Yediot Aharonot".

Livnat, ideológicamente en las antípodas de Kaniuk, le había definido como "uno de los más grandes escritores de nuestro tiempo".

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