Los pistoleros de "Warlock" llegan a España tras cincuenta años de espera

  • Madrid.- Los pistoleros de "Warlock" han llegado por fin a España, más de medio siglo después de que salieran de la pluma de Oakley Hall, autor prolífico y maestro de escritores que revisó el universo del "Western" con una novela que superó los límites del género para convertirse en una obra de referencia.

Los pistoleros de "Warlock" llegan a España tras cincuenta años de espera
Los pistoleros de "Warlock" llegan a España tras cincuenta años de espera

Madrid.- Los pistoleros de "Warlock" han llegado por fin a España, más de medio siglo después de que salieran de la pluma de Oakley Hall, autor prolífico y maestro de escritores que revisó el universo del "Western" con una novela que superó los límites del género para convertirse en una obra de referencia.

"Warlock", editada en Estados Unidos en 1958, fue finalista del Premio Pulitzer e inspiró "El hombre de las pistolas de oro", protagonizada en la gran pantalla por Henry Fonda, Richard Widmark y Anthony Quinn un año más tarde, pero permaneció inédita en España hasta su reciente publicación en Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg.

Su argumento "de largo recorrido", que plasma el nacimiento de un país "fundado sobre la sangre", y la complejidad de sus personajes hicieron de "Warlock" una novela de varias lecturas, ha explicado a Efe Joan Riambau, quien ha coordinado la primera edición española de la obra.

Oakley Hall (1920-2008) quiso romper con "Warlock" los esquemas del género, mostrando el envés de los personajes "para acabar con los tópicos de buenos y malos que se nos ha querido inculcar siempre en las novelas y películas del oeste", señala Riambau.

El editor sostiene que esta novela es a la literatura lo que "Sin perdón", de Clint Eastwood, fue años más tarde al cine, es decir, "una obra que le dio la vuelta a una tradición".

Warlock es el nombre de una polvorienta ciudad próxima a la frontera con México habitada en 1880 por mineros borrachos, cuatreros pendencieros y ayudantes del sheriff que duran poco tiempo en el cargo.

A este "turbulento rincón del mundo" -según lo define el escritor Robert Stone en la introducción de la novela- llega Clay Blaisedell, un pistolero armado con un par de Colt Frontiers de oro, que ha aceptado convertirse en el nuevo comisario del lugar.

Acompañado por la sombra de su pasado y un jugador poco recomendable llamado Tom Morgan, Blaisedell tratará de imponer el orden en una ciudad sin ley, en la que la diferencia entre el bien y el mal es una línea estrecha.

En sus cerca de setecientas páginas, "Warlock" mezcla acontecimientos reales y ficticios. Y la relación de los personajes con seres reales "no siempre es pura coincidencia, porque muchos de ellos se componen de una amalgama de individuos que siguen viviendo en la frontera entre la historia y la leyenda", advirtió el propio Hall en el preámbulo de su novela.

Durante la guerra de Vietnam, y después, con la invasión de Irak, el público hizo una nueva lectura de una novela que, como subraya Riambau, "plantea cuestiones como la de hasta qué punto un policía puede ser malo y por qué tiene que intervenir la ley en territorios en los que se ha perdido la ley y el orden".

España, un país donde -recuerda Riambau- "las novelas del Oeste estaban relegadas a la literatura de quiosco", se mantuvo ajena a la leyenda de "Warlock".

Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores ha llenado ahora este vacío con su proyecto de rescatar grandes novelas del siglo XX.

Tras la publicación de "Warlock", la editorial prepara el lanzamiento de las otras dos obras con las que Hall completó su trilogía sobre el Oeste: "The bad lands" (1958) y "Apaches" (1978), que verán la luz en 2010 y 2011, respectivamente.

Oakley Hall, que debutó en la narrativa en 1949 con "Murder City", firmó además una serie de novelas de misterio protagonizadas por Ambrose Bierce y dirigió durante dos décadas el programa de escritura creativa de la Universidad de California, donde tuvo como alumnos a Richard Ford y Michael Chabon.

Hall, que falleció el pasado año, dejó escrita su máxima en el prefacio de "Warlock": "La persecución de la verdad, no de los hechos, es tarea de la ficción".

Carlos Gosch

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