Ian McEwan novela el sentimiento de "impotencia" en su historia con la voz de un feto en 'Cáscara de nuez'

El escrito británico Ian McEwan ahonda en el sentimiento de "impotencia" de la sociedad actual ante los grandes acontecimientos desde el punto de vista de un feto que está a punto de nacer en la novela 'Cáscara de nuez'/'Closca de nou' (Anagrama).

En rueda de prensa este viernes después de presentar la novela el jueves ante unas 500 personas, el autor ha incidido en que a la sociedad "le cuesta mucho dar forma o influir sobre los acontecimientos que ve ante sus ojos", y precisamente éste sentimiento de impotencia es el que caracteriza a 'Hamlet' y también al personaje de su novela, que narra desde el útero de su madre y observa el mundo pero no puede influir en los acontecimientos.

McEwan ha señalado que actualmente se plantean muchos retos en la sociedad moderna, como ataques a la sociedad abierta de orden democrático, en Europa y Estados Unidos: "¿Qué sentimos? Un sentimiento generalizado de impotencia".

En la novela, Trudy mantiene una relación adúltera con Claude, hermano de su marido John, y la pareja de amantes concibe un plan: asesinar a John envenenándolo con el fin de heredar una mansión, todo ello con un testigo de excepción: el feto que Trudy lleva en las entrañas.

LA INDIVIDUALIDAD

Para la escritura de esta novela, McEwan ha estado releyendo la historia shakesperiana 'Hamlet', "uno de los textos fundacionales de la modernidad", porque refleja cómo pensamos sobre nosotros mismos, y cómo vivimos en duda cuestionándonos.

Ha subrayado que 'Hamlet' nos hace ahondar en la individualidad después de que Michel de Montaigne incorporara el 'yo', "que es la piedra angular del ser humano moderno", construyendo en el siglo XV el sentimiento de individualidad.

Preguntado por esta impotencia y su referencia a la crisis de los refugiados que aparece en la novela, McEwan ha constatado que la Unión Europea ha sido sometida a una prueba muy "difícil, grave y severa" y no se ha comportado de manera magnífica en absoluto, pero tampoco ha sido un fracaso total.

A su juicio, el problema planteado ha sido muy difícil: "Lo que está claro es que tenemos que aceptar más refugiados, sobre todo el Reino Unido; tienen que ser más de 20.000 en los próximos años".

"La única alternativa es aceptar más refugiados y que esta carga esté distribuida de manera más amplia, y gastar muchos millones de euros para hacer que su situación en los campos sea más digna hasta que la situación se estabilice", ha agregado McEwan.

Ha matizado también que no todos los países se han comportado igual, y que, de hecho, algunos están pagando el precio político de haber aceptado a más refugiados y que "la extrema derecha está haciendo su agosto para fertilizar un campo peligroso con lo que implica para todos".

OPTIMISMO

"Quería que esta novela tuviera algún tipo de luz y optimismo, que no tiene 'Hamlet', que al final de la obra está muerto sobre el escenario", ha dicho McEwan, ya que su narrador se da cuenta de que para él lo único posible que puede hacer como feto es nacer y con ello interrumpir todo el flujo de acontecimientos que observa.

McEwan ha señalado que si en 'Hamlet' después de la muerte hay el silencio, para su joven y cómico protagonista después del nacimiento hay la búsqueda del sentido, que es el sentido filosófico de la vida, ya que el resto es todo caos: "El artista busca el sentido frente al caos que nos envuelve".

Además, se dio cuenta de las oportunidades que le permitía el narrador intrauterino, entre éstas hacer un compendio de toda su carrera profesional, con toda la violencia y crueldad y el amor y la esperanza que ha narrado, así como su pasión por la poesía y por Shakespeare.

La editora Sílvia Sesé ha celebrado que este es el libro número 16 publicado en Anagrama, y que después del primer libro de relatos que resultó perturbador, McEwan ha sembrado una trayectoria "espléndida", hasta llegar hasta esta novela tan particular.