El poeta Jacob Iglesias presenta mañana en Valladolid su obra 'No todas hieren', una "epopeya sin héroe"

EUROPA PRESS

El poeta palentino Jacob Iglesias presenta mañana, 7 de octubre, su poemario 'No todas hieren', una "epopeya sin héroe" a través de los versos de lo cotidiano en la que el autor se rebela contra el "abuso" por lo negativo y convierte la obra "en un canto y una elegía agridulce" hacia "lo heroico de la supervivencia diaria".

La presentación se realizará en la librería 'A pie de página' de Valladolid a partir de las 20.00 horas. Se trata del tercer libro publicado por la editorial vallisoletana especializada en poesía 'La Penúltima', tras 'Ovnis en la noche americana', de Roberto Ruiz Antúnez, y 'Como suceden los árboles', de Maribel Tena García.

En una entrevista concedida a Europa Press, Iglesias ha insistido en que se trata de "trazar los instantes de una vida cualquiera a través de 42 poemas divididos en tres partes.

La obra, que paradójicamente comienza por el epílogo, defiende la vida cotidiana como "una aventura en miniatura" que constituye por sí misma una epopeya. No obstante, Iglesias ha reconocido que este "apego a lo cotidiano" se convirtió en el "hilo conductor" de los poemas "de forma involuntaria" y "espontánea".

En esta descripción poética de lo diario, los momentos de melancolía se entrelazan con aquellos de alegría que "sazonan cualquier vida", a pesar de que "muchas veces" se tienda a "cebarse en lo triste".

Tal como ha desgranado el autor, 'No todas hieren' recoge una serie de poemas escritos a lo largo de tres años, de entre los que se reunió aquellos que "tenían una perspectiva, un nexo de unión que permitiera formar "la foto de un periodo" concreto de la vida de Iglesias.

El título del libro es una respuesta al lema de la torre de Urruña que en la novela de Pío Baroja 'Zalacaín el Aventurero' reza en latín 'Vulnerant omnes, ultima necat' (Todas hieren, la última mata), pues afirma que "aunque la última mata, no todas hieren".

SUEÑOS BARATOS

A lo largo de 67 páginas, Jacob Iglesias hace autocrítica y se rebela por el gusto social hacia la "frustración". "Parece como si la vida nos debiera algo, con todos esos condicionantes sociales y publicitarios que nos dicen que no podemos tener sueños baratos", se ha lamentado.

Sin embargo, ha subrayado la "paz" que genera la aceptación de la realidad de la vida frente a un "exceso de espectativas", por lo ha afirmado que su obra es una "continua paradoja".

El libro se estructura en tres partes, de las que la primera y la última ofrecen una mayor dosis de melancolía, frente a una segunda que supone "una tregua emocional para el lector".

En el poemario también tiene cabida el mundo rural, que se refleja en poemas como el 'El hombre que miraba a los trenes', el cual pretende huir de la visión "limitada" que se tiene del campo en la ciudad y que hace "a veces se vea como algo bucólico que no se corresponde con la realidad, o como un ambiente opresivo que tampoco muestra su verdadera cara".

Pero sobre todo, tal como reconoce el propio Iglesias, se trata de un elogio al "antihéroe", al "hombre cualquiera", que, en el fondo, "tiene un fondo heroico".

Nacido en Carrión de los Condes (Palencia) en 1980, Jacob Iglesias es autor de 'Las piedras del río', obra con la que obtuvo el II Premio Águila de Poesía; el cuadernillo 'Sin ruido ni gloria', y 'Horas de lobo, con el que logró el I Premio de Poesía Origami.

Poemas suyos han aparecido en revistas como El Cobaya o Piedra del Molino, así como en las antologías 'Palencia tiempo aprehendido', 'Voces del extremo: Poesía antidisturbios' y 'Voces del extremo: Poesía y raíces'.

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