Un ecuatoriano desempleado compone 80 poemas en la cola del paro en Alicante

  • Alicante.- Un ecuatoriano desempleado desde hace un año en Alicante ha aprovechado las largas esperas ante la oficina del paro para componer ochenta poemas, en los que trata de reflejar las preocupaciones cotidianas y el anhelo de encontrar un nuevo puesto de trabajo.

Un ecuatoriano desempleado compone 80 poemas en la cola del paro en Alicante
Un ecuatoriano desempleado compone 80 poemas en la cola del paro en Alicante

Alicante.- Un ecuatoriano desempleado desde hace un año en Alicante ha aprovechado las largas esperas ante la oficina del paro para componer ochenta poemas, en los que trata de reflejar las preocupaciones cotidianas y el anhelo de encontrar un nuevo puesto de trabajo.

"Ochenta versos escritos en la cola del paro" es el título que ha dado Ricardo Picó, que nació hace 40 años en Guayaquil (Ecuador) y vive en Alicante desde hace ocho, a sus versos, escritos durante los últimos seis meses a las puertas de la oficina autonómica de empleo (SERVEF) en el barrio de Altozano.

En declaraciones a EFE, Picó ha explicado que su deseo es lanzar "un mensaje de optimismo" tanto a los inmigrantes como a los españoles desempleados.

Ha relatado que abandonó su país natal en 2001, con su esposa y sus hijas, y que cuando bajó del avión ya tenía "entre manos" trabajo como peón de albañilería, oficio que tuvo que aprender porque en Ecuador regentaba un negocio de hostelería.

Ahora, tras un año como desempleado, este trabajador autónomo ha decidido difundir, con rimas, las "maravillas que se escuchan en cualquier cola del paro".

El resultado es "Ochenta versos escritos en la cola del paro", que versan desde el elogio a la figura de Rocío Jurado o los "falsos cimientos" de una sociedad en crisis hasta los "escarceos" o polémicas de la prensa rosa en televisión y el deseo de un futuro laboral.

El libro es protagonizado por "Paco Albañileta", el personaje figurado que ha elegido Picó para crear los versos en los que reivindica esos "problemas que tiene todo el mundo" y que, de otro modo, tal y como ha reconocido, no se hubiera atrevido a expresar.

"Si los grandes poetas creen que deben huir de los asuntos cotidianos, yo no lo comparto", ha sentenciado Picó, por lo que ha rebuscado en las conversaciones con la gente y en el día a día hasta conseguir el "aliento" para hacer de sus notas tomadas en la oficina de empleo un libro que le gustaría "ver en las librerías".

Según sus propias palabras, es un hombre "esperanzado" que considera que, pese a que "España no ha asimilado aún la multiculturalidad" de la inmigración, hay un sentir compartido entre los que se han visto abocados a tomar turno en el paro, sean de donde sean.

Este ecuatoriano, presidente de una incipiente asociación de latinoamericanos "Nueva Realidad", desea para su libro una meta "global" porque, afirma, cree "en este país".

Ha explicado que Alicante fue la ciudad que eligió a su llegada a España por "su similitud del clima" respecto a la costa ecuatoriana de Guayaquil, y ha proseguido que ahora es aquí donde desea "vivir de la escritura".

Busca para sus hijas una "educación y una vida mejor" en España, pues "volver no es una opción", aunque es consciente de los problemas de integración de las distintas culturas porque cree que "erradicar la discriminación será difícil" hasta las futuras generaciones.

Su salida de Ecuador coincidió con los principales flujos en el año 2000, cuando "el feriado bancario" abocó al cierre de los bancos y el entonces presidente ecuatoriano, presidente Jamil Mahuad, adujo que "no había dinero".

"Lo perdimos todo" en una histeria colectiva en la que "nosotros decidimos venirnos a España", país en el que ahora, tanto los españoles como los inmigrantes, "intentamos no perder nuestra calidad de vida".

De las oportunidades que se truncan y de la "arrogancia" general, "pecado" por el cual "todos" serían "siempre ricos", Picó ha hecho un libro "representativo" de lo que les sucede tanto a foráneos como alicantinos.

Para ello ha optado por una poesía "sencilla" y "profunda", al mismo tiempo escrita por el singular "Paco Albañileta", su "alter ego", también emigrante y parado que, harto de no poder usar la paleta y el cemento, ha levantado un mensaje "optimista" desplegado con palabras.

Por Emilia Pastor

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