Un libro da la receta para la revolución: "Si quieres liberarte del sistema, pide créditos y no los devuelvas"

  • El manual bilingüe español-catalán 'Cómo expropiar a los bancos' reúne a cinco autores que explican, adoctrinan y enseñan fórmulas, dentro de la ley, que fomentan "la insumisión" contra los bancos.
Cómo expropiar a los bancos, promueve una insumisión contra el sistema financiero
Cómo expropiar a los bancos, promueve una insumisión contra el sistema financiero
lainformacion.com
David González | aviondepapel.tv

Cuando termina la lectura de este librito de apenas 200 páginas -100 de ellas en castellano y su réplica en catalán- resuena una consigna contra el todopoderoso sistema bancario: "Si quieres liberarte del sistema, pide créditos y no los devuelvas".

La consigna titula uno de los capítulos de Cómo expropiar a los bancos. Manual bilingüe castellano / catalán (Melusina, 2011). En este ensayo, coordinado por la artista plástica hispano cubana Nuria Güell, participan cinco autores que explican, adoctrinan y enseñan fórmulas, dentro de la ley, que fomentan "la insumisión" contra los bancos.

"Hazte insumiso contra la banca", reza otro lema del manual. Porque este ensayo también fomenta que la ciudadanía ejecute un cambio de mentalidad contra el capitalismo. Así, en sus páginas se detalla que ser moroso no es un delito penal (sí, civil). Estar imputado en un juicio por insolvencia o deber dinero tampoco debería ser una lacra social de la que una persona deba avergonzarse, afirman en el libro.

Sin embargo, el manual coordinado por Güell también avanza un en plan más activo para evitar que, como en los casinos, la banca siempre gane. Uno de los autores, Enric Duran, traza muy formativamente dicho plan. El objetivo final es de tinte revolucionario: podríamos pedir un préstamo al banco, sacar el dinero, quedárnoslo y… jamás devolverlo.

Así, el autor plantea varios supuestos para ejecutar esta "expropiación bancaria". Podría emprenderse por una única persona, por un matrimonio en régimen de separación de bienes o por un ciudadano que cree una empresa para tal fin: solicitar un crédito bancario que nunca se devolverá.

"Lo más importante es la valentía de decidir darle un cambio a tu vida, ya que después de realizar la acción tendrás que declararte insolvente y te convertirás en moroso", narra Duran.

El autor de este capítulo nos informa de que, para darle el palo a un banco, sólo es necesario disponer de 2.000 euros, crear una nueva cuenta de teléfono, tener un contrato fijo (o simularlo), un ordenador, impresora y elegir una ciudad. Comenzaría así la "expropiación" bancaria.

El plan establecido nos enumera los factores que un banco considera para la consecución de un crédito. Si no estamos en el registro de moroso, si disponemos de una nómina y declaración de la Renta óptima (reales o falsas), si usamos tarjeta de crédito y si, cada cierto tiempo, ingresamos y retiramos los 2.000 euros iniciales de nuestra cuenta, la entidad bancaria verá que somos de fiar, según expone el autor.

Mejor aún, no buscar demasiado un banco concreto, sino aceptar la oferta de un préstamo que publicite cualquier entidad en los medios de comunicación.

Cuando el banco conceda el préstamo, casi finaliza la acción subversiva. Duran afirma que es ahora cuando se puede retirar el dinero y jamás reintegrarlo. Cuando el banco llame para reclamar el préstamo, aconseja que confesemos que nuestra empresa quebró o que nos hemos quedado en paro. Cuando una entidad privada, tipo el cobrador del frac, nos amenace, a nosotros o a nuestra familia, Duran pide calma: "Sólo te quieren asustar".

Según pase el tiempo, la entidad financiera incluirá a dicha persona en el registro de morosos. Comenzarán las cartas prejudiciales, las judiciales y el anuncio de embargo.

En este momento tan delicado, el autor de este miniensayo, dentro de Cómo expropiar a los bancos, plantea una segunda posibilidad, además del embargo: Es que el banco no pueda quedarse con tus bienes, si son efectivo, con lo cual la deuda impagada queda en un limbo jurídico.

"Para que te embarguen, se tiene que tener constancia de que tienes dinero en otra cuenta [bancaria], cosa que el juez no investiga", añade Duran. Y por la propia Ley de Protección de Datos, el banco prestamista nunca podrá aportar dicha prueba", escribe el autor.

Muchos lectores se preguntarán si estas prácticas no son delito. Por este motivo, Simona Sarau, otra de las participantes en Cómo expropiar a los bancos, enumera la diferencia entre ser moroso y criminal. El impago de deudas es delito, pero tipificado por el Código Civil, hecho que, según Sarau, permite bordear la estafa, la falsificación de documentos o la delincuencia organizada.  

Qmunty, otro de los firmantes de este ensayo subversivo, también nos invita a una reflexión. Se pregunta por qué los ciudadanos tienen que pagar intereses por los créditos bancarios, cuando es el propio banco quien crea el dinero cuando concede el préstamo. Expone así que es el sistema financiero quien presta un dinero inexistente y que sólo se crea fiduciariamente o con cargo a un mero apunte contable o electrónico.

Bajo esta tesis, si la banca carece del dinero que presta, los ciudadanos no tendrían que entregar su casa, su coche y el resto de propiedades cuando no pudieran pagar su hipoteca: "Nadie es reo de un dinero que no existe para ser prestado", enuncia Qmunty.

"El poder económico ha dedicado muchos esfuerzos a hacer que las personas que no pagan las deudas con el banco sean vistas como personas rechazables socialmente; pero ésta no es más que otra de las formas de manipulación", también afirma en otro capítulo del libro Col-Lectiu Crisis, colectivo firmante del ensayo.

Por este motivo, esta plataforma ciudadana pide a los morosos que se organicen para ser "parte activa del cambio social, que cada vez más personas encuentran necesario".

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