Veinte aniversario de la muerte de Onetti pasa inadvertido en su tierra natal

  • Pese a la creciente reivindicación de su figura como uno de los grandes literatos en lengua española, el veinte aniversario del fallecimiento del escritor Juan Carlos Onetti pasará este viernes casi inadvertido en su tierra natal, Uruguay, donde no se ha previsto ningún acto oficial por esta efeméride.

Raúl Cortés

Montevideo, 29 may.- Pese a la creciente reivindicación de su figura como uno de los grandes literatos en lengua española, el veinte aniversario del fallecimiento del escritor Juan Carlos Onetti pasará este viernes casi inadvertido en su tierra natal, Uruguay, donde no se ha previsto ningún acto oficial por esta efeméride.

"Uruguay tiene tantos y tan buenos artistas que no podemos conmemorar todos los aniversarios redondos, con cero. El Estado no puede hacerse cargo porque si no nos la pasaríamos de conmemoración en conmemoración", afirmó hoy a Efe Hugo Achugar, titular de la Dirección Nacional de Cultura.

Como argumento Achugar remarcó también que en 2014 se están realizando homenajes a los también literatos Delmira Agustini (1886-1914), por los cien años de su fallecimiento; Armonía Somers (1914-1994), por los cien de su nacimiento; y a Felisberto Hernández (1902-1964), por los cincuenta de su muerte.

"Ya con eso tenemos suficiente", consideró, al recordar que en 2011 hubo una gran actividad por el centenario del nacimiento de Onetti (1904-1994) en el Centro Cultural de España en Montevideo.

Su entonces directora, Hortensia Campanella, es una de las principales expertas en Uruguay en la figura del autor de "El Pozo", "La vida breve" o "Juntacadáveres".

Lo conoció en España cuando ambos estaban exiliados durante la dictadura uruguaya (1973-1985) y tuvo con él "una relación de amistad por admiración literaria" que se transformó en "una amistad familiar" por el tiempo que pasaron juntos con sus respectivas parejas entre 1977 y 1994, relató hoy a Efe.

Ante la falta de homenajes oficiales en Uruguay, Campanella se consuela con la famosa frase de que "nadie es profeta en su tierra", aunque no esconde su sorpresa, sobre todo porque "su obra se mantiene muy vigente y las nuevas generaciones, sobre todo universitarias, se han volcado en su estudio".

"Es interesante que veinte años después de su muerte y unos cuantos más después de que publicara su última novela siga tan vivo" e incluso "más leído", lo cual "habla muy bien de la cultura en lengua española", opinó.

La crítica literaria, responsable de unas Obras Completas del escritor que salieron en tres tomos desde 2007 a 2009, admite que Onetti era un personaje que "vivía para escribir" y "sabía que su literatura era especial y diferente, tal vez difícil", por lo que en ocasiones era incomprendido.

"Muchas cosas que oigo acerca de su carácter a veces las corroboro y a veces las contradigo para mis adentros", reconoce Campanella, que lamenta lo poco que se conocía del sentido del humor del autor.

Según la experta, el Premio Cervantes en 1980 "bromeaba mucho acerca del reconocimiento, de lo que opinaban los críticos sobre su obra" pero "era muy pesimista desde el punto de vista existencial".

"Sentía lo que todos sabemos, que nacemos para morir, pero él lo experimentaba de otra manera, era más pesimista" y "la persecución de la dictadura uruguaya y el exilio que lo marcaron mucho", argumenta.

Carlos Maggi, uno de los últimos supervivientes de la Generación del 45, a la que pertenecieron el propio Onetti, Mario Benedetti, Ida Vitale e Idea Vilariño, entre otros, cree que la falta de actos conmemorativos en este aniversario de su muerte concuerda con el talante personal del literato.

"Me parece muy bien. Es lo que reclama su moral: 'ostinato rigore' y ningún empalago", afirmó a Efe desde su casa en el balneario uruguayo de Las Toscas.

Maggi, que pide no hablar de literatura en la entrevista, considera que Onetti "fue un tipo extraordinario, desprejuiciado en todo, menos en la moral de su oficio", pues "enseñó contracorriente que los homenajes y otros aspavientos ligados al hecho de escribir eran vergonzosos".

"Nadie de mi generación dejó de ser tocado para siempre por Onetti y eso ni se pierde ni se conmemora; existe y ahí está", zanjó.

A su vez, Campanella confiesa que es cierto que el escritor llegó a decir la famosa frase de "quién sabe si dentro de treinta o cuarenta años se van a acordar de Onetti". La realidad es que ya han pasado veinte y unos cuantos todavía lo recuerdan.

Mostrar comentarios