Los desfiles en Milán, una pasión para pocos

Las redes sociales democratizaron el mundo de la moda, que dejó de ser un fenómeno de élites, pero pese a ello los desfiles en Milán, donde esta semana los grandes diseñadores presentaron nuevas colecciones, siguen siendo un terreno exclusivo para pocos.

En la mítica Via Montenapoleone, donde se pueden admirar las vitrinas de las firmas más prestigiosas de Italia, los precios están reservados a los multimillonarios de todo el mundo.

Lila Sciacca, una milanesa que se limita a admirar vitrinas, asegura que nadie cuestiona los beneficios económicos que genera la semana de la moda a la ciudad de Milán, un maná de 48 millones de euros para la alcaldía.

Estilista por afición, Sciacca forma parte de los millones de amantes de la moda que devoran colecciones por internet, sin poder acceder a los desfiles, territorio exclusivo para un puñado de periodistas e invitados especiales.

"Si usted no hace parte de ese mundo, tiene que disfrutar los desfiles por computadora", explicó a la AFP.

"Además, ¿quién se puede permitir esa ropa tan cara si la mayoría de nosotros lucha por llegar a fin de mes?", se pregunta.

Un sentimiento compartido por el nuevo alcalde de Milán, Giuseppe Sala, ex responsable de la exposición universal de Milán que se celebró el año pasado en la ciudad lombarda.

"Podemos hacer mucho más para que la Semana de la Moda sea más abierta", reconoció el alcalde.

Una crítica que la Cámara Italiana de la Moda considera injustas estas opiniones, ya que este año organizó unas treinta actividades paralelas, gratuitas y abiertas al público, entre ellas una exposición al aire libre del fotógrafo de moda John Rankin.

"Soy un gran defensor de exposiciones gratuitas abiertas a todos", comentó el fotógrafo a la AFP.

"No me gusta de por sí el elitismo, así que soy lo opuesto a la mayoría de personas que pertenecen a la industria de la moda", confesó.

Los desfiles de moda se han convertido en un evento clave en internet y están al alcance de todos a través de ese medio.

Las poderosas revistas de moda como Vogue, Vanity Fair o Bazar, que en el pasado con una simple crítica podían acabar con la carrera de un creador, han perdido mucha influencia debido a Instagram, la red social y la aplicación para subir fotos y videos.

Un modelo creado para la Colección Primavera de un modisto italiano, por ejemplo, se puede adquirir al poco tiempo en una boutique de San Salvador o Singapur.

La página web de intercambio de fotos también se ha convertido en los últimos años en el patio de recreo favorito de celebridades y modelos, como Gigi Hadid, Kendall Jenner y Cara Delevingne.

Pero si bien los desfiles se pueden admirar por internet, la alta moda no es algo que guste a todo el mundo, ni todo el mundo puede vestirse con ella.

Para Guglielmo Miani, presidente de la asociación Via Montenapoleone, que cuenta con 140 marcas de lujo, no se trata de elitismo.

"La verdad es que la Semana de Moda es un encuentro de trabajo reservado a profesionales, a un círculo cerrado. Por ello decidimos organizar una exposición de fotografía paralela, abierta al público", explicó.

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