Lencería delicada y botas gruesas, siluetas de cintura marcada o flotando muy lejos del cuerpo: la colección primavera-verano 2016 de Céline jugó a los contrastes y obtuvo una elegancia moderna de tono acertado.
Velas color naranja, amarillo y azul formaron una tienda para recibir al público en los salones del Tennis Club de Francia, en una espectacular instalación del artista danés Fos.
Las primeras modelos pisaron la arena esparcida en la pasarela vistiendo camisolas de seda y encaje, negras y blancas, con botas de punta cuadrada o puntiaguda al estilo vaquero.
La cintura a veces está muy marcada, como en un vestido blanco con amplias mangas y cierre metálico. Pero otros vestidos largos, plisados, son en cambio muy holgados.
Pantalones y sacos sobredimensionados aportaron un toque más masculino.
¿Cómo imagina la diseñadora Phoebe Philo a su clienta? "Como siempre, quiero que sea fuerte, que sepa adonde va y que sienta que puede hacer todo lo que necesita hacer".
Modelos inmóviles en pedestales móviles, que avanzan entre las arcadas de un acueducto: el dúo angelino Carol Lim-Humberto Leon volvió a presentar un desfile de meticulosa puesta en escena.
Fue una colección llena de dinamismo, con vistosos azules, amarillos y rojos, combinaciones de estampados y mallas de baño llevadas como ropa interior.
Los motivos estampados son zigzagueantes, y dan forma a las faldas, cortadas en punta por delante. Las chaquetas son amplias y confortables.
Completan los conjuntos originales sandalias que suben hasta los muslos, de textura brillante y suela de goma.
Para su colección que incluyó modelos masculinos, la creadora china Masha Ma buscó gente en las calles de Nueva York y Londres para un casting mixto en el que no todos eran profesionales.
La idea era hallar inspiración para una colección en la que reine la diversidad y la individualidad. "Esta temporada arrancamos de algo distinto, no a partir de un color o una materia, sino de un chico o una chica", explicó a la AFP tras el desfile la diseñadora formada en la Central Saint Martins de Londres.
Algunos llegaron al casting con su propia bisutería y la conservaron para el desfile. "Se trata de sentirse confortable, único e individual en la ropa, de recrear el deseo de ponerse algo para ser lo que uno es", explicó Masha Ma.
El resultado es una colección industrial y futurista dominada por el cuero, en tonos blancos y negros, con abundantes flecos y transparencias que llegan en algunos casos a la desnudez del busto. Algún excepcional toque de color, como en una chaqueta "escarabajo" con reflejos iridiscentes verdes y violetas.
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