La tradición ancestral de las perlas vuelve a estar de moda en Togo

Vestida con un taparrabos, Sonia camina en medio de la muchedumbre por el mercado de Bè, un barrio popular de Lomé, con perlas rojas alrededor de las caderas.

"Me siento muy a gusto con las perlas en las caderas. También es para dar un toque a los hombres", afirma esta peluquera de 24 años, con una sonrisa provocadora.

En la capital togolesa, la tradición ancestral de las perlas en la cintura, extendida en la región del Golfo de Guinea, vuelve a estar de moda y no parece dejar indiferentes a los hombres.

El llamado "djonou" es un adorno para las jóvenes. Tradicionalmente se creía que otorgaba beneficios espirituales, garantizaba la protección de los antepasados e incluso curaba los dolores de riñón.

Otros pensaban que ayudaba a aumentar el volumen de las caderas de las niñas si lo llevaban a una edad temprana.

Con el tiempo, la práctica quedó en desuso, desbancada por los accesorios de belleza occidentales. A las jóvenes lo que les preocupaba era aclararse la piel con cosméticos o maquillaje.

Afi, vendedora de zapatos, es categórica: "Lo que les interesa a los hombres últimamente es el 'djonou', sobre todo cuando los colores de las perlas se han elegido bien".

Otrora estas alhajas estaban reservadas al deleite de los maridos, a los que las mujeres lanzaban mensajes eróticos con el color y la posición de las perlas. Pero el djonou "made en el siglo XXI" se expone a la luz del día, para disgusto de los más conservadores.

"Suelo llevar las perlas cuando voy en moto", cuenta Afi, de 29 años, sentada delante de su puesto del mercado de Hedzranawoé. "Llevo cuatro o cinco vueltas con pequeñas perlas de dos colores (amarillo, negro) alrededor de la cintura, ligeramente por encima de un pantalón, con una blusa corta. A muchos hombres les gusta", comenta.

Cerca de ella, Laetitia, de 23 años, cuenta su experiencia: "No puedo salir sin ponerme las perlas alrededor de la cadera. Las tengo de varios tipos y colores. Suelo utilizar las que destacan mis curvas, cuando voy a la piscina".

En los mercados de la capital de Togo se venden varias gamas de joyas a base de perlas y el precio varía en función de la calidad.

La mayor parte pueden comprarse en el mercado de Agbadahonou. "Me enorgullece mucho ver cómo las jóvenes retoman esta moda de antes", explica Tanti Abla, una de las vendedoras.

"Para seducir eficazmente, la joven debe componer el djonou en función de su tez y silueta. Las joyas de perlas de tamaño medio y color amarillo están aconsejadas para las mujeres de piel clara. Las de piel negra deben usar las de color blanco o anaranjado. Las mujeres robustas deben elegir las de bolitas pequeñas", recomienda la sexagenaria.

La belleza tiene un precio: entre 5.000 y 30.000 FCFA (entre 8 y 46 euros) en función del tamaño, de la calidad y de la cantidad de cuentas.

Las mujeres de clases acomodadas "pagan a veces 50.000 FCFA (76 euros), o 70.000 FCFA (107 euros) por un djonou", precisa Tanti Abla.

En Lomé, la mayoría de los hombres consultados por la AFP aprecian esta moda.

"Me parece que mi novia está más guapa cuando se pone un djonou", declara Kodjo Badakou, conductor de taxi moto.

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