Las musas de los músicos

  • El libro 'Musas modernas' de Carmen Domingo hace luz sobre las mujeres que vivieron a la sombra de grandes pintores, escritores, cineastas y músicos. Isabel Colbrán, Clara Wieck, Yoko Ono, Edie Sedgwick y Nancy Spungen son algunas de ellas.

Todo músico necesita a una musa. Su función es cuidarle, motivarle, aguantarle y sobre todo inspirarle. Un trabajo difícil que sin embargo tiene una recompensa impagable: convertirse en inmortal gracias a una melodía.

Isabel Colbrán, madrileña, fue primero musa y luego esposa de Gioacchino Rossini. Se dice que ni siquiera María Callas tuvo una voz igual que la suya en la ópera. Sin embargo, con el pasar del tiempo, la voz de Colbrán empezó a perder fuerza. Pero como no hay mejor medicina que el amor Rossini solucionó el problema. Interrumpía los ensayos cuando veía que Isabel estaba cansada, hacía repetir escenas en las que ella no cantaba para darle tiempo a recuperarse y al componer sus obras potenció las partes de la orquesta respecto a las de la voz.

Clara Wieck, pianista, inspiró la obra no de uno sino de dos grandes compositores: Robert Schumann y Johannes Brahms. Se casó con Robert Schumann contra la voluntad de su padre, que consideraba al yerno un artista sin mucho futuro. Hasta se celebró un juicio con testigos y pruebas para que los dos jóvenes pudieran saltarse la resistencia del padre de Clara y casarse.

Johannes Brahms le fue de gran apoyo cuando Schumann fue ingresado por una de sus frecuentes depresiones. A pesar de los rumores, la relación entre Wieck y Brahms nunca fue más allá de un sentimiento de profundo respeto y amistad.

¿Qué se puede decir de la relación entre Yoko Ono y John Lennon que no se haya dicho ya? Quizás que estuvieron flirteando durante dos años a golpe de notitas en las que la artista japonesa impartían órdenes tan liberatorias para Lennon, agobiado por el éxito, como: Respira.

'She takes just like a woman, yes, she does / She makes love just like a woman, yes, she does / And she aches just like a woman / But she breaks just like a little girl'. Es la letra de unas las canciones más famosas de Bob Dylan. La musa que está detrás de ella es Edie Sedgwick, la 'pobre niña rica', icono de la moda, amiga y musa también de Andy Warhol.

Estuvo enamorada de Dylan y hasta llegó a considerarse su novia, pero al parecer, él nunca lo supo. Sin embargo, cuando sus excesos llevaron a Edie a una obvia, trágica y prematura muerte, Dylan llamó a Patti Smith para que le compusiera un poema para ella. Y así fue.

Groupie, amante, novia y manager de Sid Vicious, bajista de los Sex Pistols, Nancy Spungen compartió con Sedgwick una vida de excesos y una muerte trágica, si es posible aún más trágica. Aunque nunca llegó a aclararse lo que pasó la noche del 12 de octubre de 1978 2013 ella tenía 21 años 2013 su novio Sid le clavó una navaja en el estómago matándola. Él murió algunos meses después a causa de la heroína: juntos habían vivido e inspirado el relámpago de la música punk.

Alessia Cisternino
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