El apoteósico regreso del rock a Cuba de la mano de los Rolling Stones

Los legendarios Rolling Stones ofrecen la noche de este viernes un concierto en La Habana que promete ser el espectáculo más grande jamás visto en Cuba, la isla comunista donde el rock estuvo censurado por años.

Varios cientos de miles de cubanos son esperados en la Ciudad Deportiva para un show gratuito y al aire libre, que ya recibió toda clase de superlativos: "histórico", "desmesurado", "único"... y una certeza: será el mayor concierto jamás visto en la isla.

Grupos de fanáticos con camisetas negras estampadas con la imagen de la banda británica pasaron la noche en carpas, o durmiendo en las aceras a la espera de que suenen los primeros acordes hacia las 20H30 locales (00H30 GMT).

Miguel García, un técnico de 62 años, viajó en autobús desde Cienfuegos (centro de la isla) y durmió a la intemperie para experimentar por unas horas la "época que no pudo vivir" por la prohibición de la música en inglés.

"Vengo preparado para llorar. Este concierto va a ser la llave de la cerradura. Los Rolling Stones van a abrirla para que Cuba tenga opciones de más bandas de rock, sobre todo de la época que no pudimos disfrutar", dijo a la AFP.

Tres días después de la también histórica visita a Cuba del presidente estadounidense Barack Obama, la banda británica, que cierra en la isla su gira "América Latina Olé", hará vibrar a golpe de decibelios la Ciudad Deportiva, inaugurada antes de la revolución de Fidel Castro en 1959.

Pese a la ausencia de promoción publicitaria, salvo por su mención en la prensa estatal, se estima que al menos medio millón de personas desborden el complejo.

El país de la salsa, la trova y el son se preparó durante semanas para que sus "majestades satánicas" tocaran el Viernes Santo con un escenario de 80 metros de largo y 10 pantallas gigantes.

Los Rolling Stones sellarán a lo grande la reconciliación de Cuba con el rock.

"Este concierto va a ser bueno porque se va a comprender definitivamente que el rock no era la música del enemigo. Las revoluciones no tienen que ser cerradas", comentó a la AFP Marco Antonio Morales, un profesor universitario de México, de 42 años.

Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood aterrizaron el jueves en la isla y prometieron un espectáculo especial. "Hola Cuba", escribieron en su cuenta de Twitter.

Nunca hubo un decreto que prohibiera explícitamente el rock, pero la música "del enemigo" fue prohibida durante años por el régimen de Fidel Castro.

Los cubanos recuerdan cómo en esa época escuchaban a los Beatles o a los Rolling Stones en la intimidad de sus cuartos en vinilos que llamaban placas o casetes que intercambiaban a escondidas.

"El rock and roll se asociaba al pelo largo, a las drogas, a ese tipo de ropa, era mal visto. Y se vinculaba con Estados Unidos, no importaba si la música venía de Gran Bretaña o de Australia, era en inglés y por tanto era malo", recuerda Eddie Escobar, de 45 años y fundador del Submarino Amarillo, uno de los pocos bares de la capital cubana dedicados al rock.

A partir de los años 80, este género musical comenzó a ser tolerado hasta que logró imponerse en los medios del Estado. Algunos artistas estadounidenses fueron entonces autorizados a pasarse en la isla.

Pero el arribo de los Rolling Stones supera con creces cualquier precedente, por la importancia de la banda y la concurrencia esperada.

En 1979, después de la distensión orquestada por los presidentes Fidel Castro y Jimmy Carter, Billy Joel y Kris Kristofferson hicieron historia en el Festival Havana Jam, pero aquellos tres días de conciertos quedaron reservados a los interiores del teatro Karl Marx (5.000 butacas) y fueron por invitación.

En 2005, el grupo estadounidense Audioslave, compuesto por miembros de las bandas "grunge" Soundgarden y Rage Against The Machine, congregaron a varias decenas de miles de personas en la "Tribuna Antiimperialista", ubicada al lado de la actual embajada de Estados Unidos en La Habana.

Cuatro años después, en esa misma plaza, Kool and The Gang puso a bailar a cientos de miles de cubanos con un concierto excepcional.

No es la primera vez que los Rolling Stones son pioneros. Por ejemplo, en abril de 1967 se convirtieron en el primer grupo de Europea Occidental en cruzar la cortina de hierro para hacer un concierto en la gran sala del Palacio de la Cultura de Varsovia, de estilo estalinista.

La experiencia se vio empeñada con peleas entre partidarios del régimen y jóvenes frustrados por no poder acceder al lugar.

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