No hay nadie más generoso que Leonard Cohen

  • 'Old Ideas', el nuevo disco de Leonard Cohen, sale hoy a la luz con diez canciones que se sumergen en los temas más profundos de la existencia humana (la relación con un ser superior, el amor, la sexualidad, la pérdida, la muerte...). Posiblemente el trabajo más espiritual del compositor canadiense y todo un signo de generosa desnudez.
Leonard Cohen edita 'Old Ideas'
Leonard Cohen edita 'Old Ideas'
Ylenia Álvarez
Ylenia Álvarez

Viejas ideas, antiguas, pero persistentes. Profundas, muy profundas, personales y valientes. De todo eso está lleno el nuevo disco de Leonard Cohen,Old Ideas. Nadie ahora mismo puede dar más de su propia alma que el sabio y elegante Cohen. Difícil encontrarlo. Él la entrega, la sirve en bandeja con una generosidad envidiable y ésta casi late en el aire y hasta vibra en nuestra propia alma.

Es fácil imaginarlo cantando físicamente Going Home, el tema que abre el álbum: solo en un escenario de tenue luz, con su inconfundible sombrero y susurrando a un público reducido que no pestañea.

En este tema habla consigo mismo y se describe en tercera persona: "(Leonard) es un bastardo perezoso que vive en un traje, pero él dice lo que yo le digo incluso aunque no le agrade; simplemente él no tiene la libertad de negarse a hacerlo".

El canadiense, ese amante incondicional de Lorca, "quiere (con este tema) escribir una canción de amor, un himno de perdón, un manual para convivir con la derrota, un grito por encima del sufrimiento…". ¿Es o no puro sentimiento y garra?

El pasado octubre Cohen estuvo en España para recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, allí fue cuando dijo: "Al envejecer, comprendo que las normas vienen dictadas por una voz: no lamentarse". Y si uno tiene que expresar la gran derrota que nos espera a todos, debe hacerlo dentro de los estrictos cánones de la dignidad y la belleza". Esa voz es justo la que se oye en todo el disco Old Ideas.

Amen

"¿Qué quieres de mí?" Pregunta al infinito en Amén, acompañado por un banjo y con aire country-mexicano. De forma filosófica y con guiños a famosos refranes como "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos", Cohen pide una y otra vez: "Dime de nuevo (tell me again) lo que quieres de mi". El artista conversa con la vida, con Dios, con algo grande.

En Show me the place filosofea, reza, recita un poema… Es poesía en estado puro. Justo eso. Hace de la canción un himno que podría valer para cualquier religión, para cualquier país, para cualquier sombra perdida. Justo de esas sombras va Darkenss (Oscuridad), que suena con tintes más rockeros, más macabros. No es para menos: la canción habla del otro lado, de la depresión, de la infelicidad, del túnel... No valen tonterías ni zalamerías para contar eso. Suena un bajo intenso, un piano, un órgano, una guitarra y pequeños instrumentos de percusión: "Solía amar el arcoíris, solía amar el paisaje. Amo la madrugada, finjo que era nueva. Pero enfermé de oscuridad y me puse más enfermo que tú".

Anyhow (que ya sonó en su última gira mundial) está más cercana al jazz y en ella Leonard Cohen se muestra impotente ante el amor, ante el sufrimiento de no ser perdonado por alguien querido: "Sabes que lo que realmente es una pena es la forma en la que me tratas ahora. Sé que no puedes perdonarme, pero perdóname de todos modos". La misa línea continúa en Crazy to love you, donde muchos pueden pensar que dramatiza la manera de vivir el amor: "Tuve que enloquecer para amarte. Tuve que bajar a la fosa. Tuve que cumplir mi condena en la torre. Rogándole a mi locura que cesara". Pero en verdad, ¿a quién no le suena?

En Come healing el coro de góspel que le acompaña es esencial. Es un tema dulce, suena con un toque a musical y lleva directamente al cielo. Otro himno más, que en este caso hace honor a ese "no lamentarse" del que hablaba Cohen en Asturias.

"Duerme, pequeña, duerme"

Luego llegan Banjo y Lullaby, una nana que ya cantó en su gira de 2008-2010. Sin embargo, la letra de las estrofas ahora es completamente distinta a las cantadas en esa gira. "Duerme, pequeña, duerme […] Si las noches son largas, aquí tienes mi canción de cuna".

El disco termina con el tema Diferent sides que deja fluir la voz grave de Cohen y que narra la realidad de tantos: "Nos encontramos en lados diferentes de una línea que nadie hizo".

Con este disco nuevamente se reconoce el talento del gran Cohen y el motivo por el que le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras: "Por una obra literaria que ha influido en tres generaciones de todo el mundo, a través de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable. El paso del tiempo, las relaciones amorosas, la tradición mística de Oriente y Occidente y la vida contada como una balada interminable configuran una obra identificada con unos momentos de cambio decisivo a finales del siglo XX y principios de XXI". Old ideas es parte de esa obra que cala hondo, que se asienta y que permanece fundida entre lo poético y lo musical.

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