Por favor cómpralo: historia autoeditada del lado oculto de la música

  • La periodista Carolina Velasco ha publicado un ebook con más de cuarenta entrevistas en formato oral donde los músicos hablan sobre sus hábitos para componer, la soledad de las giras o el tedio de la relación con la prensa.

Elena Cabrera

Tour vértigo no es un guiño a U2. Angus Andrew, del grupo Liars, le cuenta a Carolina Velasco que "cualquiera te dirá que hay algo como el 'tour vértigo'. Estás muerto de cansancio y sabes que vas a dormir una semana del tirón, pero cuando te despiertas al día siguiente de terminar la gira te resulta imposible no pensar en que tienes que estar en alguna parte. Es difícil relajarse. Yo suelo terminar un par de días sintiéndome como si me acabaran de cortar la cabeza". La periodista ha escrito un libro sobre la cara oculta de ser músico y para ello ha preguntado a cuarenta de ellos por aquello de lo que nunca hablan. Carolina escogió el formato de historia oral que tan bien le funcionó a Legs McNeil en Por favor mátame, historia oral del punk y Angus Andrew le puso en bandeja el título: Tour vértigo.

En su libro nos enteramos de qué piensa gente como Colin Newman (Wire), Alan Vega (Suicide) o Banin Fraile (Los Planetas) de las entrevistas; cómo componen canciones Les 'Fruitbar' Carter (Carter USM), Zola Jesus o Micah P. Hinson; o qué echa de menos Delorean, Jamie Stewart (Xiu Xiu) o Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective) cuando están en la carretera. Son solo algunos ejemplos.

Velasco se ha autoeditado el libro, publicado únicamente como ebook en el formato del Kindle y de venta en Amazon (con DRM) por 5,15 euros y en PDF de venta en su propia web (sin DRM) por 5 euros. Entre una opción y otra hay solo quince céntimos de diferencia pero las implicaciones de cada una son muy diferentes. Si el archivo tiene DRM no se puede copiar y la autora recibe un porcentaje muy inferior de lo que obtiene fuera de Amazon. Los motivos y los detalles se encuentran más abajo en este texto.

Cuando los periodistas escribimos nuestros artículos podemos acogernos a diferentes géneros y estilos. A la hora de poner por escrito una entrevista, la primera elección es la del estilo directo o indirecto. Este último es siempre menos fiel a la conversación, pero permite contar una historia de una manera más fluida y reportajeada. En la entrevista realizada a Carolina Velasco de cara a este artículo, ella contesta: "desde el primer momento decidí que mi intervención iba a ser mínima: quería que hablaran los grupos, no yo".

Con el ánimo de hacer que este artículo se contagie de la actitud de la periodista y de la técnica de su obra, sacrificamos aquí el estilo indirecto en pos de la fidelidad a la oralidad, a pesar de que la entrevista se ha realizado por escrito. Los lectores interesados únicamente en la noticia pueden aparcar su lectura aquí. Aquellos que quieran conocer en profundidad y en sus propias palabras la cara oculta del oficio periodístico, que sigan leyendo después del vídeo.



Tu libro va sobre la intimidad del oficio del músico que, como tú señalas, es un espacio más bien oscuro pues en las entrevistas o bien se habla estrictamente de música o se habla de la intimidad de la persona desligándola de su oficio. ¿Cuándo te diste cuenta de que era un terreno poco explorado? En realidad es algo que he pensado más de una vez, en parte porque llevo más de diez años escribiendo de música y en parte también porque tengo alrededor a mucha gente metida en grupos. Es inevitable plantearse algunas cuestiones, máxime cuando tienes la oportunidad de vivir las cosas más de cerca que la mayoría de la gente que se acerca a la música. También leo muchos libros de música y fue hace dos años cuando me di cuenta de que nadie (al menos que yo sepa) había tocado este tema.

¿Qué trabajos periodísticos conservas en tu biblioteca o en tu memoria en el que se hayan abordado aspectos similares a los que a ti te interesan? En mi biblioteca guardo todos los libros de música, no me deshago de ninguno. Me gustan mucho Por favor mátame de Legs McNeil y Rip it up and start all over again de Simon Reynolds, y de los publicados más recientemente, Just kids de Patti Smith, que refleja muy bien lo que supone empezar de cero y perseguir un sueño a cualquier precio.

Tu libro se suma al género de las historias orales, como las del porno y el punk de Legs McNeil, la de Gallero de la Movida o la del punk barcelonés de Jordi Llansamà. ¿Qué opinas de este género y cuáles son tus obras favoritas? Es un género que me gusta mucho, evidentemente. En sus diarios Kurt Cobain decía que las entrevistas deberían ceñirse al modelo pregunta-respuesta para no resultara fácil falsear las respuestas, y creo que no le falta razón. Tal vez por eso me gusta tanto el género oral. Quien escribe no se luce, pero puede mostrar mejor el punto de vista de los protagonistas, que es de lo que debería tratarse. Mis favoritos: Por favor mátame, Our band could be your life de Michael Azerrad y Everybody loves our town de Mark Yarm, que también leí hace poco.

En tu libro introduces algunos pequeños calzadores, muy poca cosa, pero en los casos en los que los utilizas sirven para ayudarnos a comprender el entrecomillado que viene a continuación o quizás hacer más fluido el paso de unas declaraciones a otras. De todas formas, eso es más de lo que mete por ejemplo McNeil en Por favor mátame. ¿Tú crees que en casos como la historia oral del punk lo que hacen es modificar ligeramente las declaraciones para que entendamos mejor de qué nos están hablando (quizás añadiendo un nombre o insertando parte de la pregunta en la respuesta) y en tu caso has sido más purista en la transcripción de las respuestas? Desde el primer momento decidí que mi intervención iba a ser mínima: quería que hablaran los grupos, no yo. Lo que yo pienso no le interesa a nadie, lo que sienten y viven los protagonistas de la historia sí. Los calzadores eran necesarios para dar algo de ritmo o explicar el contexto, pero no he modificado las respuestas y la edición es mínima (traducción, alguna coma, o dividir en dos una respuesta demasiado larga). También me apetecía hacer algo así, porque a veces, en prensa, se queda fuera mucho material interesante por cuestiones de espacio.

¿Qué parte del proceso de elaboración de este libro se lleva más tiempo? ¿Preparar las entrevistas, la burocracia de conseguirlas o transcribirlas? Lo que más tiempo me llevó fue su gestión. Pasé un año persiguiendo a grupos, discográficas, promotores… En algunos casos resultó más fácil de lo previsto, en otros fue una pesadilla. Cuestión de paciencia, cuadrar horarios, esperar a que terminaran las giras algunos grupos… Pero lo cierto es que cuando podía llevar la propuesta directamente al grupo, en seguida salían las cosas. La transcripción es pesada y aburrida (cualquier periodista lo sabe), pero no lleva tanto tiempo como la gestión de la entrevista.

Algunas las hiciste por escrito y otras presenciales, ¿qué tipo de entrevista te gusta más para este formato de historia oral? Por teléfono o en persona. Es más fácil repreguntar y profundizar, aunque algunos grupos se explicaron tan bien por mail que fue casi como hablar con ellos. Wolf Eyes, Animal Collective y HEALTH son tres buenos ejemplos de grupos con los que el mail resulta incluso enriquecedor.

¿Has desechado alguna de las entrevistas realizadas porque las respuestas no tenían interés? No, ni una. Además me habría parecido una falta de respeto hacia el grupo. Sólo se me quedaron fueras las preguntas que hice a las mujeres por su condición como tales en el mundo de la música. Por desgracia, al final eran tan poquitas que la cosa no me daba para un capítulo, cosa que me habría gustado hacer.

¿De qué manera elegiste a los músicos que querías entrevistar? Por afinidad, admiración y/o por lo que aportan al mundo de la música. A casi todos los grupos que he entrevistado los había visto antes en directo, y a todos los había escuchado con anterioridad. Se trata de grupos que o bien pasan la vida en la carretera, o que han roto moldes a la hora de componer o editar o que son fieles a una forma de entender la música que no siempre es la más fácil, pero sin la que probablemente no habríamos evolucionado mucho.

¿Qué tipo des respuestas te daban cuándo proponías las entrevistas?, ¿alguien te puso alguna condición? Todas buenas, la verdad. De hecho, la sorpresa más grata fue el entusiasmo que mostraron todos cuando les hablaba del proyecto: les interesaba el tema. Precisamente por eso fue por lo que pude conseguir que se implicara alguien como Alan Vega, por ejemplo. Y nadie me puso condiciones. Los había que preferían el teléfono, o el mail… cosas así. Pero ni una condición.

¿Alguien te pidió chequear sus respuestas antes de la aparición del libro? Tampoco. Supongo que confiaron ciegamente en mí (cosa que me halaga). Además aseguré a todos que el estilo sería el que es y que las respuestas se respetarían. Mandé el libro a todos los que participaron en él una vez publicado y no he recibido ni una queja hasta el momento. Y al contactarles, siempre les mandaba muestras previas de mi trabajo.

¿Fue tu idea desde el primer momento la autoedición del libro o antes habías valorado otras opciones editoriales? La de la autoedición es una idea que no descarté nunca. Si creo en la autoedición musical, ¿por qué no en la editorial? Busqué editorial, pero ante la imposibilidad de contactar con algunas, la falta de respuesta de otras y el desinterés de algunas pocas, decidí no esperar más. Me da pena por la gente que no tiene readers, yo misma no llevo más que un año con él, pero mis medios económicos eran limitados.

¿Al decidir hacer un ebook, porqué elegiste el formato del Kindle? Porque al ser el que tengo es con el que estoy más familiarizada. Además te piden un ISBN por cada formato en que se publica el libro. Teniendo en cuenta que ahora cuesta 45 euros, sacarlo en más de un formato me habría costado más dinero del que me podía permitir.

¿Qué opinas del modelo de venta de Amazon? Obviamente, Amazon llega a más gente, pero lo del DRM no me gusta nada. Y creo en el préstamo de libros, incondicionalmente.

¿Cuánto dinero ganas para ti por la venta de cada ejemplar? Pues Amazon se queda entre el 35 y el 70 por ciento por ejemplar vendido, y para ver algo de dinero tienes que haber acumulado al menos 100 euros de royalties… La verdad es que toda la letra pequeña es muy confusa. De lo que vendo a través de mi web me queda casi todo, salvo un porcentaje mínimo que se queda PayPal por gastos de gestión.

¿Cuántos ejemplares llevas vendidos desde que lo pusiste a la venta el 17 de febrero? Pues muy poquitos, la verdad. Según Amazon mi libro anda entre los 50 más vendidos de música: o Amazon me está timando, o aquí no vende nadie. Supongo que es consecuencia de la autoedición y la autopromoción. También es cierto que mucha gente no lo puede leer porque está en formato digital. Ya me han preguntado en más de una ocasión si se podría leer en papel. Además no se me da muy bien venderme, las cosas como son, y con la autoedición es básico.

¿Qué consecuencias ha tenido este libro para ti? Unas cuantas. En primer lugar, la satisfacción de escribir un libro sobre algo en lo que llevo años pensando. Hablar con gente que me ha enriquecido mucho, que los músicos a los que he entrevistado se hayan abierto de esta forma y me hayan contado sus miedos y aspiraciones, la confianza que han depositado en mí… todo eso te cambia. Como periodista, me ha hecho crecer y mejorar, creo. Ahora me pienso mucho más la forma en que entrevisto a alguien, y si últimamente tenía poca tendencia a usar mi condición de periodista para ir gratis a los conciertos, ahora es que ya es prácticamente nula. También profeso un respeto absoluto a todos y cada uno de los músicos que me ayudaron a hacer posible Tour vértigo… y no descarto volver a escribir.

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