El Museo de Ciudad Real muestra por primera vez en España un recorrido por la obra del artista Alfredo Castañeda

  • El Museo de Ciudad Real-Convento de la Merced inaugura este viernes la exposición 'El otro que lleva mi nombre', una muestra que recorre por primera vez en España una amplia zona del trabajo artístico y de la producción escritural del creador mexicano Alfredo Castañeda.
El Museo de Ciudad Real muestra por primera vez en España un recorrido por la obra del artista Alfredo Castañeda
El Museo de Ciudad Real muestra por primera vez en España un recorrido por la obra del artista Alfredo Castañeda
EUROPA PRESS
EUROPA PRESS

La exposición, comisariada por Andrés Isaac, acoge en su narrativa museográfica más de cien piezas concebidas en diferentes formatos y técnicas, como son la obra pictórica tradicional en el acuerdo tácito de óleo sobre lienzo, la obra gráfica, el dibujo y la fotografía; e incluye además un importante número de documentos adicionales que sirven de apoyatura visual y documental de la trayectoria del artista.

La muestra se concibe como una gran cartografía de imágenes, documentos y sentidos; un mapa que da cuenta de la extrema pericia técnica y de la agudeza manifiesta del artista en el uso de materiales y soportes en beneficio de consagrar --estéticamente-- una idea, según ha informado la Junta en nota de prensa.

De Castañeda se ha dicho que es uno de los artistas más importantes del surrealismo mexicano. Sin embargo, esta exposición prefiere apartarse de las etiquetas estilísticas o de las nomenclaturas al uso en las corrientes de vanguardia del pasado siglo para, de este modo, dejar abiertas las puertas de otras interpretaciones y diálogos con la obra en sí.

Con esta exhibición se rinde homenaje a una de las voces más importantes y particulares del arte mexicano, latinoamericano y universal en un recorrido que los amantes del arte y curiosos podrán realizar hasta el próximo 14 de julio en el Museo de Ciudad Real-Convento de la Merced.

La exposición de Alfredo Casteñeda se inaugura en el contexto de los actos organizados con motivo del Día Internacional de los Museos y será a su vez la primera muestra acogida a la iniciativa de entrada gratuita al Museo de Ciudad Real-Convento de la Merced anunciada por el Gobierno de Castilla-La Mancha para promocionar y potenciar la cultura.

Será este viernes cuando el viceconsejero de Cultura, Jesús Carrascosa, y la delegada de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Carmen Olmedo, inauguren la exposición en el museo ciudadrealeño en un acto que tendrá lugar a las siete de la tarde.

SOBRE ALFREDO CASTAÑEDA

Alfredo Castañeda Iturbide nació en Ciudad de México el 18 de febrero de 1938 y falleció en Madrid el 15 de diciembre de 2010. Su familia acostumbraba a ir a los toros, y al regresar a casa se ponían a hacer dibujos de la mejor faena de la tarde y buscando plasmar el ángulo más espectacular. Aún niño se mantenía atento observando el sentido expresivo de la pintura. Tomó clases con su tío Ignacio Iturbide durante un año de dibujo al carbón y acuarela. Más tarde conoció al pintor valenciano Ruano LLopis, conocido por sus temas taurinos.

Posteriormente, en plena adolescencia, Alfredo conoció al pintor español José Bardasano, quien había llegado a México como refugiado de la Guerra Civil Española. Castañeda llegó a su taller con tan buenas bases que al ver el maestro sus avances aceptó ponerlo a pintar directamente en el óleo.

En 1956 ingresa a la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México. En esos años la pintura se mantiene como una escapatoria personal. Tres años después interrumpió sus estudios para realizar un viaje a Europa, en el que visitó Francia, España y Portugal. Durante su estancia hizo rendir al máximo el tiempo, dedicándose a visitar galerías y museos, buscando conocer las nuevas propuestas de los pintores jóvenes y las obras de los grandes maestros.

Después de esta enriquecedora experiencia, de regreso en México, en 1964 Alfredo Castañeda terminó su carrera y obtuvo el título oficial de arquitecto, aunque queda en un plano secundario, ya que desde 1969 se abocó a pintar. Ese año prepara la obra de su primera exposición en la Galería de Arte Mexicano, en la que presentó óleos, acrílicos, dibujos y collages. Esa fue la primera de tantas exposiciones que ha realizado en la Galería durante los últimos 30 años.

En 1972 presenta una importante exposición en el Museo de Arte Moderno en México. Desde entonces su trabajo atraía la atención del espectador, tanto por su fina calidad como por sus temas fantásticos y enigmáticos. Desde el año 1973 su obra se expone en importantes lugares, como el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México; en la ciudad de Monterrey, en el Colegio de México, e ilustra varios números de la revista Diálogos. En 1980 viaja a la ciudad de Wilmington, en el estado de Delaware, donde reside un año.

En 1981 regresa a la ciudad de Cuernavaca en su país natal y continúa trabajando con la Galería de Arte Mexicano; varias de sus obras son seleccionadas para participar en exposiciones colectivas como la Mexican Masters, The Young Generation llevada a cabo en la Galería Signs de Nueva York. En 1983 comienza a trabajar con la Galería de Mary Anne Martin en Nueva York alternando anualmente con la Galería de Arte Mexicano y exponiendo en otras prestigiosas galerías.

En 1991 viaja a Madrid, donde traslada su residencia permanente junto a su familia. En 1993 su obra se presenta en la feria ARCO de Madrid, en donde logra destacar por su propuesta temática. Hasta el año 2009 continúa pintando y exponiendo sus obras en México, Nueva York y El Salvador con la señora Rhina Avilés en La Galería Espacio.

La obra de Alfredo Castañeda es fina en su detalle y mágica en su expresión. Su estilo se integra al surrealismo fantástico. Lo suyo son personajes imaginarios que, por lo general, son de edad madura, y cuyas miradas profundas, rodeadas de oscuras ojeras, reflejan misticismo, introversión, experiencia, desvelo, reflexión, melancolía y consternación. El pintor era amante de la lectura de textos místicos que enriquecían su gran imaginación. Alfredo en su obra manifiesta una solemnidad aparente, un humor como ese peculiar humor inglés, un jugar con la realidad sin compromisos y sin seriedad.

Mostrar comentarios