Cristóbal Toral afirma con firmeza que "la modernidad soy yo"

  • "La abdicación del Rey", un contenedor de desechos en el que se ha tirado una fotografía de don Juan Carlos, es una de las obras protagonistas de "Cartografía de un viaje", un repaso por los temas que han obsesionado a Cristóbal Toral a lo largo de su trayectoria artística.

Mila Trenas

Madrid, 3 sep.- "La abdicación del Rey", un contenedor de desechos en el que se ha tirado una fotografía de don Juan Carlos, es una de las obras protagonistas de "Cartografía de un viaje", un repaso por los temas que han obsesionado a Cristóbal Toral a lo largo de su trayectoria artística.

Una trayectoria en la que "pasando por Velázquez y los clásicos" ha llegado "a la más absoluta modernidad, a la más absoluta vanguardia" lo que le lleva a afirmar "tranquilamente y con firmeza": "la vanguardia soy yo".

Comisariada por María Toral, la hija del artista, la exposición es retrospectiva "en cierto modo", al recorrer desde los años setenta, con obras como "Los emigrantes" (1975), hasta la última de sus creaciones, "La tierra prometida", fechada el pasado agosto, una dramática instalación inspirada en la valla de Melilla.

La selección de la comisaria refleja los temas que le han "obsesionado especialmente, como han sido el viaje, el éxodo, la emigración, expresados con esa iconografía que es la maleta", comentó Cristóbal Toral durante una entrevista con Efe.

Por este motivo, en la muestra que se inaugurará mañana en el Centro de Arte Tomás y Valiente no se encuentran ni los bodegones ni los desnudos que también han caracterizado su obra.

"Me parece que ha sido un acierto centrar la exposición en esta temática tan característica mía", señaló Toral, un artista interesado en la denuncia social y al que siempre han preocupado los temas de la emigración.

El recorrido por los amplios espacios del Centro se inicia con la exhibición de las cinco obras que representaron a España en la Bienal de Sao Paulo en 1975. "En ellas está muy presente el tema de las emigraciones en la época de Franco".

Así ocurre en la pintura "El emigrante muerto" en la que, junto a la figura tendida en el suelo aparece una cartera tirada con un poco de dinero. Este mismo objeto se repite en "La tierra prometida" obra "con el mismo contenido, que, con cuarenta años de diferencia, narra la misma historia pero con un lenguaje distinto".

Esto muestra, según Toral, la "coherencia absoluta" que existe en su evolución y que se plasma en una exposición en la que también se narra una historia que se inicia en los clásicos "y llega a la vanguardia más absoluta".

Fruto de ello son los grandes contrastes que existen entre las diferentes salas. Mientras que en las primeras, en las que se muestra su interpretación de "Las Meninas", se le relaciona con Velázquez o Rembrandt, en el siguiente espacio está presente el espíritu de Piet Mondrian e incluso el de Mark Rothko. "Sigue siendo el mismo mundo, pero diferente forma de expresarlo".

Entre los ensamblajes de maletas que ocupan las grandes paredes se encuentra el ya famoso contenedor "La abdicación del Rey", obra que "está siendo muy polémica y de la que estoy muy contento. Creo que es muy potente, muy mía, muy actual. La técnica de haber pintado bien durante muchos años se refleja en ella".

Algunos consideran que Cristóbal Toral ha sido muy cruel e incluso irreverente el no lo cree así: "no he sido yo el cruel sino la realidad que es así. Siempre me ha interesado el contenedor porque es una metáfora de la vida. Las cosas hacen su servicio y llega un momento en que están viejas o incómodas y se terminan tirando en el contenedor para comprar otras".

Y eso también "les pasa a los reyes. El Rey ha hecho su servicio durante muchos años y ha terminado en un contenedor. Estoy seguro que muchas de las fotografías suyas que presidían las instituciones han acabado en un contenedor. La realidad es así de dura".

El Rey "me ha caído siempre muy bien; él y la Reina han sido especialmente cariñosos conmigo, pero lo que trato de mostrar es la realidad y esta es muy dura".

La obra, en su opinión, refleja también la ingratitud y la renovación. "En este contenedor hay muchas lecturas y para un artista es muy importante hacer una obra con tantos significados. En estos momentos habría que meter a mucha gente en un contenedor por otros motivos, a Pujol por ejemplo".

Artista inquieto, está deseando ponerse a "hacer cosas", con las más de dos mil maletas que ha comprado recientemente y quiere "profundizar sobre todo en el mundo de la instalación que es muy interesante".

Convencido de que el artista debe trascender la realidad, prefiere que se hable de figuración que de realismo. "Para reproducir la realidad pura está la fotografía. Mi ideal es partir de la realidad y ahí echar toda la imaginación para transformar esa realidad".

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