La obra de Rouault muestra la fusión de lo profano y lo sagrado en Zaragoza

  • Zaragoza.- Cuarenta obras de Georges Rouault (1871-1958), considerado el primer pintor expresionista, se reúnen desde hoy en una muestra en Zaragoza, que refleja 70 años de trabajo en los que el artista parisiense consiguió la fusión perfecta de lo profano y lo sagrado.

La obra de Rouault muestra la fusión de lo profano y lo sagrado en Zaragoza
La obra de Rouault muestra la fusión de lo profano y lo sagrado en Zaragoza

Zaragoza.- Cuarenta obras de Georges Rouault (1871-1958), considerado el primer pintor expresionista, se reúnen desde hoy en una muestra en Zaragoza, que refleja 70 años de trabajo en los que el artista parisiense consiguió la fusión perfecta de lo profano y lo sagrado.

La exposición abarca 39 obras realizadas por Rouault, en el periodo comprendido entre 1905 y 1956, como pintor, grabador y experimentador de diversos soportes, y de toda la temática de sus creaciones, entre las que destacan el circo, las naturalezas muertas y las crucifixiones.

Un artista independiente, inclasificable, y uno de los más importantes del siglo XX, cuya obra guarda ciertos paralelismos con Francisco de Goya, tal y como se puede observar en lo trágico de la expresión en su "Autorretrato" y en sus grabados, ha explicado la comisaria de la muestra, Martine Soria.

En "Georges Rouault 1871-1958", se exhiben 20 pinturas realizadas con acuarela, temple, óleo, tinta y gouache, pertenecientes a la Fondation Georges Rouault y a colecciones particulares.

La muestra, que se puede ver hasta el día 20 de abril en Ibercaja Patio de la Infanta, se completa con 19 grabados, doce de ellos de la serie "Miserere" y siete de la serie "Réincarnations du Père Ubu", procedentes de la misma fundación.

Según la comisaria, especialista en su obra y amiga personal de la familia, Rouault fue, además de un pintor "austero y religioso", uno de los artistas más enigmáticos del siglo XX, al que se puede considerar como el primer expresionista.

Sin embargo, no solo fue pintor sino también grabador, con una producción igual de importante, "unos grabados que dan fe de una maestría incomparable y de una técnica excepcional", ha agregado Soria.

Su maestro, el simbolista Gustave Moreau, influyó en sus primeros contactos con la pintura, aunque muy pronto el pintor mostró influencias en su obra de Francisco de Goya.

En sus "Souvenirs intimes", Rouault menciona repetidas veces el nombre del artista aragonés y se inspira en la Quinta del Sordo para una de sus primeras creaciones importantes.

La comisaria ha agregado que en su trayectoria artística, una inmensa obra pictórica se compagina con una considerable producción como grabador, al igual que ocurría en el caso del pintor de Fuendetodos.

Otra semejanza entre ambos artistas, según Soria, es el tratamiento que hace del sufrimiento humano, ya que algunos de sus trazos ponen de manifiesto una enérgica sátira social, una verdadera denuncia de las desigualdades de su tiempo y un cuestionamiento sobre los límites del alma humana y las contingencias de la vida.

Su intransigencia con la sociedad también la tuvo consigo mismo ya que, casi al final de su vida, destruyó más de 300 obras por temor a no poder terminarlas, algo que según Soria demuestra la integridad de un gran artista, de un hombre libre frente a su creación, que decía que "pintar es una manera de olvidarse de la vida".

Esta es la primera exposición de 2011 de la Obra Social de Ibercaja, ha destacado su directora, Teresa Fernández, quien ha señalado que supone la presentación en Zaragoza de la obra de Rouault, un "lobo solitario", que trabajó con obsesión por la perfección y la belleza.

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