Se cumplen 75 años de la muestra de arte calificado por nazis de "degenerado"

  • Uno de los capítulos más oscuros de la historia cultural alemana escribió sus primeras páginas hace 75 años con la inauguración en Múnich, entonces capital del nacionalsocialismo, de la exposición "arte degenerado", con obras confiscadas por contradecir los principios del régimen nazi.

Elena Garuz

Berlín, 17 jul.- Uno de los capítulos más oscuros de la historia cultural alemana escribió sus primeras páginas hace 75 años con la inauguración en Múnich, entonces capital del nacionalsocialismo, de la exposición "arte degenerado", con obras confiscadas por contradecir los principios del régimen nazi.

Esta muestra, impulsada por el ministro de Propaganda del Reich, Joseph Goebbels, abría sus puertas el 19 de julio de 1937 en las arcadas de los jardines de la corte, las Hofgarten-Arkaden, con 650 obras procedentes de 32 museos y de unos 120 artistas proscritos como Max Ernst, Paul Klee, Ernst Barlach, Emil Nolde y Otto Dix.

Justo enfrente de ese lugar y un día antes, el 18 de julio de 1937, Adolf Hitler inauguró la Casa del Arte alemán con la "Gran exposición alemana de arte" -la primera de ocho-, en la que sólo se mostraban obras que respondían a los cánones ideológicos del nazismo.

"Los nazis han castrado la verdad, la libertad de pensamiento, el desarrollo y la vida de muchos alemanes y los pintores y escultores han sido elegidas ahora para convertirse en sus próximas víctimas", escribía en 1937 el artista alemán John Heartfield desde su exilio en Praga, recuerda la propia Casa del Arte, convertida en fundación.

Más de tres millones de personas visitaron la exposición de "Arte degenerado", que viajó hasta 1941 por doce ciudades alemanas, pero no para admirar las obras, sino para indignarse.

"Lienzos torturados", "descomposición espiritual", "fantasías enfermizas" y "ceros a la izquierda desquiciados", prometían al público las octavillas que anunciaban la muestra de artistas proscritos, dirigida por el presidente de la Cámara de Cultura de Reich, Adolf Ziegler.

El principal blanco del régimen nacionalsocialista fueron los expresionistas, los representantes del impresionismo, del dadaísmo, de la nueva objetividad, de lo abstracto y los artistas de la escuela Bauhaus, todos ellos ejemplo del "arte decadente".

Paralelamente, miles de obras de arte "indeseables" fueron destruidas por los nazis, mientras otras corrían mejor suerte y eran vendidas a precios irrisorios en el extranjero, lo que supuso su salvación.

"De ahora en adelante llevaremos a cabo una purga sin tregua contra los últimos elementos de nuestra descomposición cultural", anunciaba Hitler en el discurso de inauguración de la primera "Gran exposición alemana de arte".

Más de 21.000 ejemplos de "arte degenerado" de unos 1.400 artistas desprestigiados fueron confiscadas por los nazis de 101 museos en 74 ciudades.

El destino de muchas de las obras de arte continúa hoy sin esclarecer, pero el de otras puede consultarse en la base de datos de la Universidad Libre de Berlín, lanzada en 2010 en el marco de un proyecto que busca rastrear y desvelar su paradero.

Consciente de su legado como poderoso instrumento del nacionalsocialismo, la Casa del Arte muniquesa acoge desde junio una exposición titulada "Historias en conflicto", que abarca el periodo desde 1937, año en el que el destino de la vanguardia europeo pendía de un hilo, hasta 1955, en que recuperó su prestigio.

La muestra, que podrá verse hasta el 13 de enero del año que viene, analiza la dimensión internacional de esta institución en sus 18 primeros años de existencia.

Para ello, se exponen ejemplos como la relación entre las dos muestras de 1937 o se comparan el pabellón alemán de la Exposición Universal de París -diseñado por Albert Speer, arquitecto del Reich-, en el que se exhibía una maqueta de la Casa del Arte, y el español, en el que se exponía el "Guernica" de Picasso.

Este cuadro, icono del arte antibélico, fue presentado por primera vez en Alemania en la exposición "Picasso", celebrada precisamente en la Casa del arte, en 1955.

En ese mismo año, nacía la muestra vanguardista dOCUMENTA, de la mano de su primer director, Arnold Bodes, con una exposición de "arte degenerado" que permitió devolverlo al lugar que le correspondía en el contexto de las vanguardias internacionales.

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