Según ha explicado el teatro bilbaíno, la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha llevado a escena en tres ocasiones "esta obra maestra del Siglo de Oro español y de la dramaturgia universal", pero esta vez, bajo la dirección de Helena Pimenta, propone "un nuevo acercamiento, necesariamente distinto, con el afán de continuar desvelando al público lo que se esconde tras ese texto dramático con escenas tan emocionantes y tan perfectas en las que mediante piruetas imposibles se mueve de lo cómico a lo trágico y viceversa".
El montaje cuenta con la presencia de Carmelo Gómez, que interpreta "soberbiamente" a Pedro Crespo, encabezando un reparto de una veintena de intérpretes entre los que también destacan Joaquín Notario, que le da la réplica en don Lope de Figueroa, y Nuria Gallardo como Isabel.
"Acción, humor, deseo, rencor, juego, desgarro, lealtad, delación, cariño, dolor, amistad, odio, poder... todo se funde y se confunde en 'El alcalde de Zalamea', donde los personajes, grandes y contradictorios como le gustan a Calderón, nos cuentan la historia de un fracaso, del abuso de unos sobre otros, de la batalla perdida de la propia vida humana", han destacado desde el Arriaga.
En palabras de sus responsables, se trata de una obra sobre el amor, porque "el autor pone el acento en el desamor y sobre la justicia porque predomina la injusticia", y también sobre el honor.
La versión de la Compañía Nacional de Teatro Clásico "lustra el oro del verso calderoniano con respeto pero sin reverencia", han explicado. Musicalmente, en la obra conviven "el universo de la música barroca, con sus jácaras y folías, que establece un contexto literario y estético para la narración, y el de la música popular que contextualiza el pueblo de Zalamea y sus gentes".
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