Actriz Chita Rivera participará en Desfile Nacional Puertorriqueño de N.York

  • No creció en El Barrio latino de Harlem, no habla español y asistirá por primera vez al Desfile Nacional Puertorriqueño, que reúne cada año a casi dos millones de boricuas en Nueva York, pero nadie puede poner en duda el orgullo que tiene la legendaria Chita Rivera por sus raíces.

Ruth E. Hernández Beltrán

Nueva York, 8 jun.- No creció en El Barrio latino de Harlem, no habla español y asistirá por primera vez al Desfile Nacional Puertorriqueño, que reúne cada año a casi dos millones de boricuas en Nueva York, pero nadie puede poner en duda el orgullo que tiene la legendaria Chita Rivera por sus raíces.

"Yo he viajado mucho por el mundo pero no hay otro lugar como Puerto Rico", aseguró la actriz y bailarina en una entrevista a Efe antes de que mañana sea la Gran Mariscal del Desfile que recorrerá la famosa Quinta Avenida.

Chita Rivera ha hecho historia en el mundo de las tablas de Broadway, donde debutó en 1952, y nadie olvida "West Side Story", "Chicago", "El beso de la mujer araña" o "Nine", entre otras, que le han valido innumerables reconocimientos como el Tony.

Pero, Dolores Conchita Figueroa del Rivero es también la orgullosa hija del puertorriqueño Pedro Julio Figueroa del Rivero y Katherine, de ascendencia escocesa e italiana, y se emociona cuando recuerda sus momentos felices en la isla.

La actriz contó emocionada a Efe que tanto su padre, que murió cuando ella tenía siete años, como su madre, inculcaron en ella y sus hermanos -Julio, Armando, Lolita y Carmen- el amor por Puerto Rico.

"Mi padre tocaba el saxofón y el clarinete y mi madre siempre quiso bailar pero tuvo cinco hijos", indicó la actriz, que reconoce que su primo, el famoso actor Ramón Rivero "Diplo" (1909-1956), fue clave en el despertar de su orgullo como puertorriqueña.

Rivera recuerda como si fuera ayer una conversación con su primo en la que le transmitió lo importante que es reconocer los orígenes de cada uno: "Debes estar orgullosa de quién eres, conocer tu cultura y dejar saber a todos que estás orgullosa de ella".

La artista, que mañana desfilará con sus hermanos, además de con sus sobrinos-nietos Alexis y Ariel, de 6 y 4 años, dijo a Efe que como boricua ha "tratado de hacer lo mejor, ser un ejemplo para los jóvenes puertorriqueños, y dejarles saber que todo es posible".

Rivera recordó la primera vez que viajó a Puerto Rico junto a sus hermanos. "Cuando miré a mi hermano casi lloraba y me dijo 'siento a papi, siento que estamos en casa'. Todos sentimos eso cuando volábamos sobre la isla por primera vez", recordó.

La estrella de Broadway, de 80 años, terminó comprándose un apartamento en el complejo de Palmas del Mar, en Humacao, donde pasó "los tiempos más felices de mi vida".

Aunque ya no tiene esa propiedad, la artista sigue viajando a Puerto Rico para compartir con su familia y porque es su "mejor medicina" cuando necesita descansar.

La artista asegura que no fue difícil como latina abrirse paso en Broadway.

"Creo que he sido bendecida porque he podido interpretar muchos papeles, y cuando llegó 'West Side Story' fue el musical perfecto. Pudimos contar nuestra historia y llamar la atención sobre los problemas que teníamos para esa época", dijo.

Rivera reconoce que ha "trabajado duro" y acto seguido agrega que "todo el mundo tiene que trabajar duro, nada te lo regalan. Se lo digo a los chicos cuando les hablo: trabajen duro, hagan lo que amen y estén orgullosos de quiénes son".

La actriz se define como una persona positiva, considera que de los errores también se aprende y asegura que en su vida también ha habido momentos de alegría y tristeza. "Lo más triste fue haber perdido a mis padres", dijo.

"He trabajado duro. Soy una persona positiva que olvida lo negativo. Hay que confiar en Dios, tener sentido del humor y reirse de uno mismo, hay que disfrutar la vida", afirmó Rivera, quien si tuviera que escoger algo de su larga trayectoria se queda con el Tony.

Pese a más de seis décadas sobre los escenarios, Rivera afronta emocionada el desfile de mañana, en el que tendrá ocasión de ver la Quinta Avenida pintada de rojo, blanco y azul (por los colores de la bandera puertorriqueña), y que siente como un premio que le hayan elegido Gran Mariscal.

"Es un honor que te reconozca tu gente y espero no llorar".

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